Seguramente alguna vez viste ese video en el que un joven se para en algún parque o en una esquina con un cartel que dice «Abrazos gratis». Y personas desconocidas, de distintas edades, se acercan y piden un abrazo. Intercambian algunas palabras ante la simple pregunta del cómo estás, lloran a veces, hablan en otras, sostienen el abrazo siempre y luego se van reconfortados.
Lejos de ser una puesta en escena, la ciencia respalda el poder del abrazo y sus beneficios. En efecto, la terapia del abrazo repercute en tu cuerpo de manera positiva.
Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) coinciden en que dar o recibir abrazos diarios contribuye a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la memoria, fomentar el sentido de pertenencia y reducir cuadros de depresión. Más aún: la ciencia coincide en que el contacto del abrazo, presente en todas las especies, resulta particularmente importante en los extremos de la vida, como en bebés y adultos mayores.
Cómo repercute en el cuerpo la terapia del abrazo
La investigadora de la Facultad de Medicina de México, UNAM, Alicia Castillo Martínez, señaló que los abrazos ayudan a disminuir los niveles de cortisol, una hormona vinculada al estrés. De hecho, los niveles elevados de cortisol pueden dañar las neuronas y hasta frenar la neurogénesis. De allí entonces que los abrazos preserven la salud cognitiva.
«El contacto interpersonal permite que nuestras neuronas se mantengan saludables», afirmó la especialista. De hecho, en los adultos mayores, los abrazos estimulan la memoria y refuerzan el sentido de pertenencia al entorno social. La falta de contacto físico puede llevar a cuadros de depresión. De allí la importancia de los abrazos a partir de su impacto en el bienestar emocional y cognitivo de este grupo etario en particular.
Es que los abrazos incrementan la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores asociados con el bienestar y el placer. «Dar un abrazo tiene un costo muy bajo y múltiples beneficios», especificó Manuel González Oscoy, de la Facultad de Psicología.
La terapia de los abrazos se apoya en los beneficios que produce el contacto físico a nivel tanto orgánico como emocional. Foto: Freepik.
Terapia del abrazo: efectos y recomendaciones
La terapia del abrazo es una práctica basada en el contacto piel a piel que recomienda entre cuatro y ocho abrazos diarios para promover el desarrollo y el equilibrio emocional. El contacto físico que resulta de un abrazo estimula funciones autónomas del cuerpo, como por ejemplo:
- Reduce la presión arterial
- Estimula la producción de la hormona DHEA (asociada al rejuvenecimiento)
- Activa el sistema límbico
- Fortalece el sistema inmunológico
Aunque resulte redundante explicar, está claro que un abrazo necesita siempre del consentimiento de la parte que lo recibe ya que, de lo contrario, los sentimientos que genera serían exactamente los contrarios a los buscados, aumentando los niveles de estrés y generando incomodidad.
Si bien no hay una medida justa, los especialistas recomiendan entre 4 y 8 abrazos diarios para promover el bienestar emocional. Foto: Freepik.
Los abrazos, además de ser una muestra de afecto, son una herramienta poderosa para mejorar la salud física y emocional. Incorporar este hábito en la vida diaria no solo refuerza las relaciones interpersonales, sino que también contribuye al equilibrio integral del cuerpo y la mente. La práctica consciente de abrazar puede marcar una diferencia significativa en el bienestar individual y colectivo.
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