Este 13 de febrero, en la víspera de San Valentín, se celebra el Día Internacional del Preservativo. La iniciativa, impulsada desde el 2009 por la AIDS Healthcare Foundation (AHF), busca fomentar el uso del condón en todas las poblaciones y organiza acciones de prevención en todo el mundo.
En la actualidad, la oferta de los preservativos masculinos a nivel mundial abarca todos los gustos. Pero la conquista ganada a pulso del siglo XX que sacó de la clandestinidad a la anticoncepción sigue enfrentándose a múltiples obstáculos y quedan deudas pendientes.
La impensada historia sobre los primeros “preservativos”
La idea de contar con una “barrera” o “envoltorio” para proteger el pene tiene, al menos 500 años. En el siglo XVl, el anatomista italiano Gabriel Falopio recetó a sus pacientes masculinos el uso de fundas de lino alrededor de sus genitales para combatir la sífilis.
Poco después, empezaron a elaborarse “fundas” de este tipo con tripas de ovejas o cerdos. Se lavaban y reutilizaban. Uno de los ejemplares conocidos más antiguos fue encontrado en Suecia y data del siglo XVII. El Museo Británico de Londres alberga otros más recientes dentro de sus colecciones.
En 1839, Charles Goodyear inventó la vulcanización, un procedimiento química que da mayor elasticidad y resistencia al caucho y sus derivados, como el látex. Foto: ilustración Shutterstock
Pero rastrear el momento exacto en que se ideó el artilugio no es sencillo. El historiador médico Vern Bollough explica en un artículo de la revista Cultura y Tecnología de la Universidad de John Hopkins que mucho de lo que se estima sobre los orígenes de los condones es bastante impreciso porque «ningún dispositivo relacionado únicamente con el sexo era respetable». Los hitos sobre los que se tiene registro estaban patentados para usos médicos hasta buena parte del siglo XIX.
El salto tecnológico que significó el descubrimiento de la vulcanización del caucho en 1839 por Charles Goodyear permitió que se empezaran a fabricar «fundas» con látex. Sin embargo, en el siglo XIX se consideraba inmoral usarlos y al preservativo le llovieron detractores.
En Estados Unidos, de 1873 a 1936, la ley federal Comstock prohibió el transporte, envío e importación de todos los materiales anticonceptivos. Durante más de 50 años incluso recibir información sobre la contracepción era ilegal.
Anthony Comstock, inspector postal, fue uno de los impulsores de la ley federal que luego apodaron con su apellido.
En la actualidad, la OMS destaca su uso como “un componente crítico” en la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados. Pese a ello, el panorama en la Argentina no es alentador.
Según datos recopilados en el Centro Comunitario de Salud Sexual en Buenos Aires de AHF, entre enero y septiembre de 2024, hubo un aumento del 51,5% de los diagnósticos de infecciones de transmisión sexual (ITS) con relación al mismo período de 2023. Entre jóvenes de 14 a 24 años se registró que el 80% de quienes recibieron un diagnóstico de VIH y/o sífilis refirieron no usar siempre preservativos en sus relaciones sexuales.
AHF registró un aumento del 51,5% de diagnósticos de ITS en CABA on relación al mismo período de 2023. Foto: ilustración Shutterstock.
Otro dato importante de la fundación señala que, en miembros de poblaciones claves, es decir, que pertenecen a grupos con mayor prevalencia de VIH e ITS, se observó que, en promedio, solo el 33% utiliza el preservativo siempre, cuando, por su exposición al riesgo, deberían tener un uso cercano al 100%, dicen desde la organización sin fines de lucro. Si se amplia la muestra a la población general, sus últimos datos (de 2023) muestran aun mucho menos uso, con un promedio que ronda el 13%.
La entrega gratuita de profilácticos es un servicio público obligatorio en centros de salud, hospitales, fundaciones y algunas ONG. Para la doctora Patricia Campos, directora de AHF América Latina y el Caribe, los preservativos siguen siendo el método más asequible para prevenir el VIH y otras ITS.
La entrega gratuita de preservativos es un servicio público obligatorio, según la Ley nacional 25.673. Foto: ilustración Shutterstock
Por ello, la campaña de la AHF de este año promueve el lema Sólo úsalo, “para alentar a las personas, principalmente jóvenes, a usar correctamente el condón, protegerse y mantenerse sanas” y organiza actividades de concientización en 20 puntos del país.
Antes de usar un condón, tenés que verificar cuatro cosas
Seguramente te fijás de que el preservativo está completamente sellado y que “patina” dentro del envoltorio. Además, es importante que no dejes pasar datos que funcionan como mecanismos de control y aseguran su efectividad. Es necesario revisar que cualquier preservativo, gratuito o de venta general, contenga esta información:
- La fecha de elaboración.
- La fecha de caducidad.
- El número de lote.
- El “ancho nominal” (diámetro) adecuado.
Revisá todos los datos del empaque antes. Usar el profiláctico del diámetro correcto también es importante. Foto: ilustración Shutterstock
Contrario a lo que a veces se supone, el diámetro no tiene nada que ver con el largo del pene, sino que asegura que el profiláctico “calzará” adecuadamente. Podés saberlo de esta manera: medí el diámetro del pene en erección y dividilo por dos, el resultado corresponderá con el ancho nominal.
Bangkok y Ámsterdam, capitales del preservativo
Bangkok, la capital de Tailandia, cuenta con su propio Museo del Condón. Su entrada es gratuita, pues está bajo la órbita de la autoridad sanitaria nacional. Pueden verse paquetes y presentaciones de centenas de marcas e incluso ver alguna simulación de las pruebas de resistencia y durabilidad a las que son sometidas los lotes de profilácticos durante su elaboración.
La Condomerie, una tienda y boutique especializada en condones, se encuentra en pleno centro de Ámsterdam. Foto gentileza Condomerie.
En Ámsterdam, Países Bajos, existe desde 1987 la Condomerie, una tienda especializada en todo tipo de preservativos, desde los convencionales hasta los más excéntricos. Ahora mismo podés encontrar en su catálogo web un profiláctico para pene con forma de La Pantera Rosa, un auto de Fórmula 1 o la figura del presidente estadounidense Donald Trump por 10 euros.