Hay un viaje. Y siempre que se viaja, se producen situaciones, momentos en los que se rompe la barrera del tiempo, el pasado cobra vida y condiciona toda acción en el presente y en el futuro. Hay encrucijadas con personas conocidas y otros que aparecen en cada alto del camino y sorprenden con sus palabras y actos. Ese fondo diverso y una serie de figuras complejas componen Mi último atardecer uruguayo (Paripé Books) la primera novela de la escritora, guionista y actriz Zoe Hochbaum.
Zoe Hochbaum también es autora del libro de relatos Monstruario, prologado por Mariana Enriquez.
Zoe nació en 1999 y se ha destacado en la narrativa audiovisual, de hecho el documental Traslados, dirigido por Nicolás Gil Lavedra, está basado en una idea original suya. También actuó en series, películas, obras de teatro, es cofundadora de la productora OrcaFilms y autora del libro de relatos Monstruario, prologado por Mariana Enriquez.
La protagonista de este tránsito existencialista y vital es Soli. Ella es la que cruza el río y llega a Punta Negra, más allá de Piriápolis, Uruguay, con una misión, o varias, que irá dando forma a medida que aparezcan en su horizonte cercano ciertos recuerdos y personajes. Ellos son los que transformarán a la protagonista en esta travesía por interior brumoso. La geografía y sus caprichos humanos marcan el comienzo y el final de etapas de la historia central y de las que surgen en el camino.
Hay un evento movilizante que revitaliza un vínculo y alimenta las paradas de este trayecto. La recuperación de las cenizas de una madre y una esposa, que se encuentran en un cementerio de Montevideo, llevan a la protagonista a la ruta y al reencuentro con su padre, también perdido en los rincones uruguayos. El marido padre y la hija de ambos van en busca de lo que fue esa mujer, cada uno por su lado. Hay un desencuentro, después vendrá la reconexión, esa que se produce en ese entramado de familia astillada y reconvertida en otros mundos después de una muerte. La despedida esperada se produce en las aguas que se llevan esas cenizas y genera un renacimiento que cada uno sabrá interpretar.
La novela de Hochbaum pone en escena el cuerpo y el alma de la protagonista. Ella queda atravesada por emociones diversas. Hay un hermoso recorrido de ese tiempo hilvanado por los sentidos: sabores como los del tereré, la pastafrola “de membrillo salvaje”, los aromas que dejó su madre en la casa donde vivió, los del pan tostado, el café, perfumes, el olor a “mar acumulado” del sireno, los sonidos del mar, los pájaros, la voz de Cafrune, también el silencio. Todos ellos componen una biografía sensitiva y sentimental que conmueve a esa hija confundida en ese ritual de despedida.
Zoe Hochbaum en la película: Como el Mar.
Soli revuelve y revisa su pasado, el de su madre y de todos los cercanos. Lo reconstruye en las huellas y cicatrices que dejó su madre. Pistas que son recuerdos escritos en un cuaderno con esa letra materna y conmovedora, o lápices de colores, o dibujos que la hija niña dejó desparramados y que fueron atesorados por su madre.
Mi último atardecer uruguayo
Zoe Hochbaum
Editorial: Paripé Books
Colección. Camalote
Es el diario de una despedida, de un largo adiós, no solo para su madre, también está dedicado para su padre y para esos pueblos, esas arenas, esas aguas que ya no volverán a ser los mismos. Tampoco Soli.
Sobre la firma
Hector Pavon
Editor general adjunto de la Revista Ñ [email protected]
Bio completa
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