Independiente tiene dos caras. Más allá del buen inicio de la temporada y de mantenerse en los puestos de pelea de la Zona B del Torneo Apertura, el equipo viene evidenciando un problema que arrastra desde el año pasado y que continúa mostrando fecha tras fecha. ¿Cuál? Es uno jugando en el Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini y otro muy diferente cuando sale de Avellaneda.
El déficit
Los números lo reflejan de esa manera, aunque también el rendimiento colectivo y el funcionamiento. El Rojo, que venía de golear a Vélez como local, estuvo incómodo en su visita a Vicente López, no tuvo un buen partido y ni siquiera pudo aguantar un triunfo que hasta ese momento era inmerecido por lo que había hecho Platense durante el desarrollo del juego.
Es cierto que Independiente sigue mostrando signos de mejoría en relación a un 2024 en el que no logró el objetivo de clasificarse a la Copa Libertadores. Sin embargo, las fallas fuera de su zona de confort continúan plasmándose. “No encontramos los caminos, no pudimos fluir en el medio. Pudimos, en algunos momentos, hacernos fuertes desde otras facetas que no fueron las futbolísticas. Creo que podemos jugar mejor de visitante”, indicó Julio Vaccari en la conferencia de prensa tras el 1-1 con el Calamar.
En Avellaneda
El Rojo se hace muy fuerte en su estadio. Lleva 16 encuentros sin sufrir derrotas, con diez triunfos y seis empates. En el ciclo Vaccari, las victorias son nueve y los empates cinco, cosechando el 76% de los puntos disputados. Como si fuera poco, en este 2025 logró el 100% de efectividad al superar a Sarmiento (2-1), Gimnasia (2-0) y Vélez (3-0).
Distinta es la situación cuando el CAI sale de Avellaneda. La particularidad es que todas las derrotas que sufrió desde la llegada del entrenador fueron lejos del LdA-REB: Instituto en Alta Córdoba, Independiente Rivadavia en Mendoza, Huracán en Parque Patricios, Newell’s en Rosario, River en el Monumental y Vélez en cancha de Lanús por los cuartos de final de la edición pasada de la Copa Argentina.
Como visitante
Este año, como visitante, venció a la Talleres en el Mario Alberto Kempes, cayó con River e igualó con el Marrón. En total, consiguió cuatro triunfos (una ante Godoy Cruz por el torneo federal), seis empates y seis caídas, obteniendo apenas el 37,5% de las unidades que puso en juego.
A pesar de los resultados, una de las principales preocupaciones que tienen en alerta a Vaccari es que tuvo otra postura fuera de su cancha: en lugar del juego asociado, la voracidad en cuanto a la presión y el fútbol ofensivo que suele mostrar cuando es anfitrión, fuera de casa apostó a las transiciones rápidas, le costó hallar los caminos y contó con varias dificultades para encontrar a los futbolistas de buen pie.
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