Aunque el año comenzó en un clima de aparente calma en el frente cambiario, en las últimas ruedas se encendieron algunas luces amarillas en el mercado. Los operadores de la City detectaron primero, y el Banco Central confirmó después, una creciente presencia oficial en el mercado de bonos para contener la brecha; y el organismo cortó su racha positiva por sus intervenciones en el segmento mayorista y vendió más de US$ 120 millones en las últimas cuatro ruedas.
Sin embargo, la decisión del Ministerio de Economía de avanzar con una baja temporal de las retenciones al agro y la expectativa por un próximo acuerdo con el Fondo podrían servir para acelerar las compras del Central y fortalecer las reservas, clave para el escenario de calma cambiaria que busca extender el Gobierno este año.
El organismo que preside Santiago Bausuli habia logrado acumular más de US$ 1.500 millones en la primera quincena de enero, pero a partir de la semana pasada no consiguió extender esa tendencia.
El economista Fernando Marull, de FM y Asociados, explicó que las ventas de los últimos días «se debieron a las mayores expectativas de devaluación (a su vez producto de los rumores de un nuevo acuerdo con el FMI y de las especulaciones en torno al lanzamiento del canje), que frenaron la liquidación del agro (U$S 70 millones diarios en promedio, versus U$S 100 millones la semana pasada) y el otorgamiento de préstamos en dólares, dos de los factores que venían explicando las compras elevadas del BCRA; también subieron los pagos de importaciones».
En total, desde que empezó el año, el Central acumula compras por US$ 1.398 millones. Marull anticipó: «Estos ruidos son transitorios y el BCRA volverá a comprar en los próximos días». La tesis de Marull es compartida por otros analistas de la City, que ven en la jugada de Caputo de bajar las retenciones mucho más que un guiño al campo: sino la posibilidad de garantizar la continuidad del statuo quo en el mercado cambiario mientras se cierra un nuevo acuerdo con el Fondo.
La quita de retenciones se transforma en una mejora del tipo de cambio final para los exportadores, que podría en parte contrarrestrar los efectos de una pequeña tormenta perfecta que comenzaba a gestarse en el frente agrícola. «La baja de retenciones es una forma de mejorar el tipo de cambio del agroexportador. Esta mejora del tipo de cambio sumada a la capacidad prestable en dólares del sistema financiero y el eventual carry de tasa en pesos deberían contribuir a mejorar el ingreso de divisas», adelantó Pablo Repetto de Aurum Valores.
«Esta medida equivale a un ajuste cambiario para el sector, mejorando la competitividad, y en el caso de los productos principales, cuyo carácter es temporal hasta junio, busca evitar un posible acopio anticipado antes de las elecciones, ante la expectativa de un ajuste del tipo de cambio. En medio de las negociaciones con el FMI, esto demuestra que el gobierno está tomando todas las medidas posibles para evitar presiones cambiarias, al menos hasta las elecciones», dijo Alejo Costa, de Max Capital.
En esa misma línea, en PPI señalaron: «Tal como ocurrió con los diversos Programas de Incremento Exportador, esperamos que la suba del tipo de cambio efectivo tenga un traslado a precios en el mercado local, aunque resta dilucidar en qué grado. Igualmente, esto serviría para mejorar los márgenes de los productores, que en muchas zonas estaban quedando en “cero” o negativo antes de implementarse la medida. En base a fuentes del sector, los márgenes para los productores de soja aumentarían en 10,9%, mientras que los del maíz y trigo en 3%»
«Consideramos que los productores tendrían más incentivos a vender sus stocks a los exportadores, lo que redundaría en una aceleración de la liquidación. Vale recalcar que este efecto se monta sobre el ya existente carry de los exportadores (tasa de devaluación de 1% mensual a partir de febrero versus tasas en pesos de 2,6/2,8% en la parte corta de la curva de tasa fija y de 2,2% en la parte larga). La combinación de ambos efectos redundaría en una fuerte suba de la oferta en el MULC que, a su vez, permitiría una aceleración de las compras del BCRA«, explicaron en PPI.
El viernes ya se vieron los primeros efectos de esta medida, cuando los tipos de cambio financieros bajaron 2% en el caso del CCL y 1% en el del dólar MEP. Los operadores se anticipan a una mayor oferta en el CCL si aumenta la liquidación del agro y se sostiene la dinámica del dólar blend, que permite liquidar el 20% de las exportaciones vía contado con liqui.
Una menor presión en el dólar financiero también podría ayudar a los bonos en dólares y la percepción de riesgo de los inversores. En Aurum Valores señalaron: «Hemos visto que la dinámica de reservas impacta en el riesgo país. Con una caída de US$ 1.200 millones en dos semanas no debe extrañar la suba desde los 580 puntos del 10/01 a los 631 con los que cerró el viernes».
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Ana Clara Pedotti
Redactora de la sección Economía/Pyme. [email protected]
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