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Otitis: síntomas comunes y medidas de prevención
La otitis es una inflamación del oído que puede afectar al oído externo o al oído medio. Es una afección común, especialmente en niños pequeños, y su detección temprana es clave para evitar complicaciones graves. En este sentido, la médica especialista en pediatría Andrea Soto (MP 04788) explica los síntomas, las formas de prevenir esta infección y los tratamientos disponibles.
“Una otitis es una inflamación del oído, que puede ser el oído externo o el oído medio. El oído está compuesto por tres cavidades o compartimentos: un oído interno, un oído medio y un oído externo. El oído externo es la cavidad que comienza en la oreja o pabellón auricular y va hasta el oído medio. Las otitis externas son infecciones muy comunes del verano por el hecho de ir con más frecuencia a las piletas. En este caso el oído externo se humedece con agua que puede estar contaminada con bacterias, hongos, y eso es lo que hace que se inflame. Son las otitis externas las propias del verano, por el uso de piletas, río y demás. No es el caso del mar porque el mar es agua salada y no conlleva a tanta infección”, explicó la especialista.
A su vez, destacó que el dolor es el principal síntoma de la otitis. En el caso de las otitis externas, el dolor suele ser el único síntoma acompañado -en ocasiones- por inflamación y secreciones amarillentas. Las otitis medias, en cambio, aparecen frecuentemente junto con cuadros catarrales, congestión nasal y fiebre, y pueden generar secreciones en el oído que son visibles al exterior.
Síntomas
“Los síntomas de las otitis son el dolor, el dolor es el síntoma cardinal. Las otitis del oído medio son las que siempre van acompañadas de algún cuadro catarral, congestión, mocos, e inflamación. En muy raras ocasiones ocurre solo una otitis media aislada y sin otro síntoma. Pero suelen doler un montón, puede estar acompañado de fiebre y supuración. Es decir, puede llegar a supurar el oído y constatar que a través del conducto auditivo sale una secreción amarillenta que puede tener olor o no”, detalló la médica.
En cuanto a la consulta médica, Soto enfatizó que el dolor intenso suele llevar a una atención rápida, aunque algunas otitis crónicas pueden pasar desapercibidas y conllevar a la pérdida de audición gradual. Asimismo, explicó que la demora en acudir al especialista puede generar complicaciones graves, como infecciones en el sistema nervioso central.
“En cuanto a las otitis en general, es una consulta oportuna y rápida porque justamente el síntoma cardinal es el dolor, y el paciente no aguanta. Es un dolor muy intenso y muy molesto que a los niños sobre todo no los deja dormir, no los deja alimentarse. Así que la consulta es rápida. No hay chance de no quedarse sin una consulta oportuna, salvo que sea de las otitis crónicas que son las que no duelen tanto y se va perdiendo la audición, entonces se llega tarde a la consulta. Pero en la mayoría de los casos las otitis agudas son de consulta rápida justamente por el dolor”, afirmó Soto.
Los tratamientos varían según el tipo de otitis. En las otitis externas, se utilizan analgésicos y gotas que contienen antibióticos y corticoides. En las otitis medias, el uso de antibióticos es necesario cuando se detecta infección en el oído medio. Además, la médica señaló que estas infecciones son más frecuentes en niños de entre 2 y 6 años.
“En el tratamiento general siempre es analgesia y oportunamente antibióticos. Las otitis medias agudas se tratan con antibióticos cuando uno evidencia que hay un proceso infeccioso con secreción dentro del oído medio, y las otitis externas se tratan también con analgésicos y con gotitas que van a través del conducto auditivo, que tienen analgesia, corticoides y antibióticos”.
Prevención
Sobre las líneas de prevención, la profesional puntualizó que una de las maneras de prevenir es no tener conductas de manipulación con hisopos. “El oído produce un cerumen protector del conducto auditivo, y justamente está ahí por una razón. Las medidas preventivas serían no hacer limpiezas con hisopos, secarse bien los oídos después de participar en actividades acuáticas, pero siempre sin usar hisopos, utilizando una toalla y de forma manual. Ante cualquier síntoma, es fundamental hacer la consulta oportuna para evaluar qué está ocurriendo”.
En sintonía, la profesional también indicó que el uso de hisopos puede generar más problemas de los que soluciona ya que estos atrapan el cerumen en la porción distal del conducto auditivo, lo que puede formar un tapón de cera, predisponiendo a la pérdida de audición y favoreciendo la proliferación de infecciones. Además, señaló que el uso del hisopo puede ocultar focos infecciosos, agravando los cuadros de otitis y aumentando la intensidad del dolor. Por esta razón, insistió en evitar por completo el uso de estos dispositivos para cualquier tipo de limpieza.
En el mismo marco, hizo una aclaración sobre las edades en las que puede ocurrir la introducción de agua en el conducto auditivo. “Los chicos que tienen el riesgo de introducción de agua en el oído son los mayores de 6 años, porque su conducto auditivo es más grande y recto, lo que facilita la entrada de agua. En esos casos, al salir de la pileta, se puede realizar un movimiento tipo sopapa para desobstruir el oído. Sin embargo, los niños pequeños, bebés o lactantes no tienen riesgo de que entre agua al conducto auditivo externo por sus características anatómicas”, aclaró Soto.
Por último, la médica enfatizó que tampoco se recomienda el uso de sustancias como alcohol boricado para prevenir infecciones, ya que estas prácticas pueden dificultar una correcta visualización del oído durante la consulta médica. La especialista concluyó que la mejor manera de prevenir problemas auditivos es mantener una higiene adecuada sin manipular el oído externo y consultar rápidamente ante cualquier síntoma que indique una posible infección.
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