Con una ofrenda floral a los pies de su monumento y un festival de casi cinco horas, la comunidad celebró anoche la víspera del natalicio de Andrés Guacurarí y Artigas, héroe misionero y referente de la soberanía de los pueblos de la región. Fue en la Costanera de Posadas, con presencia del gobernador Passalacqua en el acto y un cierre musical espectacular, del querido Raúl Barboza.
El imponente y metalúrgico monumento a Andrés Guacurarí y Artigas ubicado en la costanera posadeña fue realizado por el artista plástico Gerónimo Rodríguez y ya se ha convertido en una referencia turística ineludible de la ciudad de Posadas. Sin embargo, más que una estatua, es la referencia a un prócer misionero que luchó en la defensa y recuperación de los territorios de las Misiones frente al avance extranjero en épocas de las guerras de la independencia.
Esta figura recibió a sus pies, en el último suspiro de la tarde del viernes, una ofrenda floral que al ser allí depositada en presencia del gobernador Hugo Passalacqua, marcó el inicio de lo que sería una nueva edición de la “Vigilia por Andresito”, el evento convocado desde la Secretaría de Estado de Cultura y la Municipalidad de Posadas, con apoyo de la Cámara de Representantes y Instituto de Macroeconomía Circular (IMAC). De este modo, por cuarto año consecutivo se consolida una celebración entrañable, con aire festivo y popular y la mística de recibir el aniversario de Andresito Guacurarí con la música de la región. Que en esta oportunidad fue la que trajo el querido Raúl Barboza, con el propósito de rendir tributo al Héroe Nacional, en vísperas de un nuevo aniversario de su natalicio.
Tras ese acto breve y simbólico, la actividad se trasladó a la amplia explanada ubicada sobre el final de la avenida Roque Pérez –la plazoleta del Papa-, donde estuvo montado el escenario, junto a una feria de emprendedores gastronómicos y de artesanías. Allí se dieron cita cientos de personas, en su mayoría familias que acudieron con sus silletas para disfrutar de la programación musical y sumarse al homenaje a este líder político histórico, nacido un 30 de noviembre de 1778.
Escenario muy activo
Un conjunto de bailarines y bailarinas del Ballet Folklórico “El Reencuentro” (del Taller de Danzas Folklóricas de la Escuela para Jóvenes y Adultos N° 33), especialmente ataviados para la ocasión – incluso con un integrante representando a Andresito-, dió inicio a la celebración. Fue con una tanda de coreografías sobre piezas regionales, entre ellas la galopa “Misionerita”, canción oficial de la provincia de Misiones. La danza ocuparía un lugar importante en la Vigilia, ya que además del mencionado Ballet, se contó con la participación de integrantes de la Escuela Superior de Danzas de la Provincia, con parejas bailarinas de diversas organizaciones tradicionalistas y la participación espontánea de la gente.
Ya con el cielo oscurecido y la grata presencia de un viento fresco llegando desde el río Paraná, subió al escenario “Aurazul”, el proyecto musical liderado por la cantante Alejandra Melgarejo, con Juan Manuel Palma y Darío Fleitas. Su repertorio incluyó delicadas versiones de “Razón de Vivir’ de Víctor Heredia y “Barro tal vez”, de Luis Spinetta.
“Es la primera vez que venimos a esta Vigilia, y justo coincidió con el año que nuestro hijo que está en la primaria tuvo que estudiar la vida de Andresito. Nos parece una figura relevante no sólo en Misiones sino en todo el país, ya que fue el único líder indígena que llegó a gobernar una provincia argentina en toda nuestra historia, y fue un destacado defensor de nuestra soberanía. Y de paso, estamos disfrutando del aire libre y de estos hermosos espectáculos musicales”, señaló Carlos Figali (42), uno de los tantos asistentes.
La celebrada voz de Patricia Silvero dio continuidad al evento, con sentidas interpretaciones de canciones icónicas del cancionero litoraleño, como “Río de camalotes” (Mario Corradini), “Por el río volveré” (Parodi y Suligoy) y “Costera” (Cidade y Linares).
Feliz por la convocatoria y el acompañamiento de las condiciones climáticas, el secretario de Estado de Cultura, expresó que “organizamos esto con mucha humildad pero con mucho sentimiento; creemos que son tiempos en los que más que nunca hay que reivindicar la figura y el legado de Andresito”.
Así mismo, estuvieron presentes y fueron fundamentales en la organización de esta edición, la subsecretaria de Fomento y Regiones Culturales, Laura Lagable; el subsecretario de Relaciones Públicas e Institucionales de la Secretaría de Cultura, Ernesto Lozina; y el subsecretario de Culturas Urbanas, Andrés Salguero. También acudieron el titular del IMAC, Roque Gervasoni y el director de Cultura de la Municipalidad de Posadas, Matías Klein, entre otras presencias.
Rodeada por Leandro Yahni (teclado), Leris Duarte (bajo) y Darío Vega (batería), la vocalista Cecilia Simonetti brindó un repertorio en el cual sobresalió una versión jazzera de “El Cosechero”, del siempre presente Ramón Ayala.
“Trajimos para ofrecer comidas regionales como mbeyú y torta frita, pero además pizzas y otras cosas, ya que el evento va desde la hora de la merienda a la cena; la verdad que la venta fue buena y la gente disfrutó mucho de nuestros artistas”, comentó Lurdes Goncalves, una de las emprendedoras de la feria que acompañó la Vigilia.
El cuarteto integrado por Sergio Tarnoski (acordeón y voz), Fernando Gruber (guitarra), Franco Da Silva (bajo) y Javier Solis (batería), se lució con una andanada de schotis, polcas rurales y chamamés, incorporando obras del acordeonista Oscar dos Reis y Julián Zini.
A su turno, el músico brasileño Jorge Rodrígues, arrancó aplausos a granel con un repertorio transfronterizo que incluyó el clásico chamamé “Kilómetro 11” (Isaco Abitbol), desatando un momento a puro baile y sapucay.
Festejo de cumpleaños con el gran Barboza
Faltaba apenas una hora para la medianoche, cuando el gran invitado de la noche, Raúl Barboza, irrumpió en el escenario junto a Cacho Bernal en percusión y Nardo González en guitarra, para conmover una vez al público misionero, con la grandeza de su arte y la calidez de su humanidad. Con 87 años de edad y a punto de iniciar una gira por diferentes ciudades argentinas, el acordeonista radicado en Francia y reconocido mundialmente, desplegó un notable concierto, en el cual no faltaron clásicos de su autoría, como por ejemplo “Granja San Antonio”.
Ovacionado, Barboza se despidió del escenario, dando cierre a la Vigilia, para dar lugar, ya en el nuevo día, a una conmovedora entonación colectiva del Himno Nacional Argentino y del “Cumpleaños feliz”, en tributo al gran prócer misionero, Andrés Guacurarí.
Con más de 76 años de trayectoria artística, dejó en claro por qué se ha convertido en una auténtica leyenda, con el sonido inconfundible de su acordeón y el fraseo de su lenguaje.