Cuando Giuliano da Empoli se topó con Steve Bannon, en 2018 en Roma, no imaginó -aunque sí presintió- que había encontrado la punta de un ovillo -o de un iceberg- de proyecciones desconocidas o inadvertidas hasta entonces.
Un fantasma empezaba a recorrer el mundo, movido por corrientes submarinas y subterráneas capaces de conmover los territorios y rutas de navegación en las que las sociedades se habían acostumbrado a transitar. La revolución de los algoritmos y las redes sociales reconfigurando la construcción social de la realidad hicieron lo suyo.
Y allí, detrás de la escena, estaba Bannon, dando forma al mensaje de “Estados Unidos primero”, que llevó a Trump a ganar la elección presidencial de 2016. No le fue tan bien luego: salió eyectado de la Casa Blanca y tendrá serios problemas con la Justicia, condenado y convicto por defraudación y por la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio. Pero se lanzará luego a exportar la nueva revolución ultraconservadora, tendiendo lazos con los estrategas, nuevos líderes y formaciones políticas llamadas a disputar el poder de los partidos tradicionales.
Stephen Bannon, estratega de Trump y publicista de la nueva derecha populista en Europa y América latina. Foto: REUTERS/Nathan Howard
Hace treinta años, el escritor chileno Roberto Bolaño, en su novela La literatura nazi en América, incluía en su galería de personajes disruptivos, -ficticios, aunque verosímiles-, al estadounidense Jim O’Bannon (1940-1996), un poeta beatnik y ex jugador de fútbol americano en los años ‘60, que termina escribiendo textos racistas, homofóbicos y en favor de un “renacimiento nacional”.
Autor de un libro apóctrifo, “La Senda de los Bravos”, este personaje imaginado por Bolaño, “aúna una singular percepción de la naturaleza (una naturaleza extrañamente vacía, sin vida animal, turbulenta y soberana) con una inequívoca inclinación hacia el insulto personal, la difamación y el libelo, para no mencionar las amenazas y fanfarronerías varias que recorren cada uno de los poemas”.
El otro Bannon, el real que describe Da Empoli en Los ingenieros del caos, figura clave además en el acercamiento de Javier Milei a Trump, parece también salido del registro literario: “Desde los inicios luchó para arrebatar a la intelligentsia progresista el cetro de la hegemonía cultural (…) ha atravesado todos los lugares simbólicos del poder americano sin renunciar nunca a su resentimiento de origen, acumulando agravios por doquier para asaltar a capa y espada el mundo de las élites, que él considera una casta blindada de traidores al pueblo…”.
Los ingenieros del caos, de Giuliano da Empoli (Ed.Oberon, 2019)
El “hombre-orquesta del populismo estadounidense” , como llama Da Empoli al Steve Bannon que alienta en cada país el surgimiento de las elites alternativas, la nueva derecha global y anti-globalista que pone en jaque -o pretende blindar- a las democracias liberales de Occidente, tendrá seguramente un rol importante en la segunda presidencia de Trump. Aunque ya le apareció un serio contrincante, porque otro «personaje-estrella» entró en la escena: Elon Musk.
«Son conversos recientes«, dijo Bannon en su podcast ‘War Room’, refiriéndose a Musk y los otros nuevos partidarios de Trump del mundo tecnológico. “Nos encantan los conversos”, añadió. “Pero los conversos se sientan en la parte de atrás y estudian durante años y años para asegurarse de que comprenden la fe, sus matices y cómo pueden interiorizarla”. “No se acerquen al púlpito en su primera semana aquí y comiencen a dar sermones a la gente sobre cómo serán las cosas”, continuó Bannon. “Si van a hacer eso, les vamos a arrancar la cara”.
Donald Trump y Elon Musk. Noviember 19, 2024. Brandon Bell/Pool vía REUTERS