El cimbronazo que significó la renuncia al cargo de entrenador de Leandro Romagnoli, uno de los máximos ídolos del club, y la búsqueda de su sucesor consiguió correr el foco noticioso de los últimos días en San Lorenzo. Fueron al menos 48 horas en las que los malos resultados, el flojo andar del equipo y todo lo ocurrido en Mendoza, con penal picado incluido, quedaron en un segundo plano… Ni siquiera de Iker Muniain se habló. Pero claro, todo eso no era más que una tensa calma que terminó por desaparecer en la mañana de este miércoles, cuando un grupo considerable de miembros de la barra se hicieron presente en la práctica.
El plantel ya había comenzado el entrenamiento matutino bajo las ordenes de Damián Ayude, el deté de la Reserva que asumió interinamente hasta que se confirme al nuevo conductor, cuando irrumpieron en la cancha auxiliar una buena cantidad de personas. Según pudo averiguar Olé, habrían sido casi un centenar de personas las que fueron a la Ciudad Deportiva con el objetivo de hablar con los futbolistas.
Si bien nadie habla de agresiones físicas, todos coinciden en que la conversación fue poco amistosa y, por momentos, en tonos altos. Habría durado cerca de media hora y entre varios reclamos que recibieron los jugadores, los principales apuntaron a la actitud en la cancha, a entender el lugar en el que están y la importancia de lo que está en juego, teniendo en cuenta que hoy el Ciclón está a ocho puntos de Tigre, el último de la tabla que sería el que pierda la categoría en caso de que no se quiten los descensos.
Hubo algunos jugadores que tomaron la palabra pidiendo calma, también hubo cuestionamientos hacia Francisco Fydriszewski por haber picado el penal ante Godoy Cruz y en medio del ida y vuelta desde el plantel expresaron las complicaciones que se viven en el día a día del club que terminan afectando lo deportivo. «Salgan a hablar y expongan todo, pero acá hay que ganar», fue la respuesta que encontraron desde el grupo que ocupa la tribuna local.
Luego de lo sucedido, el entrenamiento siguió, aunque lógicamente ya nada en la jornada fue normal. El clima en Boedo es complejo, eso no es ninguna novedad, pero da la sensación que ni siquiera la confirmación de que asuma un entrenador con experiencia y consenso como Miguel Ángel Russo, algo que podría suceder en las próximas horas, conseguirá calmar las aguas. Encima, el domingo (a las 19) el conjunto azulgrana recibe a Barracas Central y estará nada menos que Ruben Darío Insua sentado en el banco visitante, como para sumarle condimentos a un Pedro Bidegain que estará repleto y con poca paciencia…
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