Iguazú (LaVozDeCataratas) “Desde muy chica supe que lo mío era pintar”
¿Cómo te iniciaste en la pintura?
“En realidad, desde muy chiquita. Creo que todos los que pasamos por el taller tenemos cerca a algún niño que dibuja todo el día. En mi caso era así: no me interesaban tanto los juegos, quería estar tranquila pintando. Mi familia vio eso y a los siete años empecé a tomar clases. Fueron muchos años, con algunos pausas por razones ajenas, pero seguí en Brasil, en Eldorado, hasta recibirme de profesora de arte. El taller como espacio propio lo inicié en 2009, mientras trabajaba en hotelería. Fue creciendo de a poco y hoy se transformó en un lugar de encuentro, un faro para muchos chicos que, como yo en mi infancia, encuentran en el dibujo un refugio.”
¿De dónde surge tu inspiración?
“Mi recorrido es amplio, pero algo que siempre me apasionó fueron los retratos. En casi todas mis obras hay rostros, a veces más evidentes, otras más sutiles. La inspiración no llega mágicamente: hay que trabajarla. Cuanto más pintás, más fácil fluyen las ideas. Mis obras son figurativas, transmiten mensajes claros. Uso muchas fotografías —algunas las tomo yo, sobre todo de niños— y otras imágenes las encuentro en redes o de fotógrafos de Cataratas. A partir de esas referencias, voy creando. El arte es eso: transformar lo que ves, darle tu forma, tu voz.”
—¿Seguís formándote?
“Siempre. Admiro a quienes se sienten completos con su técnica, pero en mi caso, siempre busco ir por algo más. Hace poco hice un curso de retratos en acuarela, una técnica que me encanta. Seguir aprendiendo es una posibilidad inmensa, te renueva.”
“En el arte no hay mala praxis”
—¿Qué mensaje dejarías a los chicos y jóvenes que están empezando?
“Que se animen, aunque no sepan dibujar. El arte tiene frustraciones, claro, como la vida. Pero eso es lo valioso: aprender de los errores, transformar. En el arte no hay mala praxis. Podemos cambiar, borrar, rehacer. Siempre. En este mundo tan ruidoso, el arte te invita a ir hacia adentro, a conectar con vos mismo. No hay muchas cosas que te den esa oportunidad. Por eso, hay que cuidar y valorar esos espacios donde uno puede crear, expresarse y, sobre todo, encontrarse.”
Con una voz serena y firme, Marisol Gorgues encarna el espíritu de esta fecha: la pasión por crear, enseñar y transformar. En cada trazo, late la identidad de Iguazú y la certeza de que el arte, más que un talento, es un camino de vida.





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