El gobernador de Río Negro Alberto Weretilneck le solicitó personalmente al gobierno nacional que implemente medidas de alivio fiscal y asistencia financiera para el sector frutícola de su provincia, que enfrenta una crisis por falta de rentabilidad. Lo hizo a través de dos notas dirigidas hace pocos días al ministro de Economía, Luis Caputo, y al secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, Sergio Iraeta.
Desde el sector frutícola de esa provincia, cuya principal producción son las frutas de pepita -peras y manzanas-, ya le venían pidiendo al gobernador que interceda para que se declare la emergencia.
Si bien las exportaciones de peras y manzanas de Río Negro crecieron en el 2024, los productores están preocupados por la baja rentabilidad que arroja la actividad, que en algunos casos pone en duda la viabilidad de la cosecha.
El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, pidió medidas de alivio fiscal y asistencia financiera para el sector frutícola.
En concreto, según informaron, se solicitó a la Nación el diferimiento impositivo, que implicaría postergar el pago de las cargas sociales (Formulario 931) correspondientes a las actividades de cosecha y empaque por un período de 12 meses a partir de febrero, aliviando la presión fiscal en un momento crítico.
También pidieron financiamiento para capital de trabajo. «Se requieren líneas de crédito accesibles para pequeños y grandes productores, asegurando los recursos necesarios para mantener la mano de obra, garantizar los niveles de exportación y preservar la sanidad en los cultivos», indicaron.
Weretilneck destacó que se trata de una de las economías regionales más importantes del país y que genera más de 60.000 puestos de trabajo. «Cada año el sector produce 1.150.000 toneladas de peras y manzanas, destinando un 35% a la exportación, otro 35% al mercado interno y el resto a la industria, principalmente jugos concentrados”, detalló.
Y agregó: «El complejo frutícola necesita, con carácter urgente, herramientas de coyuntura que nos permitan mantener el rumbo ante el importante desfinanciamiento que sufrió el sector por diferentes factores, lo que provoca que hoy se prevea una cosecha con grandes pérdidas”.
Según los números presentados por el gobernador rionegrino ante los funcionarios nacionales, el costo de producción de las manzanas es de 0,32 dólares por kilo, y solo la cosecha representa 0,09 dólares, es decir, el 27,5 por ciento del total. Además, los sueldos del personal de empaque se han incrementado en dólares más del 50 por ciento, alcanzando un promedio mensual de 1.500 dólares. A esto se suma un aumento del 500 por ciento en los costos de energía eléctrica para los galpones frigoríficos, lo que hace que almacenar cada kilo de fruta refrigerada sea más caro que el precio de mercado.
Algunos factores adicionales que afectan la ecuación son un sobrestock de fruta que incrementa los costos de almacenamiento y la devaluación en Brasil, principal destino de las peras rionegrinas.
Competencia chilena
Mientras avanzan con el reclamo de un alivio fiscal, desde el sector productor de manzanas de Río Negro y Neuquén advierten que en las condiciones actuales se les dificulta competir con la fruta que ingresa desde Chile, que tiene menores costos impositivos.
El titular de Federación de Productores de Frutas de Río Negro y Neuquén, Sebastián Hernández, señaló: “Teniendo en cuenta que el Gobierno habla de libre mercado, nosotros planteamos que, para ser poder competitivos con otros productos de afuera, nos bajen la presión impositiva. De ninguna manera podemos competir con países como Chile que tiene una carga del 20 por ciento, contra el 61por ciento de Argentina”.
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