Es un hecho: James Rodríguez ha vuelto a fallar en su apuesta por un club y vuelve al mercado a buscar otra oportunidad. 

Desde España los medios especializados confirman un secreto a voces desde el final del 2024, cuando el técnico de Rayo Vallecano, Íñigo Pérez, decidió excluir al colombiano de sus convocatorias y, sin dar mayores detalles, solo dijo que no podía adelantar las razones y que las mismas se conocerían en este mes de enero. Tal cual, el adiós anunciado.  

James falla por sexta ocasión en la elección de su club, si se tiene en cuenta que volvió en mal momento a Real Madrid en 2020 y de allí salió también por falta de oportunidad, como pasó además en Everton, en Al-Rayyan (donde hubo también líos de adaptación), en Olympiacos y en Sao Paulo de Brasil. 

No es gratis

Lo bueno es que al irse por mutuo acuerdo tiene la ocasión de ser agente libre en el actual mercado de invierno, lo que aumenta las posibilidad de encontrar un club ya que se ahorra complejos y costosos trámites de traspaso.

Pero eso no sucederá de manera amigable ni mucho menos gratuita. Nada en el fútbol suele terminar de esa manera. 

El colombiano habría tenido que renunciar a una gran cantidad de dinero para liberarse de un Rayo Vallecano que no le dio opción. 
 
«Rayo Vallecano y James están acordando la rescisión de contrato del jugador, que renunciará al salario que le quedaba por percibir hasta el próximo 30 de junio y así será libre de poder elegir el destino que quiera, según diversos medios», informaba el diario Mundo Deportivo.

¿De cuánto estamos hablando? «El jugador colombiano renunciará aproximadamente a una cantidad de 1,2 millones de euros brutos, la parte proporcional del contrato que le quedaba por cobrar», complementó el diario Sport.

De esta manera, James sigue sumando pérdidas pues se rumoró, tras su salida de Sao Paulo al terminar la copa América, que decidió no cobrar más de 2 millones de dólares en deudas atrasadas para poderse ir a España, de donde ahora también tendrá que despedirse.

Lo malo de esta realidad es que, a sus 33 años y con este historial de contratos rotos antes de su finalización, el universo de opciones no es tan grande. Pero es James y su talento, en ningún lugar del mundo, tiene discusión. ¿Volver al país es una opción? Habrá que preguntarle a Junior…