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El té elaborado con hojas de durazno está ganando terreno en el mundo de los remedios naturales gracias a sus posibles beneficios para la salud del corazón, el sistema digestivo y el descanso. Esta bebida, que se obtiene a partir de las hojas del árbol de durazno (Prunus persica), contiene compuestos vegetales como flavonoides, polifenoles y antioxidantes que contribuyen al bienestar general del organismo.
Consumido de forma regular —siempre con la aprobación de un profesional de la salud, sobre todo si se toman medicamentos—, puede favorecer la elasticidad de los vasos sanguíneos, ayudar a bajar la presión arterial y colaborar en la reducción del colesterol LDL (el llamado “colesterol malo”), lo que lo convierte en un aliado para cuidar el corazón.
Un árbol con historia
El duraznero, originario de China y cargado de simbolismo —en su tierra de origen se lo asociaba con la longevidad— llegó a América durante la época colonial. Si bien por siglos fue una planta exclusiva de los jardines de la nobleza, a partir del siglo XX su cultivo se extendió y se convirtió en un clásico de muchas huertas familiares. El árbol pertenece a la misma familia botánica que otras frutas populares como la manzana, la pera, la ciruela o la frutilla, y también comparte parentesco con las rosas.
Las hojas de este árbol, más allá de su función natural, han sido utilizadas por diversas culturas como remedio tradicional. A nivel digestivo, se las emplea para aliviar malestares estomacales leves, ayudar con la disentería, calmar los nervios, bajar la fiebre o incluso como antiparasitario. También se han usado en baños posparto y cataplasmas para irritaciones en la piel.
Beneficios posibles
Entre los beneficios que se le atribuyen al té de hojas de durazno, se destacan:
- Efecto hipotensor: puede colaborar en la regulación de la presión arterial, gracias a los flavonoides que mejoran la elasticidad de las arterias y disminuyen la inflamación.
- Reducción del colesterol LDL: su contenido antioxidante favorece la limpieza de los vasos sanguíneos, previniendo la acumulación de grasa y la formación de placas.
- Acción depurativa: sus polifenoles pueden ayudar a eliminar toxinas del organismo y reducir la retención de líquidos, aliviando así la carga sobre el sistema circulatorio.
- Protección cardiovascular: los antioxidantes neutralizan los radicales libres y protegen los tejidos del corazón del daño oxidativo.
- Efecto sedante leve: algunas personas lo consumen para calmar el nerviosismo, favorecer el sueño o aliviar tensiones del día.
¿Cómo se prepara?
Hay dos maneras frecuentes de preparar esta infusión. Ambas son sencillas y podés hacerlas en casa:
Opción con hojas secas:
- Herví una taza de agua (250 ml).
- Agregá una cucharada de hojas secas de durazno.
- Dejá hervir durante 10 minutos
- Retirá del fuego, tapá y dejá reposar por 5 minutos.
- Colá y tomá caliente o frío.
Opción con hojas frescas:
- Herví una taza de agua con tres a cinco hojas frescas.
- Mantené el hervor unos 10 minutos.
- Dejá reposar, colá y serví.
Podés consumir esta infusión una o dos veces por día, idealmente sin agregar azúcar ni endulzantes artificiales. También es posible usar las hojas machacadas como cataplasma para calmar picazones o irritaciones leves.
Aunque se trata de una bebida natural, eso no significa que esté libre de efectos secundarios. Si estás tomando medicación para la presión, anticoagulantes o tratamientos crónicos, lo mejor es consultar antes con un profesional de la salud. Las infusiones a base de plantas pueden interactuar con ciertos fármacos y, en lugar de ayudar, complicar el cuadro general.
Sumar un té de hojas de durazno puede ser una buena manera de complementar una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable. Pero como con cualquier remedio natural, el secreto está en la moderación y en el asesoramiento adecuado.
