La transición hacia una agricultura libre de glifosato enfrenta varios desafíos. Misiones toma diversas medidas para reducir y eventualmente eliminar el uso de glifosato. Explican que el agrotóxico está totalmente prohibido en los países del primer mundo.
El uso del glifosato, un herbicida ampliamente empleado en la agricultura argentina, aparece nuevamente en el panorama ambiental. La experta en sericultura de La Pampa, Susana Beatriz Villegas, aborda cómo la agricultura ecológica puede ofrecer una alternativa viable y sostenible a comparación que este agrotóxico.
En declaraciones con Canal12misiones.com, la referente enfatizó que “el glifosato está totalmente prohibido en los países del primer mundo. Sudamérica es el gran comprador de este material del cual el resto del mundo descarta”. Esto es un indicador del desfasaje entre las regulaciones de países desarrollados y las prácticas en Sudamérica, donde el uso del glifosato sigue siendo prevalente.
Misiones toma diversas medidas para reducir y eventualmente eliminar el uso de glifosato.
Villegas añade que “las gramíneas se hacen más resistentes a este químico, por lo que los productores aumentan las dosis sin tomar conciencia del daño ambiental que genera” Este uso incrementado del herbicida agrava el problema de resistencia de las plantas e intensifica el daño al ambiente y a la salud humana.
En la provincia de La Pampa, por ejemplo, explicó que se documentó un incremento en casos de enfermedades graves que se atribuyen al uso excesivo de glifosato: “Hace muchos años se denunciaron varios casos en Realico, un pueblo ‘fumigado’ con glifosato, donde aumentaron muchísimo los casos de autismo, Parkinson, cáncer, problemas endocrinológicos y que también afecta a los fetos.”
Misiones y la transición hacia la sostenibilidad
Desde hace tiempo, Misiones toma diversas medidas para reducir y eventualmente eliminar el uso de glifosato. La provincia implementa iniciativas para promover la agricultura ecológica y las prácticas sustentables, alineándose con una tendencia global hacia métodos de cultivo más responsables.
Villegas destaca la relevancia de estos cambios, pues afirma que “la solución es empezar a tener una mirada más agroecológica”. Este enfoque incluye la adopción de prácticas como la rotación de cultivos, el uso de abonos orgánicos y el control biológico de plagas. Estas técnicas buscan reducir la dependencia de químicos nocivos y promover la salud del suelo y de los ecosistemas agrícolas.
La sericultura: un modelo de agricultura circular
Un ejemplo destacado de prácticas sostenibles es la sericultura, el cultivo de gusanos de seda que se alimentan de hojas de morera y en el cual se desempeña la experta desde hace más de 24 años. Según Villegas, “la producción sericícola es de economía circular porque los pocos residuos que se generan vuelven al circuito convertidos en materia prima nuevamente. Por consiguiente, no hay generación de ningún tipo de residuos.”
La sericultura: un modelo de agricultura circular.
La sericultura evita el uso de químicos como el glifosato y promueve un enfoque de economía circular. Los residuos generados durante la producción de seda se reintegran al ciclo productivo, anulando el impacto ambiental. Villegas destaca que el capullo del gusano de seda, compuesto por sericina y fibroína, permite obtener hilos de seda de alta calidad, que luego se utilizan para fabricar productos exclusivos como ruanas, pashminas y chalinas.
El camino por delante
A pesar de los avances en Misiones y otros lugares, la transición hacia una agricultura libre de glifosato enfrenta varios desafíos. La resistencia al cambio, la necesidad de educar a los productores y la implementación de nuevas tecnologías son algunos de los obstáculos que se deben superar.
Sin embargo, iniciativas como las de Misiones muestran que es posible avanzar hacia prácticas agrícolas más sostenibles. Villegas subraya que “la gente que realiza producciones orgánicas tiene muy buen resultado“.