Economía circular: produce carne vacuna, porcina y aviar y con la bosta de los animales genera energía eléctrica y fertiliza los campos

Desde muy temprano, recorrió todas las actividades que tiene en el campo, como lo hace todos los días desde hace más de 30 años. Llegó hasta uno de los corrales de feedlot. Luego, se dirigió hasta un lote de alfalfa asociada con cebadilla donde tiene vacas con cría y observa cómo se va comiendo cada parcela. Posteriormente, miró un lote de hacienda que había ingresado días atrás para su engorde y seguidamente se dirigió hasta la planta de bioenergía.

“No hay sábado, domingo ni feriados en la producción intensiva”, asegura Antonio Riccillo, titular del Grupo Riccillo, quien desde la zona bonaerense de Saladillo-General Alvear, apostó a las ganaderías bovina, porcina y aviar para darle valor agregado a la producción agrícola. Pero no se quedó ahí y fue por más. Le sumó una planta de bioenergía y ahora está estudiando introducirse en el biochar. Un caso de economía circular exitoso. “Seguimos mirando al futuro y siempre pensando en hacer más cosas”, sintetizó Antonio, quien recibió en su establecimiento a Clarín Rural.

La planta de bioenergía. Detrás, las granjas de cerdo.

Producción agrícola

“Cada vez hacemos menos”, respondió sobre la producción agrícola. Producen maíz, soja, sorgo y cebada (todo lo que consumen los animales) en 3.500 hectáreas, principalmente alquiladas.

“Estamos tratando de expandirnos en ganadería”, aclaró Antonio de por qué bajó la inversión en la agricultura. “Estamos armando un fondo de inversión ganadero para poder crecer en madres en el campo. Nos resulta más fácil hacer ganadería porque nos gusta más”, aclaró.

A su vez, le sumó otro motivo (fundamental) de este achique en superficie sembrada. “Nosotros éramos tres y uno de mis hijos falleció, quien se encargaba de toda la parte productiva, y sobre todo, lo que era agricultura”, contó. Años atrás sembraron 10.000 hectáreas. “Había que caminar mucho, acá (por la zona de Saladillo-General Alvear) los campos son mixtos, no son campos agrícolas”, sumó.

Silo de maíz que sirve como alimento para el feedlot.

A su vez, el grupo tiene tres plantas de alimento balanceado, que son fundamentales para la estructura de la producción de las tres proteínas animales: una es destinada para cerdo y pollo, otra para cerdo solamente (en General Alvear donde esta la planta de bioenergía) la tercera, para el engorde de vacunos a corral.

Es abastecida por su propia producción de granos: procesan por año unas 30.000 toneladas anuales de soja, tanto para sus propias actividades ganaderas como para terceros y otras 50.000 toneladas de maíz. Sólo compran a terceros burlanda, gluten feed, harina zootécnica y afrechillo.

Producción de carnes

La firma se inició en 1990 con la producción porcina. Hoy tiene dos granjas de 2.500 madres cada una. Hace ciclo completo y engorda 100.000 animales por año, y tiene como premisa trabajan con genética canadiense importando semen congelado.

Camión transporta cerdos para faenar.

“La Argentina tiene un status sanitario muy importante en el cerdo, principal carne consumida en el mundo, y en ese camino tenemos que preservar todo lo que es este sanitario. Y hoy por hoy, el único lugar que nos garantiza 100% la sanidad es Canadá. No es Europa, no es Estados Unidos, no es Asia, no es Brasil. Es Canadá”, afirmó.

La carne de cerdo producida (engordan para faena con 100-15 kilos) mayoritariamente va al mercado interno, ocasionalmente integran algún consorcio de exportación.

“El cerdo tiene un potencial muy importante, es un sector que en los últimos 20 años no ha dejado de crecer. Pasamos en los años 90 de un kilo y medio de consumo por habitante a los más de 20 kilos actuales y con una mirada a consumir 25 o 30 kilos en el corto plazo”, señaló.

“Esto es impresionante porque el cerdo es una máquina de convertir, es una máquina de transformar las proteínas. Comen soja y maíz fundamentalmente. La conversión de 3 a 1, a diferencia del ganado vacuno que necesita 6 kilos de comida para lograr un kilo de carne”, comparó

En cuanto a la carne aviar, la producen desde 2012. Tienen 6 granjas de tres razones sociales donde el Grupo Riccilo participa en diferentes porcentajes. Cada galpón produce 100.000 pollos por año ( 5 vueltas de 20.000 pollos por camada) .

Esta iniciativa busca generar energía a partir de los residuos que derivan de la actividad habitual en criaderos de cerdo y de pollo. Buenos Aires invierten 16 millones de dolares para la produccion de energias renovables firma Riccillo producción de energia por biomasa

«Lidiamos bastante tiempo con la rentabilidad. El mercado del pollo tiene muchos altibajos, se gana y se pierde mucho con mucha velocidad». A raíz de esto, indicó que se integraron con la empresa frigorífica SoyChú.

En el feedlot se introdujo en 1991 y fue transitando por diferentes etapas hasta llegar a ser reconocidos en el país en el servicio de hotelería que brinda (también engorda su propia hacienda), habilitado para exportar a la Unión Europea (cuota 481). Tiene capacidad para engordar entre 50.000 y 70.000 animales por año.

En su establecimiento tiene el feedlot tradicional pero ya hace 4 años que produce un engorde a corral estabulado en dos galpones de 9.000 metros cuadrados, con capacidad para 3.000 animales para mercado interno o 2.000 gordos para exportación.

Cada galpón fue construido con piso de hormigón -bajo un sistema de limpieza de scraper (barredor) totalmente automatizada- y techo.

Planta de bioenergía

La inversión que realizó (junto a otros 10 socios) en la planta de bioenergía, situada en General Alvear, fue de más de US$ 5 millones.

Para alimentar a los biodigestores, utilizan 30 toneladas de bosta vacuna y entre 3-4 toneladas de silo y de arena filtrante por día. Mientras que el purín de cerdo se traslada por un caño ya que la granja porcina está muy cerca de la planta,.

Planta de bioenergía en General Alvear.

Pese a que tienen un tanque en reparación, están produciendo los 24 megavatio por día (1 megavatio/hora) según el contrato firmado con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (Cammesa), pero están en el proceso de generar un 40% más.

Contó que presentaron en estos días la documentación a CAMMESA, pero criticó la lentitud de este organismo para avanzar.

”El contrato es por 24 megas al día, pero si generamos 1.4 mega por hora, le podríamos dar energía a los domiciliario de General Alvear (de 10.000 habitantes)”, detalló.

Sus ganas de “ hacer” para cuidar el medio ambiente a través de la bioenergía no es nuevo para Antonio. Recordó que quiso introducirse en el negocio en 2012, pero por diversos motivos, no pudo avanzar. Luego, tras el lanzamiento del programa RenovAr lanzado en 2018, que contemplaba la biomasa, pudo hacerlo finalmente. “En Alemania hay 11.000 plantas productoras de biogás. En Argentina tenemos 28 y hay 50 proyectos dando vueltas que están a la espera de financiación”, comparó para luego explicar: “No hay un gran involucramiento todavía de las autoridades en estos temas que tienen que ver con lo ambiental. Se habla más de lo que se hace”, afirmó.

“Al lado de cada granja tendría que haber una planta de esta (señalando la de bioenergía) pero para hacerlo se necesita recursos y financiación porque son inversiones que tiene un repago a muy largo plazo”, agregó a su crudo análisis.

Y Antonio contó que sigue en pie el otro proyecto de bioenergía, que es más ambicioso. Se trata de otra planta de bioenergía pero con el doble de potencia, de 2 MW, para ser instalada en Saladillo (al lado del feedlot estabulado). Pero está a la espera de financiación.

Nunca quieto

La ganadería es la pasión de Antonio. Por eso, está apostando a la actividad en sus diferentes eslabones. Más allá del feedlot, donde tiene producción propia y hace hotelería, está impulsando agrandar el stock de madres.

Trabaja con 4.000 y, a través de un fideicomiso, quiere sumar unas 6.000 más para llegar a las 10.000 vacas de crías. “Capital para hacer eso no lo tenemos, asociarnos es buena alternativa”, apuntó.

Entre otro pasatiempo, Antonio se está empapando de información para avanzar con el biochar, un carbón vegetal que se obtiene de la descomposición térmica de residuos orgánicos de la biomasa. Se produce mediante un proceso llamado pirólisis, que consiste en calentar la biomasa a temperaturas de entre 300 y 700 °C en un ambiente sin oxígeno.

“Estamos en los procesos de pruebas y análisis. Tenemos intención si nos dan bien los números de hacer con todos los residuos que tenemos acá en la planta de bioenergía”, informó, agregando que es otra alternativa al biofertilizante que se obtiene de los biodigestores.

“Esto sería un nuevo proceso de transformación, que sería una de las alternativas reales de devolverle algo a la tierra para darle fertilidad, en un contexto que está en auge el tema de la huella de carbono y del cambio climático”, agregó.

Según explicó, está en relación con un productor de La Rioja (que hace olivicultura) que ya está produciendo luego de comprar dos hornos de pirólisis en Ucrania. “Es probable que los copiemos”, dijo.

Una solución

Antonio está haciendo experiencia con la producción ganadera, con el objetivo de que otros lo pueden imitar. En 10 hectáreas parceladas de alfalfa y alfalfa asociada con cebadilla, introdujo 48 vacas para analizar los resultados. En cada parcela están alrededor de tres días, pero puede varias dependiendo del clima. “De obtener resultados beneficiosos en este modelo, queremos extrapolar a mayor cantidad de hectáreas en el mismo sistema de parcelamiento”,

Vacas con cría en parcelas de alfalfa.

El objetivo es tener una “mayor efectividad” en cuanto a lo que es la producción extensiva o extensiva controlada. “Este es un modelo que la Argentina debería adoptar y que las autoridades fomenten porque alguien que tiene 50 hectáreas o 100 hectáreas, que hoy tiene el campo alquilado, y que tiene una rentabilidad magra, podría tener con pastura, con manejo y con y trabajando 150- 200 vacas todo el año”, comentó.

“No vamos a descubrir nada nuevo porque hay gente que hace años esto lo hace esto pero tendría que ser fomentado como metodología de trabajo en el campo”, apuntó. Este año la idea es agrandarse a 50 hectáreas y a 250 cabezas.