(CNN Español) — El 19 de octubre cientos de alebrijes gigantes desfilaron en carros alegóricos por las avenidas principales de la Ciudad de México. ¿Qué son y qué representan?
Los alebrijes son criaturas fantásticas o míticas hechas con cartonería que nacieron de un sueño profundo del artesano mexicano Pedro Linares López, quien enfermó y quedó inconsciente y, según él, se le revelaron las criaturas extrañas.
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“Cuando él despierta de ese trance empieza a sentir una mejoría en su salud y a recordar lo que había soñado. A raíz de ahí tiene la necesidad de replicar lo que vio, relata su nieto Ricardo Linares a CNN desde su taller en el barrio de la Merced en el centro de Ciudad de México.
«Primero lo intentó con barro, luego con otros materiales hasta que lo logró con el cartón, oficio al que se dedicó toda su vida».
Ricardo, quien es la tercera generación de cartoneros de su familia, cuenta que su abuelo pudo haber enfermado por una herida mal tratada tras participar en el conflicto armado conocido como «Guerra Cristera», que finalizó en 1929. Otra versión es que experimentó catalepsia, un trastorno nervioso central caracterizado por inmovilidad, rigidez muscular y la disminución de la sensibilidad al dolor, según el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
Doodle rinde homenaje a Pedro Linares, el «padre» de los alebrijes
Con mandil y engrudo en las manos, detalla más sobre el sueño de su abuelo Pedro: “Llega a una especie de bosque donde ve que los árboles y sus ramas; las piedras, las nubes, empiezan a tomar formar de animales con garras, alas y dientes», dice Linares quien afirma que la palabra alebrijes no existía antes de que la soñara Pedro Linares. «Entonces, en ese lugar empiezan a hablar estas criaturas, decían: ‘alebrijes’. Mi abuelito cuenta que ellos lo guiaron, y de repente, despertó».
Aunque no está claro qué le pasó a Pedro Linares, fue a raíz de este episodio que comenzó a plasmar estas figuras catalogadas como «una de las mayores expresiones de la cultura popular en México» y Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México, según Secretaría de Cultura. Además, han sido reconocidas a nivel internacional con exposiciones en lugares como el Rockefeller Center de Nueva York y el Festival Lille 3000 en Francia.
Los alebrijes también han sido inspiración para cineastas como Judith Bronowski y François Reichenbach, quien continuamente visitaba el taller de Linares e incluso compró varios alebrijes, según cuenta el hijo de Pedro Linares, Miguel Linares.
En 1960, Miguel comenzó a experimentar con la forma, estilo, tamaño y colores de los alebrijes, logrando las figuras como hoy en día se conocen. Su padre inició con figuras rígidas de unos 50 centímetros con colores obscuros en tonos grises, cafés y verdes. Miguel fue quien las llevó a gran escala con medidas que van desde los 2 y hasta 5 metros de altura. Para hacer un alebrije solo se requiere papel, engrudo y pintura, la base para hacer una piñata.
Para Miguel Linares, que lleva más de 50 años en el oficio de la cartonería, el proceso de creación de un alebrije es «inexplicable», ya que puede iniciar con una forma, y de pronto, cambia de idea y hace otra cosa. Explica que no hay una parte específica para empezar a hacer la figura, pues a veces comienza por la cabeza, otras veces por las alas o la cola e incluso por el alma.
«Un alebrije es lo máximo, no hay límite en la creatividad para hacerlo, Ninguno se repite y siempre podemos crear uno mejor», asegura el hijo de Pedro Linares, quien recuerda que desde que iba en la primaria veía cómo trabajaba su papá con las piezas de cartón y le ayudaba.
“El trabajo de mi papá, yo no lo comprendía. Eran cosas extrañas que al principio yo no entendía cómo y por qué los hacía. Poco a poco fui entendiendo que trataba de hacerlos tal como los veía en sus pesadillas y les fui tomando cariño”, dice Miguel.
Antes de los alebrijes, en el taller creaban figuras representativas de la cultura mexicana: piñatas, calaveras, máscaras, catrinas, y los famosos judas que se queman en las festividades del «Sábado de Gloria» en Semana Santa, los cuales coleccionaba el pintor Diego Rivera y que hoy en día pueden verse en el Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo.
«Lo que se sabe es que mi abuelo conoció a Diego Rivera en una pulquería de Coyoacán y le hizo varios encargos de judas y calaveras», cuenta Ricardo.
Una de las mayores satisfacciones de Ricardo Linares es transmitirle a su hija Natalia esta tradición. Para ella dedicarse a la cartonería «es un orgullo», incluso en tiempos de redes sociales.
La cartonería es una técnica de arte popular mexicano que data de la época virreinal cuando era utilizada para la evangelización con objetos como los judas, nacimientos y piñatas, señala el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart).
Desde el año 2007, el Museo de Arte Popular (MAP) realiza anualmente en la capital del país el Desfile y Concurso de Alebrijes Monumentales con el objetivo de preservar y honrar esta artesanía mexicana.
En la edición de este año participaron decenas de alebrijes monumentales hechos por artesanos del país. Los primeros tres lugares reciben incentivos económicos y todos los alebrijes se quedarán expuestos en la avenida Paseo de la Reforma hasta el 3 de noviembre.
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