Durante los últimos días, el Hospital de Aristóbulo del Valle comenzó con la realización de cirugías programadas y de baja complejidad. Según detalló el ministro de Salud Pública, Héctor González, se debe a una inversión que realiza la provincia en la sanidad de los misioneros. Por otro lado, contribuye a acotar la demanda en otros nosocomios y centros sanitarios en localidades cercanas.
En exclusiva a Canal 12, el Ministro explicó que la iniciativa se produjo tras un diálogo constante con el Intendente local y el Director del Hospital. “Es un centro grande y con una estructura muy buena”. Agregó que en el transcurso del año “logramos equiparlo con mesas de anestesia, monitores y cajas quirúrgicas”.
El funcionario detalló que comenzaron a trabajar con cirugías programadas y de bajo riesgo. “Es importante porque anteriormente no se podían realizar estas intervenciones, pero también porque brinda la posibilidad a zonas aledañas a hacerse este tipo de operaciones”.
González comentó que de manera indirecta, con estas medidas “se contribuye a descomprimir la demanda en hospitales de nivel 2 y 3 del resto de la provincia”. Añadió que “la idea es que esto se mantenga en el tiempo en pos de la ciudadanía de Aristóbulo como de lugares cercanos”.
Aristóbulo del Valle fortalece la red sanitaria
“Con estas acciones logramos hacer más fuerte a la salud pública en el interior de la provincia”, valoró el Ministro. En esa línea, consideró que “trasladar a una persona desde algún punto de Misiones a otro, representa un gasto, no solo para el Estado, sino también para la familia”.
González expresó que “permite que el propio médico de guardia evite las derivaciones a otros centros sanitarios. Muchas veces podemos realizar las intervenciones en los propios hospitales del interior y con estas medidas lo logramos”, añadió.
Con un nacimiento se celebró la primera intervención
En las salas y los pasillos del último piso del remozado edificio todo era entusiasmo que se multiplicó con enorme emoción cuando este lunes, a las 19:06 horas se escuchó el llanto de Tahiel Benjamín.
El primogénito de la joven madre, Karen Nicol Scheit, pesó 3.620 kilos al nacer sin ninguna complicación para alegría de todos, especialmente la abuela que lo esperaba ansiosa para tomarlo en brazos apenas salió del quirófano.