Los Robles, bosque de 300 hectáreas de Moreno, alberga arroyos y senderos rodeados por sauces criollos, juncales y flores. Pero el domingo se avistó a un hombre parecido al mago Gandalf del Señor de los Anillos, con túnica, sombrero azul y barba. Chicos del siglo XXI con ropa de paisano de una aldea medieval ofrecían “brebajes”, los arqueros hacían una demostración de su oficio y un grupo de trovadores cerraban el paisaje con sus arpas.
Todo esto fue la feria medieval Epona -nombre de la diosa celta de los caballos y la fertilidad- del 12 de enero, en la reserva ecológica de La Reja. Se trata de un encuentro que se realiza desde hace 10 años junto al municipio y en beneficio de la ONG Voluntarios por los Caballos (VPC) ocupada de rescatar, curar y rehabilitar a estos animales en situación de maltrato.
“Los feriantes tienen que atender a una estética y un espíritu de la Edad Media. Tienen que conocer qué personaje están haciendo. El evento es también un espectáculo cultural”, cuenta Gabriela Rosas, presidenta de la ONG y una de las organizadoras del evento.
El equipo de Voluntarios por los Caballos junto a los feriantes y expositores de Epona.
Así relata que las actividades más emocionantes fueron un show de arquería a cargo del Clan Bennet y una demostración de Forja, proceso para darle forma al metal. Además hubo combate medieval, clásico en este tipo de eventos, con luchadores portando espadas, cascos y armaduras de acero. La agrupación musical Nihar tocó baladas celtas y el cierre estuvo a cargo del músico Athic Mateuchi con su arpa eléctrica.
El domingo hubo feria gastronómica y venta de brebajes en Los Robles.
El corazón de la feria fueron dos charlas en concientización sobre el rescate de caballos. Rosas, que ya hizo el evento en otros puntos de Moreno, cuenta que este año el voluntariado necesita triplicar el número de colaboradores. “Estamos en una situación alarmante, somos 25 los miembros estables de la ONG y actualmente estamos rehabilitando a 60 caballos es un establo alquilado”, detalla la presidenta.
Se pide a los feriantes y expositores que respeten una estética medieval para esta clase de eventos.
“Moreno es un gran potrero”, califica la mujer. El número de equinos varía según la época del año, un día pueden ser 20 y al mes 140. Las causas para su rescate en invierno se debe a la desnutrición, mientras que en verano sufren de deshidratación y agotamiento. Los vecinos del barrio los llaman, les brindan las coordenadas de dónde está el animal y acuden a su salvación. Los encuentran tirados en rutas nacionales después de haber sufrido accidentes o perdidos, por la calle, comiendo basura de la vereda.
Lo peor, según la presidenta de la entidad, son eventos como la Peregrinación a Luján. “Hacemos guardias día y noche para controlar los casos potenciales de mortalidad. Los caballos caminan 100 km exhaustos, con cólicos y deshidratados. Tratamos de mantenerlos hidratados”, dice.
El gran sueño del equipo, que este año cumple 15 años, es encontrar un lugar propio. De esa manera podrán conservar más animales sin necesidad de tener que reubicarlos en otros espacios. “La gente es la que ayuda, hace que se puedan pagar tratamientos, traslados y alimentación”, detalla. Los interesados pueden comunicarse al 11 5108 1447. «Hay que poner el cuerpo, el bolsillo, el alma. Todo”, concluye.