¿Quién es esa chica? Así, tal cual lo expresa el hit popero de la década del 80, bien puede ser la pregunta disparadora para la selección de piezas de la primera muestra individual de Lucrecia Lionti en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba).
El énfasis está en revisitar el itinerario poético de la artista visual, formada en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), a través de los collages iniciáticos con materiales de desperdicio –en coincidencia con su llegada a Buenos Aires– hasta la instalación textil desarrollada específicamente para este espacio, según reconoce Carla Barbero, su curadora.
Lucrecia Lionti. Artista tucumana.
Fabril la mirada, la exposición, inaugura el próximo 14 de marzo en el Malba, y contará con un nuevo pizarrón que se inscribe en la serie de los que viene realizando, y no tanto en sus exageradas vestimentas tejidas que revolucionaron las ventas de las dos últimas ediciones de arteba y Art Basel, representada por la galería Barro.
La novedad –como adelanta en diálogo con Ñ– estará en la evidencia de los enormes patrones de las mangas que ya se anticipan paradigmáticas de la labor de la hacedora de 39 años, quien formó parte del cuerpo docente del Programa de Artistas 2024-2025 de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y en abril concretará una residencia en Gasworks, Londres.
En el sostenido afán por cuestionar el statu quo del arte y ridiculizar el sistema de la moda, y los discursos dominantes que traen aparejados, además de su ojo avezado en el aquí y ahora, Lionti detalla cómo será el recorrido en la sala 1 del museo.
–Lo de Fabril la mirada, el parafraseo del tango “Volver”, ¿es solo un juego de palabras o una apelación a la nostalgia?
–Quería que la muestra tuviese una vuelta poética en el título. Los que nos surgían eran muy duros, muy serios, y si bien la obra lo es y la curaduría también, queríamos ese giro. Y a mí también me remite a la versión de Penélope Cruz en Volver, la película de Almodóvar. Es una frase que nos resuena, no sé si de manera universal, pero si está en el imaginario, en el recuerdo.
Una de las piezas más recientes de Lionti abrazan la abstracción.
–¿Cómo se vincula “lo fabril” con los recursos artesanales que, sin estar romantizados, son frecuentes en tu trabajo?
–Lo fabril está en un punto intermedio entre una crítica y un sentimiento real sobre cómo funciona la máquina del capitalismo. Viene desde mi papá, que era un operario de la planta de Scania en Tucumán. Eso lo traigo rondando en mi cabeza como un interés en los sistemas de producción, pero que también llegan hasta hoy; desplazados hacia qué tanta fuerza y cuánta gente se necesita para generar una pieza artística que va a ser única y no es una serie de producciones en masa. Esto aparece sobre todo en los últimos años, cuando a través de las redes pude ver fábricas, cómo cosen la ropa del fast fashion los niños en Bangladesh. Me interesa trabajar desde ese lugar de la duda.
–En arteba 2024 y también en Art Basel Miami Beach mostraste piezas de vestimenta hiperbólica, que se pueden ligar a la etapa gráfica de la moda, combativa, incluso al punk. Ahora, te vas hacia la moldería, a los procesos. ¿Cómo surge?
–Cuando lo hago, los procedimientos no son tan conscientes o racionales. El interés de llevar la imagen del suéter a un plano más abstracto se fue encadenando por una serie de cosas, como qué tantos brazos necesito para poder seguir tejiendo y estar al ritmo de la demanda. Una cosa me llevó a la otra. Al abrir ese patrón, para quienes alguna vez vimos moldería, es reconocible la línea de puntos y dónde se corta, pero para los que no tuvieron contacto con esa imagen, llegan a una abstracción que puede remitir a un ataúd o una lápida. Me gusta que se abra el sentido.
Sus obras incluyen también mensajes.
–Sos una observadora de lo que está pasando, hacés referencia a las noticias, aunque no sean literales. Por ejemplo, ahora que estás produciendo, ¿tomás cosas de la inmediatez?
–Sí, las tomo y las pongo en relación con otros estímulos de otra naturaleza; una palabra actual y algo que tenga que ver con la hoja del choclo que traje de Brasil. No es solo un carril. Voy mezclando. Me quedé con una frase que le escuché a una niña en la playa y la estoy tejiendo. Entonces, puede haber cosas complejas de la realidad, noticias que desaniman, como el cierre de centros culturales o la realidad económica de gente que la está pasando mal, y al mismo tiempo, lo de la nena, que me pareció alucinante. Más que dos cosas, uno todo lo posible, como cuando tenés mil pestañas abiertas en la computadora. Una especie de mash-up.
Lucrecia Lionti
-Otra obra que se verá en la muestra es la del pizarrón en el marco de los que ya venís haciendo. ¿Qué tendrá de singular en este caso?
-Es un pizarrón en picada, no es una bandera flameando. Estoy trabajando en aspectos formales, de color, de grafismos. Hay escrituras relacionadas con los mismos bocetos. Una obra pensada para este espacio, como que se está yendo, medido como un cierre, y algo que está pasando con la educación. Me gustaría que se lea así.
- Fabril la mirada – Lucrecia Lionti
- Lugar: Malba, Av. F. Alcorta 3415
- Horario: mie. a lun. de 12 a 20; martes cerrado
- Fecha: del 14 de marzo al 16 de junio
- Entrada: $8000.
Sobre la firma
María Eugenia MaurelloBio completa
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