En el corazón de Johannesburgo, un refugio transformó la vida de más de 2.500 pugs rescatados. Pug Rescue South Africa, fundado en 2010 por Cheryl y Malcolm Gaw, nació como una respuesta a una necesidad creciente: la cantidad de perros que la pareja acogía en su hogar aumentaba sin cesar. Lo que comenzó como un esfuerzo personal pronto se convirtió en un centro de rescate que, en la actualidad, alberga a casi 200 pugs. Muchos de ellos llegan enfermos, abandonados o entregados por dueños que, por distintos motivos, ya no pueden cuidarlos.
Para Cheryl Gaw, de 63 años, esta misión no estaba en sus planes iniciales, pero terminó por definir su vida. “Por supuesto, los pugs ganaron”, confiesa con humor al medio estadounidense Chronicle. Su amor por estos perros la llevó a tomar decisiones drásticas: junto con su esposo, vendió su casa, vivió un tiempo en una casa rodante y reorganizó su vida por completo para poder mantener el refugio en funcionamiento.
Esta entrega se refleja en la rutina diaria del refugio, donde todo sigue un horario meticuloso. Los pugs comienzan su día a las 5:15 de la mañana, salen de las cabañas donde duermen, organizados en grupos según su edad y personalidad. Después viene el desayuno, seguido por la medicación para quienes la necesitan, baños, tiempo de juego y sesiones de acicalamiento. Al mediodía, disfrutan de una merienda antes de un descanso por la tarde, y finalmente, tras más tiempo de juego, la cena marca el cierre de la jornada. Entre las 18:00 y las 19:00, los perros regresan a sus habitaciones para descansar, listos para repetir el ciclo al día siguiente.
Los desafíos de rescatar y cuidar pugs
Pero el amor por los pugs no está exento de dificultades. Como raza braquicéfala, enfrentan serios problemas de salud, desde dificultades respiratorias hasta infecciones oculares y auditivas. Estos cuidados veterinarios implican un costo elevado: el refugio gasta alrededor de 40.000 dólares al año solo en tratamientos médicos.
Además de la salud, hay otros aspectos a considerar en torno a esta raza. Uno de ellos es la gran cantidad de pelo que pierden. Cheryl lo resume de manera simple: “Podés cepillarlos todo el día y seguirán soltando pelo”.
A pesar de los desafíos económicos y logísticos, el refugio mira hacia el futuro con grandes aspiraciones. En los próximos diez años, sus fundadores sueñan con expandirse y operar una granja que les brinde mejores instalaciones a los perros. Pero su misión va más allá del rescate: también trabajan para erradicar el robo de pugs, un problema creciente, ya que estos y otras razas pequeñas suelen ser utilizados como cebo en peleas de perros. Como parte de su labor, cada dos semanas, voluntarios visitan la zona de Daveyton para realizar campañas de esterilización, vacunación y concienciación sobre el cuidado de mascotas, según cuenta el personal del refugio al medio local Benoni City Times.
Consideraciones al adoptar un pug
Para quienes consideran adoptar un pug, es fundamental conocer sus necesidades específicas, según el medio especializado en mascotas PetMD:
- Salud y bienestar: Requieren chequeos veterinarios regulares debido a su predisposición a problemas respiratorios, de piel y oculares, lo que puede generar gastos veterinarios elevados a lo largo de su vida.
- Ejercicio moderado: Aunque son activos, no deben realizar ejercicios intensos por su dificultad para respirar.
- Dieta equilibrada: Son propensos a la obesidad, por lo que su alimentación debe ser controlada.
- Cepillado constante: Sueltan mucho pelo, por lo que necesitan cepillados frecuentes.
- Cuidado ante temperaturas extremas: No toleran bien ni el calor ni el frío extremo.