La prisa no suele ser una buena compañera y a la hora de comprar decididamente es mala. Tomar lo primero que se encuentra, para ahorrar minutos, puede ser la diferencia entre llevar un producto fresco y uno cuya fecha de caducidad está muy cercana.
Las tiendas siempre ponen a la vista aquello que se proponen que los consumidores lleven, lo cierto es que no siempre se trata de las mejores ofertas o las novedades, sino también de aquellos productos que han estado más tiempo en las góndolas. La maniobra no es ningún complot contra los consumidores, sino un método de reposición estandarizado denominado First In First Out – (Primero en Entrar, Primero en Salir) popularizado como método FIFO por sus siglas en inglés.
El objetivo del método no es que los consumidores se lleven productos caducos, sino totalmente lo contrario, la idea de la técnica es evitar el riesgo de vender productos vencidos, asegurándose que los que tienen sus fechas de vencimiento más próximas no queden perdidos en los estantes.
Al respecto, desde el Instituto Europeo de Posgrado detallan: “….esta metodología de gestión logística sirve para disponer de una manera más accesible aquellos productos perecederos, previniendo así su caducidad. Es el caso de algunos alimentos, cosméticos o medicamentos. El cometido es obtener una rotación de mercancías en un almacén, maximizando la vida útil de estos productos y sin pérdidas económicas”.
La táctica anti FIFO para llevarse productos frescos
Al conocer esta clave de reposición, una buena estrategia de compra es no tomar, justamente, aquellos productos frescos que se encuentren al frente en los estantes, sino los dispuestos más atrás que, FIFO mediante, seguramente tendrán un plazo más extenso de duración hasta su vencimiento. En artículos como carne, huevos o lácteos implementar esta técnica a la hora de comprar puede hacer una gran diferencia.
Desde la publicación especializada en consumo Chow Hound detallan que, más allá de implementar la técnica de tomar los productos frescos de la parte de atrás de las góndolas, siempre se deben revisar las fechas de vencimiento. Este consejo, de sentido común, no es una práctica muy usual para la mayor parte de los consumidores.
Según los expertos, los errores de almacenamiento son más comunes de lo que se cree, por eso recomiendan que “aunque la mayoría de las tiendas están atentas al uso del método FIFO, es mejor verificar dos veces las fechas de cada producto perecedero que se compre”.
Cuidado con las ofertas
En relación con las ofertas, el recaudo debe llevarse al máximo porque, según explican, justamente, muchas promociones se realizan con la finalidad de sacar de la tienda lo más rápidamente aquellos productos muy próximos a vencer. Si la idea es consumirlos el mismo día, obviamente los beneficios son una gran forma de ahorro, pero si lo que se busca es aprovisionarse y llenar el refri hay que chequear que objetivamente eso sea posible.
Frente a la tentación de creer que las fechas de caducidad son fantasías o solo sugerencias los expertos de Chow Hound son taxativos en explicar que “los alimentos perecederos pueden representar un riesgo para la salud cuando caducan, ya que las bacterias pueden crecer en ellos con el tiempo, lo que provoca el deterioro y potencialmente enfermedades transmitidas por los alimentos”.
A la hora de prestar máxima atención, las aves, el pescado, los productos crudos y las carnes vacunas son las de mayor cuidado, según detallan, además de los productos que no poseen conservantes, que siempre poseen una vida útil más corta, concluyen.