Racing mostró todas sus credenciales ante un Boca carente de brújula y armó una fiesta en Avellaneda con fútbol, goles y pasajes de ese juego frenético y voraz que consagró a la Academia en la Copa Sudamericana. El cuadro xeneize ganó un solo partido de los cuatro que afrontó en el torneo Apertura y cerró la fecha 11° sobre 15 equipos, tan cerca del último como del puntero de la zona A.
La primera mitad fue un monólogo del equipo dirigido por Costas. La Academia, que venía de caer sin atenuantes ante Estudiantes en La Plata, apabulló desde el inicio y superó a Boca en casi todos los aspectos. El visitante produjo sus peores 45 minutos en la era de Fernando Gago y deambuló por la cancha sin ton ni son, muy lejos de ese Boca protagonista que sueña su DT.
Empujado por un Cilindro repleto, Racing salió decidido a maniatar a su rival y se impuso de principio a fin a un Boca desorientado que sucumbió ante cada aproximación ajena al arco de Agustín Marchesín. Racing mantuvo su 3-4-3 pese a las ausencias de Santiago Sosa y Agustín García Basso y con la fórmula del campeón de la Sudamericana y pasajes de altísimo vuelo futbolístico avasalló a Boca.
Boca estuvo en la cancha solamente entre los 10 y los 15 minutos, cuando logró salir del sofocón al que lo sometía la Academia e inquietó a Gabriel Arias con centros cruzados y acciones de pelota parada. Pero Racing jamás perdió la forma y creó las chances más claras con un Juan Nardoni inspiradísimo que repartió el juego en la mitad del campo y un tridente ofensivo, Santiago Solari-Adrián Martínez-Luciano Vietto, que asfixió a Boca en la salida y fue una pesadilla constante para el fondo xeneize. Con Gastón Martirena y Gabriel Rojas sumados a la mitad de la cancha, Racing se adueñó del terreno y creó las chances más claras ante un adversario que estaba en permanente estado de confusión.
El primer gol fue una muestra clara de la intensidad y la concentración con que cada equipo afrontó el clásico en Avellaneda. Mientras Boca reclamaba por una falta, Martirena sacó rápido un lateral frente a los bancos de suplente y aprovechó el desconcierto de la defensa para poner a correr a Solari, que superó a Marcelo Saracchi con un enganche y le sirvió el tanto a Vietto, que solamente tuvo que empujar el balón ante el arco libre. Tan libre que si el ex futbolista de Sevilla hubiera fallado, pues ahí estaba Maravilla relamiéndose para convertir. Un pelotón de fusilamiento contra un Marchesín desprotegido.
Gago, reprobado duramente por los hinchas antes del partido (pese a ganar dos títulos, no dejó un buen recuerdo entre los hinchas de la Academia) se quejó acertadamente de que Martirena había repuesto de manos a más de diez metros de donde había salido la pelota, pero su protesta no prosperó. Y Racing sacó una ventaja que primero mereció y luego plasmó en el tablero.
Dubitativos los de atrás, desbordados los del medio y aislados los de arriba, Boca se pareció mucho al que cerró el 2024 y generó peligro únicamente mediante la pelota parada. Carlos Palacios, que había brillado frente a Huracán jugando casi de falso 9, se limitó a lanzar bochazos largos desde atrás de la mitad de la cancha y pasó prácticamente inadvertido a pesar de sus buenas intenciones. Peor fue lo de Alan Velasco, que fue una máquina de perder pelotas y salió reemplazado en el entretiempo.
Boca mejoró en el segundo período y los ingresos de Exequiel Zeballos y Milton Giménez le dieron mayor presencia en el área de la Academia. Racing fue perdiendo el dominio con el correr de los minutos y el visitante tuvo la ocasión más clara en los pies de Barinaga, que casi anotó un golazo. El local sintió cansancio y cedió peligrosamente la pelota a un Boca desprovisto de ideas pero decidido a conseguir el empate.
A falta de diez minutos, el Cilindro enmudeció ante una posible mano sancionable de Nardoni, que fue revisada por el VAR (a cargo de Germán Delfino) y a la que el árbitro principal, Yael Falcón Pérez, no consideró pasible de penal. El cierre del juego se pareció muchísimo al inicio, entre un Racing dominante y un Boca que dejaba espacios en el fondo, y que recibió el mazazo final cuando el partido se moría. Marchesín respondió bien ante un disparo a quemarropa de Maximiliano Salas, pero Martínez aprovechó el rebote para marcar el 2-0 de cabeza.
Y si algo le faltaba a la noche negra de Boca, eso era una expulsión. Para colmo, de un recientemente ingresado: Kevin Zenón cometió una grosera falta desde atrás contra Salas.
Compacto de Racing 2 vs. Boca 0
En la jornada que podía marcar un quiebre para los dos equipos, Racing recuperó la memoria a menos de dos semanas de disputar la Recopa contra Mineiro y mandó al psicólogo a Boca, que sigue sin encontrar el equipo ni el funcionamiento deseado, a diez días de su serie de por la Copa Libertadores. Gago volvió a retocar (Juan Barinaga y Miguel Merentiel titulares), pero la mano no cambió y Boca sumó su séptima presentación seguida sin ganar en el Cilindro. La alegría, esta vez, fue toda celeste y blanca. Y, por lo ofrecido sobre el césped por cada uno, estuvo bien que así fuera.