El fútbol argentino es de película pero no sólo por haber dado a Messi y Maradona sino por las cosas insólitas que pasan alrededor de la pelota «cualquier día, cualquier hora y en cualquier lugar», como dice la canción. En este caso, en un partido de Copa Argentina entre Lanús y Lamadrid, un miércoles por la tarde y en la cancha de Arsenal de Sarandí. ¿El protagonista? Kevin Ariel Torres, líder de la barra brava de Platense.
En el marco del programa Tribuna Segura, la policía logró la detención de Torres, prófugo de la Justicia desde hace un año y medio por todo tipo de delitos, entre ellos secuestros, entraderas, asaltos a mano armada y escruches, la modalidad del robo a casas aprovechando la ausencia de sus dueños, la mayoría cometidos en countries. Su captura no fue sencilla y requirió un despliegue que pareció sacado de una película. Así lo definió la ministra Patricia Bullrich, que celebró la noticia en sus redes sociales.
«Fin del juego para el jefe de la barra de Platense», escribió Bullrich, al frente del rebautizado Ministerio de Seguridad Nacional. «Prófugo, violento, con un prontuario de película: secuestros, entraderas, asaltos. Pensó que el fútbol lo iba a seguir protegiendo. Se equivocó», escribió en su cuenta de Twitter, junto a una foto de Torres.
Tal como lo cuenta la película El secreto de sus ojos, en boca de un personaje interpretado por Guillermo Francella, «el tipo puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios, pero hay una cosa que no puede cambiar… no puede cambiar de pasión» y son muchos los prófugos detenidos al ir a ver a su equipo. Según un informe de Clarín, sólo en 2024 se registraron 70 capturas de este tipo en los estadios argentinos. Y la misma escena se dio en Sarandí.
Torres intentó ingresar a la cancha de Arsenal con la barra de Lamadrid pero fue reconocido por personal de la Aprevide y de Tribuna Segura, el operativo liderado por Franco Berlín, a cargo de la Seguridad en Eventos Deportivos de la Nación, con ligazón directa al área de Bullrich. Su reacción al ser detenido por un agente de policía fue inmediata y condenatoria: pegó dos trompadas y corrió en dirección a los molinetes, para saltar y perderse dentro de la popular que ocupaban los hinchas del conjunto de Villa Devoto, casualmente apodado «Carcelero» por su proximidad a la vieja penitenciaría.
En ese momento las fuerzas policiales tuvieron dos opciones, ingresar a buscar a Torres con escudos y armas de combate o esperar el final del partido e interceptarlo en medio de la salida de los hinchas, evitando un enfrentamiento más pesado. Ante los dos escenarios se optó por la segunda alternativa por lo que se armó un cordón policial que lo fue acorralando paso a paso.
A pesar de que los jefes de la barra de Lamadrid intentaron desviar la atención de los policías afirmanado que Torres se había escapado por detrás de un paredón, los agentes se quedaron en las instalaciones revisando cada recoveco del estadio denominado Julio Humberto Grondona. Finalmente, Torres fue descubierto dentro de un tanque de agua, y quedó detenido.