Años atrás, la asociación suiza con sede en Argentina, Sagittaria, procedió a la compra de seis hectáreas para ceder a la comunidad mbya Takuapí, ubicada en Ruiz de Montoya. Luego, otras 52 has para la tekoá Tupambaé en esa misma localidad. El último caso fueron lotes donados a Yvy Porã Mirī, acción que culminó con un conflicto territorial que llevaba años de discriminación y hostigamiento en San Vicente.
Respecto a este último, Johannes Jenny, biólogo y director de Sagittaria, explicó a La Voz de Misiones que en principio “la idea de comprar y preservar montes no fue de Sagittariana, sino de los propios mbya guaraníes” y que “se basa en el principio de que somos parte de la creación y no sus dueños”, por lo que “la preservación del bosque sirve a todo el mundo”.
En ese sentido, recordó: “Un indígena norteamericano dijo una vez que no hemos heredado la tierra de nuestros padres, sino que la hemos tomado prestada de nuestros hijos. Como padre y como biólogo, ya mayor, este es mi objetivo personal más importante para el tiempo que me queda”.
Los comienzos
Sagittaria, Asociación Suiza para la Conservación de la Naturaleza en Argentina, fue consolidada en la década del 90′. Inicialmente tuvo como objetivo apoyar a la Fundación Federico Wildermuth con fines de preservación ambiental en la provincia de Santa Fe.
Con el correr de los años decidieron enfocarse en la selva paranaense mediante la compra de bosques y su devolución a las comunidades mbya guaraní. En palabras de Johannes: “El objetivo principal es devolver los medios de vida a quienes ya viven en una cultura sostenible”.
Sobre lo que profundizó: “Luego queremos aprender de ellos cómo cambiar nuestro propio modo de vida para poder trabajar junto con los mbya para frenar el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Se lo debemos a las generaciones futuras”.
Si bien reconoció que cada acción se da poco a poco -teniendo en cuenta los limitados recursos- al mencionar las distintas intervenciones realizadas en la provincia de Misiones, junto a estas comunidades, mencionó el primer proyecto que consistió en la compra de seis hectáreas para Takuapí en la localidad de Ruiz de Montoya, donde sus miembros “ya habían instalado sus casas y áreas de plantación”.
El conflicto se desató tras el reclamo de quien aseguraba ser propietario de ese territorio, por lo que “la solución fue comprar la tierra para esa comunidad” y luego “se agregaron 52 hectáreas para Tupambaé, en esa misma localidad.
El último caso se dio a conocer la semana pasada cuando el cacique Leonardo Ramírez de Yvy Porã Mirī tuvo la alegría de recibir la documentación de la propiedad comunitaria indígena en la localidad de San Vicente, dando fin a los reiterados ataques verbales y físicos, que incluyeron el destrozo de sus viviendas en el año 2022.
En este caso, fueron los miembros del Equipo Misiones de Pastoral Aborigen quienes se acercaron a Sagittaria para dar a conocer el caso y cumplir con el objetivo común.
Paso a paso
Para hacer efectivos estos procedimientos, desde la asociación aseguraron que en primer lugar “el dinero debe estar disponible”, seguidamente, la asamblea de los caciques mbya debe decidir cuál de las parcelas forestales en venta debe comprarse.
En ese sentido, comentó cómo consiguen reunir el dinero en Suiza para concretar los proyectos en la provincia: “Misiones está a 10.000 kilómetros, pero que se libere más o menos dióxido al aire es independiente del lugar. Cada vez más suizos se dan cuenta de ello. Además, en Misiones hay muchos argentinos de origen suizo que han contribuido a la deforestación de la selva”.
“Tenemos la suerte de que el franco suizo es una moneda especialmente dura. Si cada uno de los 8 millones de suizos invirtiera cada año medio café (precio de aquí) en la selva, Sagittaria podría disolverse dentro de poco (Johannes sonríe) o activarse en otra parte de nuestro planeta. Los jóvenes de la junta directiva de Sagittaria trabajarán junto con los jóvenes argentinos (mbyá o yuruá) para defender el futuro de nuestro planeta: el planeta como casa grande común, como lo llaman los mbya”.
Un conflicto permanente
Legalmente, las leyes 26.160 y 23.302/85, reconocen que las familias de las diferentes comunidades mbya que habitan la provincia, así como también los demás pueblos originarios que conviven en nuestro país, no están “usurpando”, sino “ocupando territorio ancestral, tradicional, amparado por la Ley Madre en el artículo 75, inciso 17”.
Sin embargo, a lo largo y ancho de la provincia es usual el enfrentamiento entre comunidades y presuntos “dueños”, tal es el caso de la comunidad Mbokajaty, que en los últimos meses comenzó a sufrir el avance de una empresa hotelera sobre el predio en el que habita hace varias décadas.
Para finalizar, Johannes adelantó que, de ahora en más, estarán enfocados en proyectos que comprenden la zona sur de la provincia de Misiones: “Se trata de montes muy especiales. Las tekoas que viven, o vivirán en ellos, lo necesitan urgentemente. Haremos todo lo posible para financiar ambos proyectos”.
Mbokajaty pidió la titulación de su tierra con un mandiocazo en la 9 de Julio