Con música, danza, ofrenda floral, anécdotas y mucho cariño, la Bajada Vieja fue escenario ayer de la celebración de la vida y obra de Ramón Ayala. La Secretaría de Estado de Cultura y la Municipalidad de Posadas realizaron un acto conmemorativo. El legado cultural de El Mensú se hace voz y leyenda en el presente.
En la tarde del domingo, cuando al ojo del cielo se le comenzaba a caer la pestaña, los duendes de la Bajada Vieja de Posadas acompañaron a músicos, amigos y vecinos a celebrar la vida y obra de Ramón Ayala. Un centenar de personas se acercaron al lugar para compartir el momento. Anécdotas, historias y muchos recuerdos entre los presentes, amenizaron el último mate de la tarde a la sombra de los chivatos florecidos. La diferencia de edad entre quienes asistieron es el fiel reflejo del alcance que tiene el legado de Ramón Gumercindo Cidade Morel; El Mensú.
Danza y música para mantener viva la llama de la leyenda
Frente a la obra de Hugo Vieira, El Jangadero, en la esquina de las calles Fleming y Bajada Vieja, la reverencia al Mensú comenzó con una ofrenda floral a los pies de la estatua por parte de los alumnos de la Escuela Superior de Danzas de la provincia. Luego presentaron un cuadro alusivo, acompañados por el tema “Panambí Hovy”, dirigidos por Didi Delpiano.
Ángel Pato García, vecino destacado del barrio, embajador cultural de la provincia y amigo de Ramón desde el año 1962, puso emoción al momento. Recordó que lo conoció y forjaron una relación que se extendió para siempre. Además, tuvieron la oportunidad de recorrer el mundo con la música del litoral, visitando Japón, Hong Kong, China, Kuala Lumpur, Malasia y gran parte de Europa. La mayor sorpresa de ambos sucedió cuando se encontraron en Teherán, capital de Irán, durante una gira en la que coincidieron en la ciudad del medio oriente.
En un conjunto improvisado para la ocasión, el Pato García, con su hijo, Miguel Ángel Patito García, Amanda de Colombia y la cantante posadeña Lin Sista, cantaron “Posadeña Linda”, acompañados por todos los presentes, en un gran coro comunitario. Las vocalistas fueron las responsables del recitado de la canción, en una fusión que marca la impronta de la música y poesía que dejó para los misioneros y el mundo el artista, escritor, pintor y músico misionero.
Primer año con la presencia espiritual total de Ramón
“Ramón Ayala se consagró como leyenda y su presencia espiritual nos acompaña a todos los misioneros. Vivimos el tiempo de su legado en cada uno de nosotros y por eso este homenaje”, señaló el secretario de Estado de Cultura, Joselo Schuap. En el acto, estuvo acompañado por el intendente de Posadas, Leonardo Stelatto, la coordinadora general de Gabinete, María Laura Lagable, el subsecretario de Relaciones Públicas e Institucionales, Ernesto Lozina y el de Culturas Urbanas, Andy Salguero.
La tertulia se extendió con un puñado de músicos, vecinos y amigos. En una ronda improvisada sonaron canciones inmortalizadas en la guitarra y voz de Ramón Ayala. Incluso un rapero improvisó palabras sobre un par de canciones, acompañado por el ritmo del gualambao.
Con la luna que sonreía en el firmamento, doña Pomposa llamó a los duendes de la noche. Junto a María Pucú, Pata boli, Toro manso, Japonilla y Juan tolongo (personajes de los recitados de Ayala), fueron a seguir la charla en un silencioso barullo, mientras se encendían las primeras antorchas de la noche en el Festival Nacional de la Música del Litoral.