Un caza F-18 del Ejército del Aire sobrevuela las Bardenas Reales, en Navarra (EA)
El Gobierno español ha dado luz verde al desembolso de 40 millones de euros para la compra a Estados Unidos de distintos repuestos y componentes necesarios para prolongar la vida de la flota de cazas F-18 del Ejército del Aire y del Espacio. De acuerdo a lo informado por La Moncloa este contrato permitirá cubrir “todos los elementos logísticos” que se requieren para que estas aeronaves continúen volando, al menos, hasta 2035. El año pasado, el Ejecutivo había aprobado una inversión de 50 millones de euros también con esta finalidad.
La adquisición de este materia se llevará a cabo mediante el programa estadounidense de Ventas Militares al Exterior (FMS, por sus siglas en inglés), método a través del que Washington suministra armamento a sus aliados internacionales. Los F-18 son los aviones de combate más antiguos con los que cuenta la fuerza aérea española y, pese a esta nueva inversión en ellos, el Ministerio de Defensa ya ha puesto en marcha un plan para reemplazarlos.
De hecho, los primeros F-18 que serán sustituidos son los que están destinados en Canarias, en la Base Aérea de Gando, en el marco del denominado programa Halcón. El departamento que lidera Margarita Robles cerró, en 2021, un contrato con la empresa Airbus para la compra de 20 Eurofighter, por 2.000 millones de euros, que comenzarán a llegar en 2026, momento que serán dados de baja definitivamente los F-18 canarios. A las unidades insulares le seguirán, previsiblemente a comienzos de la próxima década, los F-18 de la península que, de acuerdo a los planes de Defensa, serán reemplazas no sólo por el caza europeo sino también por un segundo modelo de quinta generación.
El silencio de Defensa al respecto es absoluto, pero todos los indicios apuntan a que este segundo modelo no sería otro que el F-35 estadounidense. En 2022, el Ministerio dividió en dos programas distintos la renovación de la flota de 60 cazas F-18 que España posee entre las bases de Torrejón de Ardoz (Madrid) y Zaragoza. Por un lado, el proyecto Halcón II por 25 Eurofighter, valorado en 4.500 millones de euros, y, por otro, un nuevo programa en el que se incluye también el sustituto de los Harrier, con un presupuesto de 6.250 millones. La Armada precisa un caza capaz de despegar y aterrizar de manera vertical y el F-35 es el único modelo que ofrece esta posibilidad actualmente en el mercado.
El F-18 en España
En mayo de 1983, España finalizó un extenso proceso de evaluación al seleccionar el F-18 para reforzar su flota de combate, con una compra inicial de 72 unidades, distribuidas en 60 monoplazas (modelo A) y 12 biplazas (modelo B). Los primeros cazas llegaron a la base de Zaragoza en julio de 1986, incorporándose al Ala 15 y más adelante al Ala 12, en Torrejón de Ardoz, en reemplazo de los F-4C. Esta adquisición marcó un hito al ser la primera vez que el Ejército del Aire concluyó un programa completo de evaluación y compra de un cazabombardero de manera autónoma, sin intervenir acuerdos de amistad diplomáticos.
Caza F-18 de España (Javier Chao/Ejército del Aire)
Posteriormente, España adquirió otras unidades de F-18 excedentes de Estados Unidos, fortaleciendo el Ala 46 de la Base Aérea de Gando, después de un breve periodo en la Base Aérea de Morón (Sevilla). El F-18, conocido por su capacidad de ataque y penetración sin especializarse en un único ámbito, ha demostrado ser un sistema de armas versátil, con habilidad para ejecutar misiones tanto aire-aire como aire-superficie.
El F-18 posee características técnicas sobresalientes como una longitud de 17,07 m, envergadura de 11,43 m y una altura de 4,67 m. Con un peso vacío de 12.701 kg y un peso máximo al despegue de 25.400 kg, el caza alcanza velocidades máximas de 1.8 Mach y una autonomía de 780 km, extendiéndose a 3700 km en misiones de traslado (ferry). Equipado con dos motores General Electric F404, un cañón Vulcan de 20 mm, misiles Sparrow, Sidewinder y Taurus, junto con una capacidad de carga lanzable de hasta 7.700 kg, el F-18 se destaca por su versatilidad y alto rendimiento operativo.