Ramón Puerta, exgobernador de Misiones, articula y financia desde Buenos Aires operaciones mediáticas dirigidas contra la provincia, con un doble propósito: desviar la atención de la causa judicial que involucra a su hijo Pedro Puerta en el caso Germán Kiczka y tapar el recuerdo que los misioneros tienen de su cuestionada gestión en los años 90.
El caso Germán Kiczka, que involucra delitos de pedofilia y material de abuso infantil, ha sacudido a la política misionera. Kiczka, exdiputado y socio político de Pedro Puerta, se encuentra detenido, mientras que el hijo de Ramón Puerta enfrenta crecientes cuestionamientos por su cercanía al implicado. Incluso, una propiedad de la familia Puerta fue allanada como parte de las investigaciones.
En este contexto, Ramón Puerta ha desplegado una ofensiva mediática desde la capital del país, valiéndose de periodistas aliados para intentar deslegitimar a la administración provincial. Esta estrategia busca desviar el foco del caso Kiczka y sembrar dudas sobre el modelo de gestión provincial, que ha conducido a Misiones hacia la estabilidad y el desarrollo en las últimas décadas.
Ramón Puerta quiere borrar huellas
El objetivo central de estas operaciones parece ser evitar que los avances judiciales salpiquen aún más a su hijo Pedro Puerta. La preocupación en el entorno familiar es evidente, ya que el caso Kiczka podría exponer vínculos comprometedores no solo de Pedro, sino también del propio Ramón. Al posicionarse como una figura opositora y cargar contra el gobierno provincial, Puerta intenta reconstruir una narrativa favorable que desvíe la atención pública.
Sin embargo, estas maniobras también tienen un trasfondo político: minimizar el recuerdo de su gestión como gobernador, una etapa marcada por el endeudamiento desmedido, la privatización de empresas estatales a precios irrisorios y la quiebra de miles de pequeños productores yerbateros. La disolución de la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM), una decisión clave de su mandato, dejó a las chacras misioneras en ruinas y benefició a un puñado de grandes empresarios, entre los que él mismo figuraba.
La manipulación mediática como arma política
El intento de Puerta por construir una narrativa que lo posicione como víctima de la actual administración no es nuevo. Durante su gobierno, se caracterizó por usar su influencia política y mediática para silenciar denuncias y minimizar el impacto de los escándalos que rodearon su gestión. Ahora, busca replicar ese modelo en un contexto donde las herramientas de comunicación han cambiado, pero las intenciones permanecen.
Fuentes cercanas al caso aseguran que la estrategia incluye desinformar sobre las políticas actuales del gobierno provincial, generar un clima de descontento y sostener el financiamiento de una bateria de tik tokers que desparramen un cumulo de fake news en toda la provincia. En el fondo, la intención sería obtener espalda política suficiente para desarmar las investigaciones judiciales y garantizar impunidad para él y su familia.
El recuerdo de un pasado cuestionado
Para muchos misioneros, las operaciones mediáticas de Puerta traen consigo el recuerdo de su controvertida gestión en los años 90. Su gobierno no solo dejó una provincia endeudada, sino que implementó políticas que afectaron gravemente a los trabajadores estatales y pequeños productores. Los tristemente célebres Bonos Cemis, títulos sin respaldo emitidos por su administración, aún resuenan como símbolo de un modelo económico insostenible.
Por otro lado, las privatizaciones de activos provinciales, como Papel Misionero, y la aplicación de impuestos regresivos sobre los salarios estatales, son ejemplos de decisiones que generaron profundo rechazo. Incluso las tierras adquiridas por Puerta a través de testaferros durante su mandato están teñidas de denuncias por maniobras irregulares que perjudicaron a miles de familias productoras.
Misiones hoy: un contraste con el modelo Puerta
La Misiones actual se ha consolidado como una provincia de vanguardia, con un modelo de gestión que prioriza la estabilidad fiscal, la inclusión social y el desarrollo productivo. Estas políticas han marcado un contraste claro con la época de endeudamiento crónico y concentración de riquezas que caracterizó el mandato de Puerta.
Frente a este panorama, sus ataques mediáticos buscan no solo desprestigiar los avances de la provincia, sino también presentarse como una alternativa política, ocultando las consecuencias de sus decisiones pasadas.
Un futuro incierto para los Puerta
Con su hijo Pedro acorralado por el caso Kiczka y su propio historial bajo el escrutinio público, el regreso de Ramón Puerta al escenario político se percibe como un intento desesperado de reconstruir su imagen y proteger a su familia de las implicancias judiciales. Sin embargo, su estrategia mediática enfrenta el desafío de una sociedad que no olvida los errores del pasado y un sistema judicial que, por ahora, sigue avanzando en las investigaciones.
Las operaciones mediáticas que impulsa Ramón Puerta no solo buscan desviar la atención de la causa Kiczka, sino también borrar las huellas de su propia gestión, una etapa que dejó profundas marcas en Misiones.
A medida que avancen las investigaciones y se desarrolle el panorama político, quedará en manos de los misioneros decidir si están dispuestos a olvidar las lecciones del pasado o si priorizan el futuro construido en las últimas décadas.
Foto de portada: Anibal Greco