La infidelidad financiera, un concepto que ha cobrado relevancia en los últimos años, está generando tensiones dentro de las relaciones de pareja. En el segmentp de «Hablemos de Plata», la contadora Mayra Novinsky explicó cómo la falta de transparencia en el manejo de las finanzas puede derivar en conflictos significativos, comparables con una infidelidad emocional o física. «En las parejas, es crucial hablar de los gastos y ahorros, ya que, aunque en principio pueda parecer fácil, la realidad es que gestionar el dinero juntos puede ser muy complicado», comentó Novinsky.
Según la especialista, una de las formas más comunes de infidelidad financiera ocurre cuando uno de los miembros de la pareja toma decisiones económicas sin consultar al otro, lo que puede crear un desajuste en la dinámica de la relación. «Es común que uno de los miembros gaste dinero sin informarle al otro, o incluso acumule deudas sin decirle. Esta falta de comunicación sobre el dinero genera desconfianza y, en muchos casos, problemas mayores», señaló la contadora.
Novinsky destacó que uno de los tipos más frecuentes de infidelidad financiera es la «asimétrica». Este fenómeno se da cuando uno de los miembros de la pareja se encarga del dinero, mientras que el otro se ocupa de las tareas del hogar. «Cuando uno de los dos maneja el dinero de manera unilateral, el otro puede empezar a guardar dinero en secreto para gastos personales, lo que, en la práctica, genera una infidelidad financiera», explicó la contadora.
Otro tipo de infidelidad financiera es la «simétrica», que ocurre cuando ambos miembros de la pareja tienen ingresos similares, pero uno oculta ingresos adicionales, bonificaciones o comisiones. «El hecho de ocultar un ingreso extra o endeudarse sin consultar al otro puede causar un gran desequilibrio en la relación, especialmente cuando no se habla abiertamente sobre estos temas», subrayó Novinsky.
Además, la contadora mencionó que existen casos más complejos, como la «infidelidad patológica», relacionada con comportamientos adictivos, como el consumo de drogas o el juego. Si bien no es el foco principal de su intervención, Novinsky advirtió que «cuando las finanzas se ven afectadas por adicciones, la situación se vuelve aún más difícil de manejar y requiere intervención profesional».
Es fundamental no confundir la infidelidad financiera con la violencia económica. Novinsky explicó que la violencia económica es un tipo de abuso en el que una de las partes controla todos los recursos financieros del hogar, dejando a la otra persona sin acceso o capacidad para tomar decisiones sobre el dinero. «La Ley 26485, que protege a las mujeres contra la violencia económica, es clave para prevenir y sancionar estos casos», aclaró.
Para evitar estos conflictos, la especialista destacó la importancia de la transparencia y la comunicación en las finanzas de pareja. «Lo ideal es gestionar el dinero de manera conjunta, usando herramientas como un Excel compartido, donde todo esté claro y registrado. La honestidad debe ser la base de la relación financiera», concluyó Novinsky.