A una bronquitis que requirió internación por dificultades para respirar, le siguió la detección en las últimas horas de una neumonía bilateral (en ambos pulmones). El cuadro clínico del papa Francisco es, efectivamente, tan “complejo” como lo empezaron a describir en las últimas horas los partes del Policlínico Universitario Agostino Gemelli, en Roma. Con las herramientas terapéuticas disponibles para tratarlo, las próximas horas son clave para la evolución de la salud del pontífice.
Hacia el quinto día de hospitalización, el equipo a cargo del paciente, que ya tenía un estado de salud general que desmejoró en los últimos tiempos, identificó en los estudios de laboratorio una infección pulmonar por más de un germen (polimicrobiana) de los que aún se desconoce si fueron adquiridos en el hospital o en la comunidad.
Alejandro Chirino, neumonólogo y coordinador de la Sección de Infecciones Pulmonares de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), explicó a LA NACIÓN que el último parte médico sobre la salud de Francisco habla de “una infección pulmonar por múltiples gérmenes, que se da en una persona de 88 años, con antecedentes clínicos de debilidad porque tuvo una infección pulmonar grave con resección de tejido, por lo que ya tiene un pulmón afectado”.
Junto con un tiempo prolongado de disminución de la movilidad propia de una hospitalización y sus efectos en el estado general, “todo condiciona que la infección [respiratoria] sea una condición potencialmente grave”, agregó el profesional.
Es que, además, el parte médico emitido ayer reveló que el Papa tenía bronquiectasias, lo que para el equipo tratante hizo “más complejo el tratamiento terapéutico”. Al respecto, Chirino planteó ante la consulta de LA NACIÓN que es un antecedente “contundente” y que “marca la dificultad que tiene [el paciente] para mejorar”.
Enfermedad crónica
Las bronquiectasias son, según amplió el neumonólogo, una enfermedad crónica. Son cicatrices que se producen en las paredes de los bronquios. “Esta enfermedad se asocia muchas veces a la colonización, con la presencia de varios gérmenes –dijo–. Es un cuadro de largo tiempo y suele colonizarse con diferentes bacterias. Esto nos dice que es un pulmón dañado por una afectación crónica a la que se sumó una neumonía.”
El especialista de la AAMR amplió que ya, de por sí, esa enfermedad predispone a tener con frecuencia tos con flema, infecciones y broncoespasmos o asma asociado. “Si hubo un cuadro de bronquitis, eso después pudo haber predispuesto a la neumonía bilateral que se informó en el último parte médico”, analizó Chirino. “Es lo más contundente y marca la dificultad que tiene el equipo tratante”, amplió.
Cuadro agudo
Frente a la complejidad que refieren en el hospital Gemelli y los tratamientos que van ajustando los profesionales, ¿qué es de esperar en estos cuadros respiratorios?
“En una neumonía, que es un cuadro agudo, se espera que, una vez obtenido el tipo de germen y la indicación del antibiótico correcto [si la causa es bacteriana], se empiece a resolver –respondió el neumonólogo–. Entre los cinco y siete días, debe notarse una mejoría clara radiológica y, sobre todo inicialmente, clínica. Esto si el paciente va mejorando. Pero si no es así a las 48 o 72 horas, hay que indagar si hay otras complicaciones u otro germen.”
La falta de mejoría en ese intervalo suele activar en los equipos médicos el pedido de más estudios, nuevas tomas de muestras y la evaluación de otras combinaciones terapéuticas.
En el comunicado difundido hoy por el Vaticano señaló el refuerzo farmacológico que se administró. “Las pruebas de laboratorio, la radiografía de tórax y las condiciones clínicas del Santo Padre siguen presentando un cuadro complejo –se indicó–. Una tomografía computarizada de tórax que el Santo Padre recibió esta tarde mostró la aparición de neumonía bilateral que requiere más terapia farmacológica. Sin embargo, el papa Francisco permanece de buen ánimo.”
Tratamiento
El arsenal terapéutico disponible para el cuadro respiratorio actualizado incluye antibióticos, corticoides, broncodilatadores, administración de oxígeno si es necesario, mucolíticos y kinesioterapia respiratoria para mejorar la capacidad del paciente de respirar, toser y expulsar secreciones. Todo esto, según continuó Chirino, requiere de un equipo multidisciplinario, dado que los tratamientos para revertir el diagnóstico puede complicar cómo funcionan otros órganos o el metabolismo. “Todo esto, si no se va controlando, puede sumar más problemas”, mencionó el especialista, que también es director de Respira Salud Clínica Integral, en Mendoza.
Como viene informando LA NACIÓN, Francisco se sometió de joven a la extirpación de parte de un pulmón por una infección y es propenso a las bronquitis en invierno. El propio Papa había admitido que es “un paciente poco obediente” y hasta su entorno más cercano en el Vaticano señalaron desde el viernes pasado, cuando debió ser internado, que “se excedió” aun después de que le habían diagnosticado bronquitis.