El 31 de enero de 2020, el Reino Unido dejó de formar parte oficialmente de la Unión Europea. Desmintiendo los sondeos, el 51,9 de los británicos había, el 23 de junio de 2016, decidido independizarse de Bruselas. Para los partidarios del Brexit, el Reino Unido volvería a ser una nación soberana a cargo de su propio destino. Para los opositores, se traduciría por un país aislado y debilitado.
El diario The Guardian le da la palabra a Praful Nargund, director de la ONG Good Growth Foundation, que pone el acento en las consecuencias negativas del Brexit.
Una salida sin plan y arrepentimiento
“Los conservadores admiten que sacaron al Reino Unido de la UE sin un plan de crecimiento, y las consecuencias son claras: el costo de la vida se dispara, los servicios públicos están de rodillas y el crecimiento parece un sueño de una época lejana”.
El periódico The Independent hace valer que cinco años después, “el sentimiento de la opinión pública está cambiando, y muchos experimentan un “Bregret” (juego de palabras que combina Brexit y Regret, arrepentimiento) por la decisión, sobre todo a medida que se aclaran las consecuencias de abandonar la UE”.
La bandera británica Union flag flamea junto al Big Ben. Foto: AP
Según sondeos de YouGov, el nivel de adhesión al Brexit vive su momento más bajo: un 55% de los británicos piensa que su país debería volver a la Unión Europea (UE), mientras que solo un 30% cree que tomó la decisión correcta al dejarla, al cumplirse cinco años del Brexit, según una encuesta publicada el miércoles.
Los sectores conservadores opinan
El sentimiento es distinto desde los sectores conservadores.
La columnista del tabloide The Sun Julia Hartley-Brewer dice no arrepentirse “ni por un nanosegundo” de una decisión que la llenó de orgullo. “¿Por qué? Porque, como la mayoría de los votantes del Leave (salir de la UE), mi apoyo al Brexit fue ante todo para restaurar la responsabilidad democrática, independientemente de los beneficios económicos que pudiéramos obtener”.
“Nadie debería poder dictar normas y leyes que rijan nuestras vidas si no es democráticamente responsable ante el pueblo británico y no puede ser expulsado cuando se equivoca”, justifica.
Sobre exclusivos para Gran Bretaña. Foto: AP
En otro diario conservador, The Telegraph, reconocen que “las cosas no han sido perfectas en los últimos años”.
El columnista David Frost pide recordar sin embargo lo que considera las humillaciones e injusticias vividas por Londres en su trato con la UE, y apunta que ahora “es nuestro lío”.
“Ahora tenemos la libertad de resolver estos problemas nosotros mismos. No tenemos que ir corriendo a Bruselas a pedir permiso para cambiar el IVA, establecer puertos francos, cambiar nuestro sistema de ayudas a la agricultura, alcanzar nuevos acuerdos comerciales, hacer tratos de política exterior con nuestros viejos aliados, como Aukus (entre Australia, Reino Unido y Estados Unidos)» enumera.
Y sigue: «Cambiar nuestras normas sobre edición genética o ensayos médicos clínicos, alterar nuestras disposiciones sobre bienestar animal, recortar aranceles sobre cosas que no producimos nosotros mismos, proteger el medio ambiente en nuestros caladeros, cambiar nuestras normas sobre permisos de conducir, el tamaño de los camiones o los costos de los seguros de coche, y mucho más. Tampoco nos absorben sus normas sobre IA, que matan la innovación, ni su Ley de Servicios Digitales, que aniquila la libertad de expresión”.
La clase política no cumplió con sus promesas
Otra óptica defendida por quienes impulsaron el Brexit es que la clase política no cumplió con las promesas que conllevaba salir de la UE.
Aún amamos a la Unión Europea, dice la pancarta. Foto: AP
La gaceta económica Financial Times hace un balance del lustro del Brexit y, en el aspecto político, subraya: “El Brexit se vendió durante la campaña del referéndum de 2016 como el medio por el que el Reino Unido ‘recuperaría el control’ de sus fronteras, frenando tanto la inmigración legal como la ilegal. Sin embargo, ambos se dispararon después de 2020, lo que alimentó las acusaciones de traición de la derecha política y contribuyó a impulsar el apoyo al partido Reform UK de Nigel Farage, que recientemente ha igualado a laboristas y conservadores en las encuestas”.
Esta es otra de las consecuencias del Brexit, el populista de derecha Farage, quien impulsó desde UKIP el “Leave”, capitalizó el descontento de quienes estimaron que el error no fue haber ido demasiado lejos en el patriotismo, sino, por el contrario, quedarse a medio camino.
Esta fragmentación es otro de los legados del debate del Brexit; un país partido en tres campos: laboristas, conservadores y populistas nacionalistas.
Sobre la firma
Alex SinclairBio completa
Mirá también
Mirá también
Londres necesita a Bruselas y Europa necesita a Keir Starmer: primeros pasos para aliviar el Brexit en la era Trump
Mirá también
Mirá también
Elon Musk indigna a Alemania y Gran Bretaña por su apoyo a los partidos de extrema derecha
Newsletter Clarín
Recibí en tu email todas las noticias, coberturas, historias y análisis de la mano de nuestros periodistas especializados
QUIERO RECIBIRLO
Tags relacionados