La reunión por el Día del Amigo y los futuros encuentros entre colegas de Inspección Escolar de Florencio Varela tendrán una guitarra silenciosa que permanecerá apoyada en una silla vacía. Leonel Esteban Ayala era el encargado de amenizar esas tertulias que a veces se extendían hasta la madrugada, también en su departamento del centro de esa ciudad del sur del Conurbano.
Leonel era profesor de Música, inspector de escuelas públicas, deportista, le gustaba cuidar su imagen y mantener prolija la agenda de actividades. El 17 de julio hubiese cumplido 33 años. Pero a su rutina intensa y cargada de proyectos se le cruzó una tragedia insospechada. Un dolor abdominal lo llevó a una clínica de la zona y después lo trasladaron al hospital Italiano de La Plata porque hubo una complicación.
El final: Leonel murió después de recibir el fentanilo contaminado que, a fines de marzo, salió de un laboratorio y se esparció por hospitales y centros de atención de todo el país.
Hasta el momento, se sospecha que 54 pacientes como Leonel, internados en terapias intensivas de institutos de Buenos Aires, CABA y Santa Fe terminaron afectados por dos bacterias letales que infectaron las ampollas de ese poderoso analgésico.
La Justicia Federal de La Plata tiene una causa con más de cinco cuerpos y 1.200 fojas que se inició en mayo, cuando la ANMAT recibió un informe que corroboraba que el fármaco provisto por el laboratorio HLB Pharma y elaborado en la firma Ramallo contenía las bacterias que estaban en los cuerpos de Leonel y otros 14 pacientes del Italiano de La Plata.
Leonel Ayala tenía 32 años y era licenciado en Educación y músico.
Ayala era licenciado en Educación, egresado de la Universidad Nacional de Quilmes. También había estudiado desde muy chico en la Escuela de Arte de Varela. Además de guitarra, interpretaba sin dificultad música con el chelo y el contrabajo.
Vivía solo en un departamento y desde los 19 años se sumergió en la actividad docente: comenzó como “profe” de un jardín de infantes, fue educador en varios institutos de ese distrito bonaerense y desde 2023 era inspector de Artística, el máximo cargo en el escalafón educativo estatal.
“Era joven, fuerte y sano. Nunca tuvo una enfermedad grave. Creo que ni había usado su obra social”, intenta graficar su hermano Alejandro, en diálogo con Clarín.
Desde los 19 años se dedicó a la docencia y llegó a ser inspector, el máximo cargo en el escalafón estatal.
Leonel forma parte de ese voluminoso expediente que se abrió a partir del fentanilo contaminado. Ese gélido trámite lo identifica como “Legajo de víctima 22”.
En apenas dos meses, la vida de Ayala tuvo una vuelta de campana. El 5 de marzo, en pleno fin de semana largo de Carnaval, se presentó -de madrugada- en la guardia de la Clínica Ranelagh, de Berazategui. Tenía un fuerte dolor abdominal. Nada que presumiera una situación de gravedad.
Los médicos decidieron internarlo por prevención, porque el dolor era muy agudo. El diagnóstico fue pancreatitis biliar. Tenía cálculos en la vesícula que habrían obstruido el conducto del páncreas. Con los tratamientos mejoró, pero el 12 de marzo tenía prevista una práctica similar a una endoscopía.
“Le hicieron ese estudio, aunque estaba bien y desde entonces empeoró. Nos dijeron que en Ranelagh no lo podían atender porque requería alta complejidad y que debíamos buscar un lugar con terapia intensiva. Nos dirigimos al Italiano”, contó Alejandro.
Leonel tuvo una pancreatitis. Una complicación terminó en su internación en el Italiano.
Los profesionales de La Plata detallaron que la práctica le había perforado un órgano y que debían esperar unas semanas la evolución para operar. El 4 de abril le hicieron una intervención. Fue exitosa.
Pero el 9 de abril comenzó a asomar un cuadro de fiebre alta. “Es una neumonía”, explicaron. Y el joven quedó aislado, porque no podían atacar la bacteria que provocó la infección. El cuadro empeoró de forma severa hasta que el 12 de abril, llamaron a los familiares para informar el fallecimiento de Leonel. “Paro cardio respiratorio y pancreatitis”, fue el parte final.
El estallido impactó de lleno en la familia Ayala. Leonel tenía otros seis hermanos, dos de ellos viven en España.
Todos se criaron en el barrio San Francisco, de Varela. A 14 kilómetros del centro de la ciudad, es una zona semi descampada donde su padre, Luis Miguel, siempre trabajó de albañil. Su madre, Liliana Peralta todavía ejerce como docente en la zona. “Todos quedamos impactados. No podíamos creer que esto nos estuviera pasando. Mi madre todavía creo que no termina de asumir el tremendo golpe”, contó Alejandro, kinesiólogo y también vinculado con la actividad educativa.
Todos en la familia Ayala son músicos. “Algunos, muy buenos, como Leo, otros improvisados -como yo- y los menos, son corajudos. Pero nos faltará en cada encuentro esa faceta festiva y despreocupada que siempre tenía Leo”, lamentó su hermano, un año menor que el profesor.
Pasión por la música. Según su hermano, Leonel era un gran músico.
Desde abajo, casi al límite con el suelo, Leonel había alcanzado -en apenas algo más de tres décadas- un peldaño bien arriba en su profesión, estaba colmado de proyectos, lleno de afectos y rodeado de una familia sin fisuras.
Le quedaron muchos sueños por cumplir. Uno de ellos: conocer el Monumental. Era fanático de River y nunca se decidió a cruzar el conurbano para arrimarse a Núñez.
Jamás dejó de estudiar. Siempre dedicó su tiempo libre a la capacitación. “Cada vez que le ofrecíamos un programa, ir a jugar un partido de paddle o ver algún espectáculo nos decía ‘Termino con un libro que estoy leyendo y voy’”, recuerda Alejandro.
Una bacteria mezclada en un medicamento le quebró sus ilusiones y su vida. Las víctimas del fentanilo infestado son una foja en un expediente, pero también una historia en cada vida. Alejandro lo resume así: “Cada uno de estos 54 pacientes que murieron, por lo menos hasta ahora, eran padres, madres, hijos, hijas, hermanos, amigos. No sólo un número de cama en la terapia. Todas personas que las instituciones no cuidaron. Gente que dejó cosas pendientes, familias destruidas”. Es un resumen acertado.
AS
Sobre la firma
Fabián Debesa
Corresponsal en la ciudad de La Plata [email protected]
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