Revista Códigos
Las ventas en supermercados volvieron a caer en enero, según relevamiento
El deterioro en la capacidad de compra de los hogares argentinos aún no muestra señales concretas de recuperación en el segmento del consumo masivo. Y en los últimos meses se sumó otro factor que desvía la demanda interna: el boom de turismo y compras en el exterior impulsado por la apreciación cambiaria.
Así, según relevamientos, las ventas en supermercados volvieron a caer en enero, incluso a pesar de comparar contra una ya muy mala base de referencia: la del primer mes completo de gestión de Javier Milei, en pleno fogonazo inflacionario.
El procesamiento de los datos de consumo masivo del mes pasado aún no estaba terminado al cierre de esta nota. Serán publicados en los próximos días por la consultora Scentia, que mide periódicamente la evolución de las ventas en grandes cadenas de supermercados y en autoservicios de cercanía.
De todas maneras, distintas fuentes de las grandes cadenas le adelantaron a este medio que, al menos en este segmento, las ventas continuaron su derrotero a la baja. Según un representante del sector, la caída interanual de enero osciló entre el 5% y el 6%.
A primera vista, el número podría parecer menor ya que en diciembre del año pasado Scentia midió un desplome interanual del 18% para el consumo masivo y 2024 cerró con un inédito retroceso acumulado del 13,9% con respecto al año previo. Sin embargo, en 2025, las comparaciones interanuales se harán contra los respectivos meses del año pasado que dejaron una base de referencia muy baja. Así, cualquier dato que no implique siquiera un rebote parcial implicará una mala señal.
De hecho, enero de 2024 fue el inicio de una seguidilla de retrocesos interanuales del consumo masivo que abarcó todos los meses del año pasado. En esa oportunidad, Scentia relevó una merma interanual del 3,8% respecto de enero de 2023 para el consumo masivo. Aunque en las grandes cadenas de supermercados la caída fue aún más fuerte: del 8,3% a escala nacional.
De esta forma, si se confirmara que el mes pasado cerró con una baja superior al 5%, las ventas en supermercados se habrían ubicado casi 15% por debajo del nivel de enero de 2023 en términos reales.
Un desempeño distinto mostraron las ventas minoristas en pymes relevadas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En enero, crecieron 25,5% interanual. Aunque el dato tiene dos atenuantes de peso: por un lado, el repunte no alcanzó a compensar el derrumbe del 28,5% de enero de 2024 y, según la serie de CAME, seguía 10,2% por debajo del nivel de enero de 2023; por otro, hubo una caída del 0,5% respecto de diciembre de 2024 en la medición sin estacionalidad, es decir, la tendencia siguió siendo negativa.
Lo que sí florece es el consumo en el exterior a caballo del incentivo que genera la apreciación cambiaria. Enero cerró con el stock de préstamos por gastos en dólares con tarjetas de crédito más alto de la historia (u$s864 millones), un dato que no incluye las operaciones que se realizan con otras alternativas de pago, como PIX, que está en pleno auge en Brasil.
Consumo e inflación
Lo cierto es que la marcha del consumo masivo muestra que, a pesar de la desaceleración de la inflación medida por el INDEC, los hogares no logran recuperar capacidad de compra. Es buena medida, esto es consecuencia del creciente peso del gasto en servicios que afrontan las familias trabajadoras.
Si bien no todos, muchos de esos servicios son esenciales o inelásticos. Y varios de ellos aumentan por encima del índice de precios al consumidor (IPC) general desde hace largos meses.
Por caso, este viernes, el Instituto de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires informó que la inflación en territorio porteño fue del 3,1% en enero, aunque con una gran disparidad: mientras los bienes aumentaron 1,4%, los servicios saltaron 4,3%. Al tener ponderaciones distintas, esta fuerte suba de los servicios no tendrá el mismo impacto en el IPC nacional, que el INDEC publicará este jueves.
De esta manera, incluso los trabajadores cuyos salarios en el último año empataron con el IPC Nacional vieron incrementada la porción de sus ingresos que se va en servicios esenciales y, por ende, tienen menos dinero disponible para comprar alimentos, productos de limpieza, artículos de higiene personal y otros bienes de consumo masivo.
Con todo, la perspectiva es que, a medida que avance el año y las comparaciones interanuales empiecen a hacerse contra los meses de caídas más abruptas de 2024, los números del consumo masivo ensayen un tenue rebote. Sin embargo, las fuentes consultadas coinciden en que no hay ninguna variable que permita augurar una recuperación significativa. La pauta no escrita que fijó el Gobierno para las negociaciones paritarias parece venir a reforzar esa perspectiva.
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