Huron, ubicada en el condado de Fresno, California, es una pequeña comunidad de 6733 habitantes, conocida por ser un centro de trabajadores agrícolas.
El 98% de sus residentes se identifican como hispanos o latinos, y el 41% son nacidos en el extranjero, según datos del censo de EE.UU. de 2024. La ciudad ha sido históricamente un refugio para familias migrantes, especialmente para aquellos que trabajan en la agricultura, una de las principales actividades económicas de la región.
El 15 de enero, el Ayuntamiento de Huron aprobó una resolución que la declara formalmente una “ciudad santuario”. Esto significa que los recursos y el personal de la ciudad no podrán colaborar con las acciones federales de cumplimiento de la ley de inmigración, excepto en casos de delincuentes convictos. Además, la resolución garantiza que todos los residentes, independientemente de su estatus migratorio, tengan acceso igualitario a los servicios y programas de la ciudad.
Cómo es la vida en la ciudad santuario de Huron
La resolución de Huron se aprobó en un momento en que las políticas federales de inmigración han intensificado la presión sobre las ciudades santuario. El expresidente Donald Trump firmó, en su primer día en el cargo, una orden ejecutiva para bloquear fondos federales a las jurisdicciones que no cooperen con las autoridades de inmigración.
Aunque Trump ya había intentado medidas similares durante su primer mandato, los esfuerzos enfrentaron varios reveses legales. En 2017, un juez federal dictaminó que su directiva de retener fondos era inconstitucional, y otra demanda en 2018 contra las políticas de santuario de California fue desestimada, detalló Fresno Bee.
A pesar de estas amenazas, el fiscal general de California, Rob Bonta, ha reafirmado su apoyo a las ciudades santuario, calificando las medidas de Trump como “tácticas de miedo”. Bonta también aseguró en su red social X que ni las fuerzas de seguridad locales ni los funcionarios pueden ser obligados a hacer cumplir leyes migratorias federales.
En tanto, el alcalde de la ciudad, Rey León, no comentó sobre cómo la orden ejecutiva de Trump podría afectar a la resolución de Huron. Sin embargo, los líderes estatales continúan respaldando la autonomía de los gobiernos locales en la implementación de políticas de santuario. Mientras tanto, otros municipios, como Lindsay, en el condado de Tulare, ya están evaluando seguir el mismo camino en los próximos meses.
El significado de “ciudad santuario”
No existe una definición universal de ciudad santuario. Según el Consejo Estadounidense de Inmigración, estas políticas regulan el nivel de cooperación entre las autoridades locales y federales en materia de inmigración. Aunque no impiden que las autoridades federales realicen su labor, limitan el uso de recursos locales para apoyar estas acciones.
La resolución de Huron, aunque no es vinculante, envía un mensaje de respaldo a los residentes indocumentados. Para muchos residentes, esta medida representa un alivio en medio de un clima político hostil hacia las ciudades santuario.
Huron es un ejemplo de cómo una pequeña comunidad agrícola puede convertirse en un símbolo de resistencia y protección para sus residentes, enfrentando desafíos legales y políticos para garantizar la seguridad de sus familias inmigrantes.