El Senado no sólo se prepara para tratar los proyectos impulsados por el Gobierno en este período de sesiones extraordinarias, que tiene como foco la eliminación de las PASO y con menor intensidad la ley de Ficha Limpia, sino que, además, tiene en agenda resolver la renovación de autoridades en la que se juega parte del poder que hoy tiene Victoria Villarruel, a quien el entorno presidencial busca aislar incluyendo en la escena a Luis Juez.
Al menos esa es la versión que circuló en el Congreso en el comienzo de este año luego de que Juez terminara por confirmar su decisión de dejar la presidencia del bloque del PRO, responsabilizando en parte a algunos actos en los que se sintió desautorizado por el líder del espacio, Mauricio Macri, y una serie de cortocircuitos que quedaron reflejados cuando en la última sesión de la Cámara Alta el senador cordobés decidió ir por la destitución del peronista Edgardo Kueider, detenido en Paraguay cuando intentaba ingresar junto a su secretaria con 211 mil dólares sin declarar, pese a que en el bloque se había acordado apoyar la suspensión del representantes de Unidad Federal.
Pero en lo que respecta a la discusión por la presidencia provisional del Senado, la negociación no es sencilla porque el libertario Bartolomé Abdala no está dispuesto a entregar el cargo sin dar batalla, sobre todo después del trajinar del año pasado para la aprobación de la Ley Bases. El senador por San Luis confirmó que quiere seguir estando en la línea de sucesión presidencial aunque sabe que el panorama es complejo.
En parte, hay que recordar que Abdala llegó al cargo de la mano de Villarruel tras la primera pulseada que la vice tuvo con Javier Milei, que en ese momento presionaba para colocar a Francisco Paoltroni, ahora ex senador de La Libertad Avanza por no apoyar la nominación de Ariel Lijo a la Corte Suprema de Justicia.
Pero la aparición de Juez se da en un momento de máxima tensión en la relación entre Villarruel y Milei. Ya fue difundido el acercamiento del cordobés con el Presidente, las cenas compartidas y el deseo del senador de ser parte de Las Fuerzas del Cielo luego de cerrar el capítulo de lo que fue Juntos por el Cambio, aunque en el macrismo aún consideran que hay una reunión pendiente. Todos estos datos son parte del análisis que hacen al entorno de la vicepresidenta sospechar que poco margen le queda para reconstruir una sociedad que parece dinamitada.
En el Senado la pregunta que se hacen es si Milei está dispuesto a abrir el juego con Juez. «Si fuera el Gobierno en quién confiaría más, en uno de los tuyos o en uno que recién te dice ‘te amo'», reflexionó un senador libertario al analizar el cuadro de situación. Dentro del oficialismo no ven con buenos ojos la nominación del cordobés. «No es confiable» dijo uno de los protagonistas. Incluso, la lectura que hacen es que la jefa, por Karina Milei, es «más pragmática» que el Presidente y si quiere aislar o correr a Villarruel seguramente recurrirá a uno de la tropa.
Entre los aliados saben que existe el rumor que postula a Juez para la presidencia provisional y entienden que es parte de una estrategia para separar a Villarruel de la toma de decisiones. Pero también es cierto que entre los senadores que vienen acompañando al Gobierno no quedó bien la relación con el senador de Juntos por el Cambio, ya que lo responsabilizan de haberle dado un senador más a Unión por la Patria al apoyar la destitución de Kueider habilitando así el ingreso de la camporista Stefanía Cora, lo que le permitirá al kirchnerismo quedar con 34 bancas a solo 3 de conseguir el quórum y la mayoría.
Tras aquella sesión, dentro de los aliados creció el malestar con Juez porque interpretaron que «ayudo a empujar a los radicales a dar vuelta su voto», ya que la UCR, que comanda Eduardo Vischi, iba por la suspensión, incluso con el apoyo del díscolo Martín Lousteau, aunque luego la mayoría terminó votando por la destitución del entrerriano. «Lo raro fue que desde la Rosada se la agarraron con Villarruel y nada dijeron de Juez en ese momento», apuntó un senador oficialista.
Según confiaron fuentes legislativas, tampoco quedó bien la relación del cordobés con Villarruel ya que en la última sesión, la vice quiso colar en el temario el congelamiento de las dietas y Juez boicoteó la movida diciendo que sólo importaba el caso Kueider, aunque si terminaron incluyendo en aquella sesión la aprobación de la extensión de la licencia del radical Víctor Zimmermann hasta fines de febrero.
La discusión por los sueldos -de acuerdo a lo interpretado por el entorno de la vicepresidenta- se postergó con la intención de que Villarruel pagara el costo político. Ese capítulo se cerró con la resolución de la vicepresidenta congelando los sueldos hasta el 31 de marzo, cuando volverá la discusión sobre si los senadores deben cobrar más de $ 9 millones.
Por ahora, lo único claro es que el 24 de febrero está prevista la sesión preparatoria, en la que el Senado deberá designar sus autoridades y fijar los días y horas de sesiones ordinarias. Habrá que ver cómo continúan las negociaciones y si hay algún cambio en la presidencia provisional, cargo que se elige por mayoría de votos del cuerpo.