Las luces se las llevan los denominados clubes grandes. Riestra, es cierto, se las ingenia para llamar la atención. A su modo, no siempre de la manera más adecuada, como sucedió con el caso del streamer Spreen, un papelón por donde se lo mire. Pero el Malevo, que a veces juega al fleje, se anima. Tanto, que en silencio se subió al segundo escalón del grupo B del torneo Apertura. Lo hizo con una goleada rotunda, indiscutible, a expensas de Atlético Tucumán, al que goleó por 3-0 en el Monumental José Fierro. Un impacto durísimo para el Decano, que terminó silbado y abucheado -y algo más- por sus fanáticos.
Riestra es un equipo escaso de figuras. Hay sacrificio, esfuerzo, ganas, empuje, eso sí. Con eso da batalla. Y, hasta aquí, los resultados lo acompañaron: triunfo por 2-0 como visitante sobre Lanús en la primera fecha, un 0-0 como local contra San Martín de San Juan, y ahora, fuera de casa, un 3-0 holgado sobre Atlético Tucumán. Siete puntos sobre nueve.
“El equipo tiene mucho sacrificio y sabe aprovechar sus momentos. No hay titulares, no hay suplentes, todos somos uno. El club hace su esfuerzo y nosotros también. ¿Si nos ilusionamos? Nosotros tenemos en la cabeza sumar puntos, hay que ser realistas. Estamos en una zona difícil, con equipos que juegan bien. El equipo tiene orden, tiene corazón, sabe jugar sin la pelota. Eso es difícil, pero es algo que tenemos aceitado, y ganar como se consiguió hoy me pone contento», destacó Cristian Fabbiani.
“Esto es trabajo, que viene desde el campeonato pasado, nos acostumbramos a la categoría. Somos un equipo aplicado, que corre mucho. Los jugadores hacen caso, después llevan a cabo lo que hacemos en la semana. Este es un equipo que se brinda”, agregó el DT en declaraciones a TNT Sports.
Lo mejor de la victoria de Riestra
Es cierto el análisis del Ogro Fabbiani. Riestra es un equipo que no necesita la pelota. Apenas si alcanzó el 28 por ciento de posesión. Le alcanzó para hacer tres goles. Pateó más al arco el Decano (13 contra 10), pero el local no acertó, y el Malevo, en tres fechas, no recibió ni un solo gol. Eficacia, contundencia, aprovechamiento. Todo eso sumó Riestra.
Como también fue cierto que el adversario aportó lo suyo. La visita se puso en ventaja con un golazo, una muy buena jugada que terminó con un bombazo de Sansotre al ángulo derecho, inatajable.
Quedaba todavía un largo rato por delante. Fue en busca de la igualdad el Decano, pero atrás se desacomodó. Demasiado. De un presunto ataque local, llegó un pase de Sánchez para atrás que no hizo más que asistir a Jonathan Herrera, que se fue solito, con tiempo y espacio para eludir al arquero Durso y definir con el arco vacío. ¿Hubo algo más? Sí. Apenas minutos después, Guillermo Acosta le dio un pase lateral a Durso, que quiso salir jugando, pero en el intento de patear, la pelota dio en la espalda de Antony Alonso, que fue a presionar en busca de un error, y entró mansamente en el arco. Un blooper con premio mayor para Riestra, que sin querer queriendo se fue de Tucumán con una goleada en el bolsillo.