(CNN) — Ucrania se vio afectada por un aumento de los ataques con misiles balísticos rusos, de los cuales aproximadamente un tercio utilizaron armas norcoreanas que sólo pueden volar porque funcionan con circuitos occidentales, obtenidos a pesar de las sanciones, según oficiales militares ucranianos.
Rusia disparó unos 60 misiles norcoreanos KN-23 contra Ucrania este año, según un funcionario de defensa ucraniano. Eso representa casi uno de cada tres de los 194 misiles balísticos disparados en lo que va de 2024, según un recuento de CNN de los ataques reconocidos públicamente por la fuerza aérea de Ucrania.
En agosto y septiembre se produjo un repunte en los ataques con misiles balísticos, cuando Ucrania detalló públicamente por primera vez el uso del KN-23.
«Vemos que desde la primavera, Rusia estuvo utilizando misiles balísticos y drones de ataque en mayor cantidad para golpear a Ucrania. Y utilizó menos misiles de crucero», declaró a CNN el jefe interino de comunicaciones de las Fuerzas Aéreas ucranianas, Yuriy Ignat.
Estos misiles menos sofisticados forman parte del creciente apoyo de Corea del Norte a Moscú, que también incluye unos 11.000 soldados norcoreanos desplegados en la región rusa de Kursk.
A medida que se hace evidente el papel cada vez más importante de los misiles norcoreanos, funcionarios ucranianos dieron a CNN acceso a fragmentos de los restos de las armas, que muestran la aparente extensión de los circuitos fabricados o diseñados en Estados Unidos y Europa en sus sistemas de guía.
Según un reciente informe de la Comisión Independiente Anticorrupción de Ucrania (NAKO, por sus siglas en ucraniano), una organización de la sociedad civil, nueve fabricantes occidentales producen componentes cruciales utilizados en los misiles norcoreanos, incluidas empresas con sede en Estados Unidos, Países Bajos y Reino Unido. Algunas piezas de los misiles KN-23/24 que analizaron se fabricaron en fecha tan reciente como 2023, lo que sugiere una rápida canalización de las entregas a Corea del Norte.
CNN pudo ver un almacén en el que los investigadores del Gobierno ucraniano peinan los restos en busca de pequeños detalles que ofrezcan pistas sobre la producción de estas armas mortíferas.
El almacén estaba lleno de drones dañados y piezas de misiles quemadas. En distintos edificios, cientos de microchips estaban cuidadosamente separados en carpetas con nombres de distintas armas utilizadas por Rusia: «Shahed», «Iskander» y «KN-23».
Es un lugar sombrío, ya que los investigadores son muy conscientes de que los componentes fueron rescatados de los escombros de edificios donde se perdieron vidas. Los ataques con misiles norcoreanos causaron al menos 28 muertos y 213 heridos este año, según declaró el fiscal general ucraniano a CNN.
«Todo lo que funciona para guiar el misil, para hacerlo volar, son componentes extranjeros. Toda la electrónica es extranjera. No hay nada coreano en él», declaró Andriy Kulchytskyi, jefe del Laboratorio de Investigación Militar del Instituto de Investigación Científica Forense de Kyiv.
«Lo único coreano es el metal, que se oxida y corroe rápidamente», añadió.
Un funcionario de la Inteligencia de Defensa ucraniana, que habló bajo condición de anonimato, dijo que sus investigaciones se ven obstaculizadas por los daños sufridos por los fragmentos del misil, pero que aún es posible determinar que «la gran mayoría de los componentes son occidentales. Probablemente el 70% son estadounidenses, de empresas conocidas […] También utilizan componentes fabricados en Alemania y Suiza».
Un informe publicado a principios de este año por la organización de investigación británica Conflict Armament Research, o CAR (por sus siglas en inglés), descubrió que el 75% de los componentes de uno de los primeros misiles norcoreanos utilizados para atacar Ucrania procedían de empresas con sede en Estados Unidos.
Los productos sancionados circulan por China
No hay información fiable sobre cómo llegan exactamente los componentes a Corea del Norte, según los expertos en rastreo de armas. Pero todos los indicios apuntan a China como el conducto probable, dicen los expertos.
«Hemos rastreado con éxito algunos de esos componentes, y los últimos custodios conocidos son empresas chinas», afirmó Damien Spleeters, subdirector de operaciones de CAR, que trabaja para documentar de forma independiente las armas desviadas. Eso significa que las empresas chinas compraron los componentes a los fabricantes y a una serie de intermediarios.
«El desvío rara vez se produce en la planta que fabrica los componentes», declaró a CNN.
CAR tiene la política de no «nombrar y avergonzar» a fabricantes específicos porque no hay pruebas de que las empresas enviaran deliberadamente las piezas a Corea del Norte.
«Algunas piezas de estos componentes pueden ser realmente falsas y estar fabricadas en China», afirmó Victoria Vyshnivska, investigadora principal de NAKO. «Pero no podemos estar seguros al 100%», añadió, ya que las empresas en cuestión a menudo no respondían a las preguntas.
Un fabricante pudo proporcionar a NAKO pruebas de que un componente electrónico de escaso valor hallado en un misil norcoreano era una falsificación.
Mientras tanto, Vyshnivska comentó que algunos fabricantes están optando por no mejorar el control de sus exportaciones, ya que un registro más detallado y auditorías a las empresas implicarían costos adicionales. “Es ignorancia que, a veces, quizá esté motivada por el dinero”, dijo a CNN.
La organización británica CAR (Conflict Armament Research) y otros investigadores consideran que el problema principal son las empresas intermediarias de distribución, no los fabricantes.
Según CAR, más de 250 empresas fueron identificadas como proveedoras de componentes utilizados en misiles norcoreanos. Sin embargo, la mayoría de estos componentes electrónicos se venden a cinco distribuidores principales, todos ellos con sede en Estados Unidos y Canadá. CAR está instando a los responsables políticos a centrar más esfuerzos en regular a estas empresas distribuidoras.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos ya intensificó sus acciones contra entidades y empresas fantasma que enviaron bienes sancionados a Rusia y Belarús.
Funcionarios ucranianos argumentan que la débil aplicación del régimen de sanciones por parte de las naciones occidentales es uno de los problemas principales.
Vladyslav Vlasiuk, comisionado de política de sanciones del presidente de Ucrania, expresó su esperanza de que la próxima administración Trump busque un mayor control sobre el comercio ilícito.
“Ninguna entidad fabricante fue responsabilizada aún por estos suministros”, dijo Vlasiuk a CNN. “Creemos que si cualquiera de estos fabricantes fuera responsabilizado por la cantidad de microelectrónica encontrada, por ejemplo, en misiles rusos que golpean Ucrania, realmente empezarían a hacer más al respecto”.
Esto refleja el sentir de la Subcomisión Permanente de Investigaciones del Senado de EE.UU., que a principios de este año criticó a los fabricantes estadounidenses por no hacer lo suficiente para investigar a los compradores potenciales, a pesar de contar con “recursos, financiación y conocimientos” adecuados.
“Nuestros hallazgos revelan una clara falta de interés en evaluar y mejorar las prácticas de cumplimiento corporativo y, en particular, en monitorear a esos distribuidores, los intermediarios”, dijo en septiembre el senador demócrata por Connecticut Richard Blumenthal.
Según un funcionario de inteligencia ucraniano, los componentes también continúan siendo desviados hacia Irán y directamente a Rusia.
“Rusia utiliza componentes occidentales en todo el espectro de armas letales y drones de reconocimiento”, indicó el funcionario de inteligencia de defensa a CNN, señalando que el derribo de uno de los drones pesados de Rusia, el «Okhotnik», reveló que estaba compuesto principalmente por componentes estadounidenses. “También necesitamos realizar el trabajo necesario para cerrar estos canales de suministro”, añadió.
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