“Mientras tu amigo invertía en bitcoin, vos jugabas al Counter-Strike”. La frase, que sale de un meme viral, sirve para ilustrar una idea que cobró fuerza entre millennials -las personas nacidas entre principios de la década del 80 y mediados del 90-: la oportunidad para invertir en la moneda digital y hacer una diferencia ya pasó. Sin embargo, para los especialistas consultados por LA NACION, a la luz de la historia de otras reservas de valor, el concepto es erróneo.
Actualmente, bitcoin tiene una capitalización de mercado de alrededor de 2 billones de dólares, según el sitio de estadísticas especializado CoinMarketCap. Representa el 60% de la capitalización total del sector de las criptomonedas, según el mismo sitio. Pero según analistas del sector, la moneda digital todavía no logró su techo. Para Rodolfo Andragnes, por ejemplo, de la ONG Bitcoin Argentina, nunca es tarde para invertir en BTC. “El mejor momento para invertir es cuando te das cuenta de que todos los momentos son buenos para invertir, porque no hay vuelta atrás de este fenómeno… El mejor momento para invertir es cuando entendés que este el mejor activo monetario del mundo”, dijo.
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Por su parte, Santiago Siri, fundador y presidente de Democracy Earth Foundation, cree que bitcoin todavía está descubriendo su precio. “Estamos entendiendo cuánto vale la escasez criptográficamente inducida a partir de este tipo de sistemas”, aseveró. Por esta razón, considera que la criptomoneda aún está en una etapa temprana. “Si uno lo mira en términos históricos, las monedas que tienden a ser reserva de valor y que tienen una posición hegemónica, como la libra o el dólar, duran 80 o 90 años”, explicó. Bitcoin fue creada en 2009. “Es temprano para entrar, al menos por ahora”, concluyó.
Ignacio Gimenez, director de Negocios de la plataforma de intercambio de criptomonedas Lemon, piensa que tener bitcoins hoy equivale a poseer un pedazo del futuro del dinero y de internet. “Si hacemos zoom out y tomamos perspectiva, bitcoin ya se convirtió en una reserva de valor, y esto se ve en que su precio se incrementó extraordinariamente en los últimos años”.
Las claves del éxito
A más de 16 años de su nacimiento, aún existe un gran misterio en torno a la creación del BTC. La historia oficial indica que fue un programador anónimo -o un grupo de programadores-, bajo el alias de Satoshi Nakamoto. Fue la primera moneda digital, usada y distribuida de forma electrónica a través de una red descentralizada, persona a persona, sin intermediación de alguna institución.
Una de las claves de su uso es que su sistema descentralizado de emisión solo permitirá la existencia de 21 millones de bitcoins. Hoy, más del 90% de esas monedas ya están en el mercado; el 10% restante será emitido lentamente, año a año -se calcula que se terminarán de emitir alrededor del año 2140-. Esa escasez convierte al activo en una buena reserva de valor, aunque también puede ser utilizado para invertir -por su volatilidad- o como moneda de intercambio.
Por fuera de sus características intrínsecas, hubo dos hechos -relacionados- que se sumaron para darle impulso a la criptomoneda en sus inicios. Por un lado, mientras se realizaba un cambio de código en la blockchain de bitcoin -la cadena de datos que lo sostiene- que permitió adaptarlo a diferentes usos, se registró un aumento en su uso como moneda por parte de empresas reconocidas, lo que incentivó su popularidad. Por otro lado, la crisis financiera de 2008 generó oportunidades de inversión en sectores alternativos.
A partir de ese momento, la historia de bitcoin se convirtió también en la de todo un sector. Surgieron otras criptomonedas, como ethereum (ETH), tether (USDT), binance coin (BNB), usd coin (USDC), XRP (XRP), cardano (ADA), solana (SOL), polkadot (DOT), dogecoin (DOGE). “Bitcoin es la criptomoneda que sentó la piedra fundacional de este nuevo ecosistema”, aseguró Gimenez.
La trayectoria alcista de la moneda digital se intensificó durante la pandemia de Covid-19, y también, de manera muy acentuada, durante 2024, cuando la Comisión de Bolsas y Valores de Estados Unidos (SEC) dio el visto bueno a los fondos de criptomonedas para que pudieran cotizar en Bolsa, decisión que dio impulso a las comisiones de valor de otros países a que hicieran lo mismo. Esto le permitió a bitcoin ratificar su popularidad y pasar a ser tenido en cuenta por una gama más amplia de inversionistas. Su precio pasó de los US$46.497 de principios de 2024 a los US$95.239 de hoy: lo que representa un aumento del 104,83%.
Y si se tiene en cuenta la primera transacción económica con bitcoins, que se realizó en mayo de 2010, cuando un hombre en el estado de Florida, Estados Unidos, negoció comprar dos pizzas de Papa John’s que costaban US$25 por el precio de 10,000 bitcoins, el incremento en el valor del BTC es astronómico: según la cotización del 11 de febrero de 2025, esos 10.000 BTC hoy valen US$959.092.800.
Los riesgos
Pero si bien es común leer historias del que “la vio” e invirtió en BTC años atrás, es importante no perder de vista que, como en cualquier inversión, invertir en bitcoin implica asumir riesgos. Como le pasó a la emprendedora Emilia Picco: “Mi historia con cripto comenzó en agosto de 2017, cuando compré mi primera fracción de bitcoin por US$4500. Como muchos principiantes, ante el pánico durante una corrección -disminución temporal del precio después de una alza sostenida- en septiembre de ese mismo año vendí lo que tenía por US$3000. Solo dos meses después, bitcoin alcanzó su máximo histórico de ese momento, de US$20.000”, se lamentó Picco, que hoy tiene una empresa que ofrece cursos sobre cómo invertir en BTC, ante LA NACION.
Hoy en día, sin embargo, los riesgos de invertir en BTC son los mismos que los de invertir en otros activos, según Siri. Para el especialista, como los grandes bancos, empresas, instituciones, y hasta Estados nacionales invierten en criptomonedas, la dirección de las políticas macro, como por ejemplo las tasas de interés en Estados Unidos, influyen sobre la volatilidad del precio -algo que quedó en evidencia el día que la moneda digital cayó un 12% tras el anuncio por parte de Donald Trump de imponer nuevos aranceles a las importaciones de Canadá, México y China-.
“Creo que bitcoin está atado a los mismos riesgos que activos como las acciones, dado que ya es parte de esa macro. Son riesgos muy similares. Lo considero algo muy análogo a la acción de una compañía tecnológica consolidada como Facebook, Google o NVIDIA. O sea, como una suerte de activo financiero tecnológico”, explicó Siri.
En tanto, desde Lemon remarcan que antes de hacer una inversión es muy importante conocer los proyectos detrás de cada criptomoneda y nunca poner más dinero del que se esté dispuesto a perder. Sobre este punto, hacen una mención especial a los memecoins -criptomonedas ligadas a un fenómeno viral- que, aunque suelen ser populares, representan un alto riesgo porque son extremadamente volátiles: su valor puede desplomarse en segundos. “Es crucial tener en cuenta los riesgos involucrados y no destinar una porción significativa de la cartera a estos activos, especialmente para quienes buscan una inversión sólida a largo plazo”, recomendaron desde la billetera virtual.
A qué prestarle atención en 2025
Si bien abundan los pronósticos de gurúes critpo sobre el posible precio de bitcoin en 2025 -US$150.000, US$200.000 o US$70.000-, nadie puede predecir cuál va a ser el precio ni anticipar sus fluctuaciones con exactitud. Sin embargo, existen algunos indicadores que pueden ayudar a tomar mejores decisiones. Y, en 2025, coinciden analistas, conviene seguir de cerca a Donald Trump. El presidente de Estados Unidos realizó su campaña con fondos provenientes del sector, y se manifestó a favor de hacer de EE.UU. la “capital mundial cripto”. A medida que avanzó la elección, el precio del BTC aumentó a la par de las chances de Trump de ser electo.
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En este contexto, para Siri, la política de Estados Unidos va a influir muchísimo sobre las fluctuaciones del precio del bitcoin. Desde que Trump asumió, la moneda digital pasó de US$60.000 a US$100.000. “Claramente, hoy bitcoin es una cuestión de Estado, bajo la influencia de Elon Musk, que fue el principal financista de la campaña presidencial de Trump en 2024”, explicó.
Una de las claves de esta evolución favorable tiene que ver con cambios en las regulaciones nacionales. Según destacó un informe de Binance, la plataforma de intercambio de criptomonedas más grande del mundo por volumen, la regulación cripto creció en todo el mundo en 2024. Y se espera que Estados Unidos y otros países sigan por ese camino en 2025 -incluida la Argentina, que aprobó una ley de regulación cripto y avanza en su implementación-, lo que se va a traducir en una adopción cada vez más grande del criptoactivo. Los mercados financieros tradicionales, de esta manera, aceptan e incorporan a los activos criptográficos.
Más allá de la regulación, Ignacio Carballo, Director del Centro de Finanzas Alternativas UCA y PCMI, consideró importante seguir de cerca las novedades que haya en la escalabilidad y eficiencia de las criptomonedas, y también en los movimientos crossborder de dinero a través de stablecoins –critpomonedas que replican el valor de otras monedas, como por ejemplo el dólar estadounidense-, para leer un posible incremento en su adopción.
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Desde Lemon, en tanto, destacaron la potencial creación de una reserva estratégica de bitcoin en Estados Unidos, una promesa de campaña de Trump, como un evento que puede ser un hito para el sector -y los precios de las criptomonedas-. Sobre esto último, Gimenez consideró que no solo representa una nueva tendencia, sino que también abre una carrera entre naciones para liderar el futuro del ecosistema cripto y blockchain. “Bitcoin no es solo un activo financiero, sino que es una pieza fundamental en el futuro de la nueva economía digital a nivel mundial”, dijo.
La economía de internet
Más allá de 2025, para Andragnes, de la ONG Bitcoin Argentina, hay dos escenarios posibles a la hora de definir el futuro de las criptomonedas: “Uno, con mucha claridad, es el de liderazgo absoluto de bitcoin como activo para reserva de valor y transferencias internacionales, ya que ningún otro método existente es tan eficiente, confiable, instantáneo y económico”, dijo. “Por otro lado, paralelamente, veo que la blockchain y las altcoins -criptomonedas por fuera de BTC- siguen buscando su lugar, explorando y sembrando cada vez más en un entorno nuevo. Pero no veo claridad en cuál de las miles de redes y criptomonedas que hay será la ganadora, ni cuál de todas las aplicaciones será la estrella, si es que alguna lo logra”.
Siri, por su parte, define a bitcoin como la escasez perfecta, protegida por una gran barrera de computación y de energía, que son reglas de juego extremadamente predecibles, lo que juega a favor de su adopción. “Todo eso le ha ido generando una credibilidad y una neutralidad respecto a otros sistemas monetarios, y al final del día la matemática va generando más confianza”, dijo, y se mostró confiado con la evolución del sector: “Las criptomonedas son indudablemente la economía de internet, que es nativa digital, y hoy generan un valor comparable al PBI de un país del G20, por ejemplo al de Italia. Tal vez, en un futuro, bitcoin pueda ser el activo de más valor del mundo”.