Maritza Abreu creció entre los aromas y sabores del restaurante que sus padres fundaron en Brooklyn, Nueva York. Aunque nació en Estados Unidos, sus raíces dominicanas marcaron profundamente su vida. Años después, aquella herencia familiar no solo la conectaría con su cultura, sino que también le inspiraría a crear Pisqueya, una marca que celebra los auténticos sabores del Caribe latino.
La historia de Pisqueya comienza en el restaurante familiar, Puerto Viejo, el cual abrió sus puertas en 1986. Este espacio no solo alimentó a la comunidad de Brooklyn durante décadas, sino que se convirtió en un refugio donde la pequeña Maritza aprendió el poder de la comida para unir a las personas.
Sin embargo, en 2011, un incendio destruyó el restaurante, lo que supuso un duro golpe para su familia. Lejos de rendirse, Maritza participó activamente en la reconstrucción del negocio, y este proceso despertó en ella un renovado aprecio por su herencia cultural. Fue entonces cuando decidió dar un paso más: llevar los sabores que tanto significaban para ella al mercado mundial.
De las cenizas al éxito
Pisqueya nació con un propósito claro: representar los auténticos “sabores del Caribe” en un mercado donde predominan los productos artificiales. Cada receta tiene sus raíces en las tradiciones familiares de Maritza, con ingredientes frescos y naturales provenientes de granjas del Caribe, explicó Abreu en una entrevista a CanvasRebel.
El nombre de la marca, que honra las formas tradicionales de cocinar de sus antepasados, es también un símbolo de resiliencia y pasión. Los productos de Pisqueya se fabrican en lotes pequeños, envasados en vidrio para mantener su calidad y reducir el impacto ambiental. “Quería crear algo que no solo celebrara nuestra cultura, sino que también llenara un vacío en el mercado”, explicó Maritza.
Para lanzar Pisqueya, Maritza dejó atrás una carrera estable en finanzas y se sumergió de lleno en el emprendimiento. Esto la llevó a pasar tiempo en República Dominicana trabajando en la cadena de suministro y asegurándose de que cada ingrediente cumpliera con los estándares más altos.
De regreso en Nueva York, su comunidad fue clave para el desarrollo inicial. Los clientes del restaurante familiar se convirtieron en su grupo de enfoque, y Brooklyn fue el primer mercado donde Pisqueya conquistó paladares.
El éxito no tardó en llegar. Recientemente, Maritza y su marca aparecieron en la temporada 22 del programa Hot Ones, donde figuras como Cardi B se deleitaron con sus salsas. Este hito marcó un nuevo capítulo en la historia de Pisqueya, ampliando su alcance y consolidándola como un ícono de los sabores latinos.
Un futuro lleno de sabor
Pisqueya es más que una marca; es una celebración de la cultura y el legado de la familia Abreu. Con sus salsas y condimentos, Maritza logró transmitir el sabor de casa a miles de personas, mientras honra las raíces que la definieron.
“Cada botella lleva el amor y la historia de mi familia. Es mi forma de compartir lo que somos con el mundo”, reflexionó. Así, lo que comenzó como un sueño entre los fogones de un restaurante familiar hoy resuena en mercados globales.