Acostumbrado a salir de la zona de confort casi en forma permanente, Ezequiel Miedvietzky, líder de Amarilla, la constructora argentina que se expandió a Estados Unidos, ahora encontró un destino poco frecuente: India.
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El emprendedor nació en Chaco, estudió Ingeniería Industrial en Buenos Aires, Management y Desarrollos en Harvard, y a muy temprana edad se volcó de lleno al mundo de la construcción. Arrancó levantando una torre de lujo en su provincia, pero hoy, si bien sigue construyendo en el país, su foco está afuera; de hecho, se encuentra levantando casas en los barrios más exclusivos de Miami.
Hace dos años y medio decidió mudarse a Estados Unidos, desde donde sigue dirigiendo la empresa familiar y en donde encontró un público interesado en sus productos: grandes empresarios o figuras del cine y del deporte, que quieren construir casas icónicas que valen millones de dólares. Una de ellas se ubica en Bal Harbour -un barrio en el norte de Miami Beach, conocido por su elegancia y lujo- que se estima que estará lista para fines de 2024 y costará US$40 millones.
Pero la novedad que pone de manifiesto su espiritu discruptivo es su reciente desembarco en la India. “Mi leit motiv es que la construcción es un acto de amor”, explica Miedvietzky, quien sólo construye proyectos de nicho que aspiran a ser emblemáticos. Uno de ellos se ubica en Juhu, un barrio de la ciudad de Bombay, India, en donde levanta una casa de 7 pisos y dos subsuelos. “Es la casa de una familia en la que convivirán tres y hasta cuatro generaciones, donde residen los abuelos, padres e hijos, compartiendo amenities y servicios”, detalla y revela que la casa se está construyendo sobre un terreno de 1000 m², por el que se desembolsaron US$25 millones.
“La propiedad tendrá un costo total de 40 millones de dólares. En ese mismo proyecto, además de construir la casa para la familia, levantamos una vivienda contigua, para las 20/25 personas pertenecientes al staff y que trabajan en la casa”, agrega. Sin embargo, una de las cosas que más llamó la atención en el lugar es que, para albergar a los obreros que trabajan en la construcción, Miedvietzky también hizo construir una casa contigua. “La Argentina respeta como en ningún lugar lo que es seguridad e higiene y nosotros queremos llevar esa bandera a todas partes”, explica el emprendedor.
Otro dato curioso es que el interiorista de esta propiedad es el mismo que decoró la casa de Mukesh Ambani, la undécima persona más rica del mundo. El magnate posee una fortuna valorada en US$123.000 millones y tiene una casa de 27 pisos y 37.161 metros cuadrados que habría costado más de US$1000 millones.
Cerca de las raíces
El emprendedor chaqueño ha exportado sus productos fuera del país, pero no deja de invertir en la Argentina. Explica que CABA le parece “una de las mejores ciudades”, y agrega que “en el mundo de la construcción y la arquitectura contamos con los mejores talentos, y las empresas sólo pueden crecer con talento”. Asegura que la Ciudad de Buenos Aires está muy consolidada y, a la hora de responder a la pregunta sobre los barrios con potencial, señala que son aquellos que pueden generar microclimas o microzonas: “Devoto lo logró y el Microcentro podría alcanzarlo”.
Una de sus primeras apuestas en el país fue en Resistencia, Chaco, la tierra en donde nació. Levantó Harmony, una torre residencial premium de 30 pisos y 49 departamentos con 13.000 m² de obra. Ahora avanza fuerte en la ampliación de The Vines, un emprendimiento ubicado en el Valle de Uco, Mendoza, en un terreno de 500 hectáreas. Se trata de un hotel bodega con un loteo de viñedos, con el restaurante del chef Francis Mallmann, Siete Fuegos, y con residencias frente al majestuoso paisaje de montaña mendocino, en el que los visitantes pueden hacer su propio vino.