(CNN) — El Parlamento de Irán promulgó una nueva y severa ley de modestia, que endurece significativamente las restricciones existentes en materia de vestimenta, que ya han desencadenado protestas en todo el país y planteado un serio desafío a la estabilidad del régimen.
Dos años después de que las protestas contra los estrictos códigos de vestimenta de Irán sacudieran la nación, el Parlamento, de línea dura, aprobó el domingo una nueva ley de «castidad y hiyab», respaldada por el Consejo de Guardianes, que examina las leyes para verificar su conformidad con la Constitución y la ley islámica. Ahora debe ser firmada por el presidente para que entre en vigor.
El presidente Masoud Pezeshkian, crítico de las normas de vestimenta del país y elegido el año pasado por su plataforma reformista, se ha mostrado contrario al proyecto de ley, lo que podría desencadenar un enfrentamiento con los poderosos conservadores si intenta obstaculizarlo.
La firma presidencial en la legislación es en gran medida ceremonial, lo que le deja poco margen para bloquear el proyecto de ley, algo que reconoció en un mensaje en X el lunes.
«En mi opinión, la ley sobre el hiyab, que tengo que aplicar, es imprecisa. No debemos hacer nada que perturbe la armonía y la empatía de la sociedad. Tenemos que hablar e interactuar sobre el tema», escribió.
La legislación pondría a prueba durante tres años una serie de políticas con sanciones nuevas y más severas por violaciones sobre el uso del hiyab y vestimenta inadecuada de hombres y mujeres. Define la vestimenta inadecuada de diversas maneras, que van desde la desnudez y vestirse de manera indecorosa hasta el uso incorrecto del hiyab.
Para las mujeres, esto incluye llevar ropa ajustada y conjuntos que expongan el cuerpo por debajo del cuello, por encima de los tobillos y por encima de los antebrazos. Para los hombres, está prohibida cualquier exposición por debajo del pecho y por encima de las rodillas, así como los hombros.
Un «juicio erróneo de la opinión pública»
La ley corre el riesgo de repetir los errores del anterior Gobierno iraní, que se enfrentó a meses de protestas contra este tipo de políticas en 2022, según Sina Toossi, miembro del Centro de Política Internacional con sede en Washington.
«Esta decisión refleja un juicio erróneo de la opinión pública y es poco probable que logre los objetivos declarados por el Gobierno de preservar las normas sociales tradicionales. Por el contrario, corre el riesgo de desestabilizar aún más un tejido social ya frágil», declaró a CNN.
La ley también introduce un sistema de multas y restricciones con sanciones económicas, incluso para las infracciones iniciales. Las infracciones reiteradas acarrearían castigos como penas de prisión, prohibición de viajar y restricciones para conducir, renovar el pasaporte e incluso acceder a Internet.
Para los propietarios de negocios que no hagan cumplir el código de vestimenta a sus clientes, aumenta las sanciones económicas e impone posibles penas de prisión, prohibición de viajar y restricciones publicitarias.
La muerte de Mahsa Amini, de 22 años, bajo custodia de la policía de moralidad iraní, provocó a finales de 2022 algunas de las mayores protestas registradas en el país en décadas. Según Naciones Unidas, más de 500 personas murieron en la represión que llevó adelante el régimen.
Otro aspecto clave de la ley es la regulación de los espacios digitales. La legislación impondrá multas y restricciones a la actividad en Internet, obligando a las plataformas de redes sociales a supervisar y eliminar los contenidos que el Gobierno considere inapropiados. Las personas influyentes y los personajes públicos, algunos de los que más han expresado su opinión durante las protestas, también se enfrentarán a duras sanciones por cualquier promoción de la vestimenta inadecuada o burla de las leyes sobre el hiyab. Las sanciones podrían incluir multas de hasta el 5% de sus activos totales y la prohibición de viajar.
Aunque el endurecimiento de las penas ha causado preocupación entre los iraníes, un aspecto especialmente controvertido de la legislación es la ampliación de la vigilancia. Las grabaciones de las cámaras de vigilancia del tráfico y las de diversos organismos gubernamentales se utilizarán para rastrear a los infractores, con ayuda de inteligencia artificial. También se anima a los ciudadanos a denunciar las infracciones a través del sistema público de denuncias de la Policía.
El expresidente Ebrahim Raisi presentó un primer borrador del proyecto de ley en mayo de 2023, tras las mortíferas protestas por la obligatoriedad del hiyab.
Defendida por las facciones de línea dura del Parlamento, la ley se aprobó mediante un proceso secreto, eludiendo el debate abierto en el pleno parlamentario, según Toossi.
El proceso de aprobación de la ley es inusual y pone de manifiesto los desequilibrios de la estructura política en Irán.
«El núcleo del sistema conservador de línea dura va en contra de la mayoría de la población, el Gobierno elegido y el presidente, que tienen este mandato, tienen la voluntad», afirmó Negar Mortazavi, editor y presentador de Iran Podcast. «Simplemente no tienen el poder para revisar y cambiar la situación».
Una «ardua batalla» para Pezeshkian
Se espera que la ley entre en vigor casi dos semanas después de su aprobación por el Consejo de Guardianes, el 13 de diciembre.
Pezeshkian hizo campaña electoral hablando del hiyab obligatorio, las duras leyes de vestimenta de la era Raisi y las protestas nacionales, prometiendo el fin de la policía de la moralidad.
Pezeshkian habló durante su campaña electoral en contra del hiyab obligatorio, las estrictas leyes de vestimenta de la era Raisi y las protestas, prometiendo el fin de la policía de moralidad. Según Mortazavi, Pezeshkian se enfrenta a una «ardua batalla», ya que el proyecto de ley prepara el terreno para una lucha de poder entre las fuerzas conservadoras de línea dura de los organismos no electos y el Parlamento, por un lado, y el Gobierno junto con el presidente electo, por otro.
En julio, durante un debate presidencial, Pezeshkian dijo, refiriéndose al régimen: «Igual que en el pasado no pudieron quitar por la fuerza el hiyab de la cabeza de las mujeres, ahora no pueden obligarlas a llevarlo. No tenemos derecho a imponer nuestra voluntad a nuestras mujeres e hijas».
Aunque el presidente no tiene poder de veto real y está obligado a aprobar todas las decisiones parlamentarias, podría rechazar o retrasar la firma en un esfuerzo por crear buena voluntad entre la población.
Pero las opciones de Pezeshkian para detener la nueva ley son limitadas, dijo Toossi.
«Sus opciones incluyen apelar al líder supremo, solicitando que la ley se remita ante el Consejo de Discernimiento de Conveniencia para un nuevo arbitraje», dijo. «Alternativamente, podría solicitar la intervención del Consejo Supremo de Seguridad Nacional para anularla. Ambas opciones, sin embargo, dependen de la aprobación tácita del líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei».
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