Qué significa dejar el celular en silencio, según la psicología

En la Argentina nueve de cada diez personas tienen teléfono celular, según cifras del INDEC conocidas en 2023. La estadística confirma que este dispositivo ya se ha convertido en casi una prolongación del cuerpo humano, debido a sus múltiples funciones.

Una de ellas, la original, es permitir la comunicación entre personas, ya sea a través de llamadas, mensajes o audios de WhatsApp. Como el celular también es el hogar de todo tipo de redes sociales, del correo electrónico y de la navegación por internet, su uso es constante.

Por eso, es probable que emita distintas alertas, ya sea tonos de llamada o todo tipo de pitidos que avisan, por ejemplo, que alguien acaba de actualizar su participación en uno de los tantos grupos de WhatsApp.

Estas notificaciones generan estrés entre los usuarios del móvil y por eso cada vez son más las personas que lo mantienen en modo silencio casi todo el día. Aquí, explicamos qué podría significar desde el punto de vista de la psicología.

El significado psicológico de silenciar el celular

«Mantenerlo en silencio es un primer paso para establecer límites entre los que nos llega desde el móvil y lo que realmente necesitamos», aseguran. Foto: Pexels/Kaboompics.

El uso excesivo del celular ya es un problema de salud mental. Un estudio realizado por la Universidad de Extremadura (España) entre 1.200 estudiantes universitarios, reveló que está relacionado con un aumento significativo de la ansiedad y la depresión.

Es uno de los pocos estudios significativos sobre las consecuencias de estar todo el día “pegado” al teléfono, pero una muestra de los alcances negativos de la hiperconectividad. Sin duda, mantenerlo en silencio es un primer paso para establecer límites entre los que nos llega desde el móvil y lo que realmente necesitamos.

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Los psicólogos ven en este comportamiento un mecanismo para evitar la sobrecarga que provocan la continua exposición a la pantalla y a las notificaciones. También, una manera de recuperar el control sobre la vida diaria, manejar mejor su tiempo y hasta mantener el equilibrio emocional.

Un artículo publicado en la Revista Española de Salud Pública destaca la conexión entre el mal uso del móvil y la salud mental. En los adolescentes, el uso continuo se asocia con falta de sueño, mayor sedentarismo, relaciones familiares conflictivas y hasta consumo de sustancias ilegales.

Aislamiento social y dificultades para concentrarse, algunas de las consecuencias del uso excesivo de dispositivos. Foto: Shutterstock.

Precisamente, fueron los más jóvenes quienes dieron el primer paso, allá por 2021. Entonces, los centennials y las generaciones Y y Z comenzaron a reducir las llamadas. El ensayo titulado The App Generation decía que nueve de cada diez jóvenes de 14 a 24 años preferían los mensajes de texto a las llamadas telefónicas.

Claro que los mensajitos y los audios también desencadenan notificaciones que mediante distintas configuraciones pueden desactivarse. La más práctica consiste en, simplemente, dar vuelta el móvil y colocarlo boca abajo para que permanezca en modo No molestar.

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Entonces, conviene recordar que, tal como dice la psicóloga española Ana Gómez en un artículo del Diario de Sevilla “nuestros cerebros no están diseñados para procesar tal cantidad de estímulos sin descanso”.

Advierte que “esto puede provocar ataques de pánico, aislamiento social y dificultades para concentrarse”. Como si fuera poco, la presión social por estar siempre disponibles y responder de inmediato a casi cualquier tipo de mensaje puede derivar en sentimientos de culpa.