Renacer una vez más, por Daniel Habif
Todo golpe, todo embate en nuestra vida siempre es una invitación a renacer. Y no a renacer dos veces o tres, sino las veces que sean necesarias y que seamos capaces de hacerlo.
Porque en una vida la verdad es que caben miles de vidas. Pero ¿Cuántas estamos dispuestos a vivir? Porque en un solo día podemos determinar una nueva existencia. Porque en un solo día podemos eclipsar una vida entera. Porque en un solo día podemos cambiar de naturaleza, no borrándola sino interviniéndola, transformándola, interpretándola, resignificándola. Porque nuestra biología está viva. Y si estamos vivos toda nuestra biografía puede ser modificada, mejorada, alargada, trascendente y más.
Sufrimos en grandes cantidades porque porque pensamos que las cosas deberían ser de otra manera, o sea, a nuestra manera. Creemos que la mejor justicia es la de salirnos con la nuestra y que el futuro siempre sabe menos que lo que nosotros sabemos de él. Y el futuro siempre sabe más porque ya estuvo ahí, sabe porque ha de llegar. Somos nosotros los que tenemos que aceptar, prepararnos, anticiparnos con la intención de provocar el futuro a nuestro favor.
No dejemos que nada ni nadie nos corte las alas y mucho menos que seamos nosotros mismos los que nos desplumemos. Nos quedan cientos de cielos por navegar.
Perdonemos, a los demás y a nosotros mismos. Porque a pesar de los dolores, nosotros, cada uno, tenemos que encontrar una forma de sonreír y de luchar por lo que amamos, por los que amamos, por nuestros sueños, por nuestras metas. No mañana, no después, sino ahora mismo.
Daniel Habif