Cuando se habla de los materiales y sustancias orgánicas más caras que provee la Tierra, podría pensarse en el oro, en el petróleo o en los diamantes. Incluso en el rodio, que su valor de mercado oscila entre los 118 y los 120 dólares por gramo. Sin embargo, los científicos hallaron un químico que se valúa en 62 millones de dólares por menos de un gramo.
Se trata de la Antimateria, que es la materia de la que no está hecho el universo. En 1930 el físico Paul Dirac teorizó sobre la existencia de este producto, cuando planteó la hipótesis de que el positrón y el antielectrón tenían la misma masa que el electrón, pero con una carga opuesta. Gracias a ese postulado, más tarde se identificaron los antiprotones y antineutrones, y se supuso que la materia y la antimateria tenían el poder de anularse entre sí.
Desde ese entonces diferentes físicos intentaron aproximarse al origen de la Antimateria y conocer eso que no forma al universo, pero que está de igual manera allí. Esta idea surgió en la carrera por descubrir cómo surgió el cosmos.
En diálogo con la BBC, la doctora e investigadora del CERN, Danielle Hodgkinson, sugirió: “No entendemos cómo nuestro Universo llegó a estar dominado por la materia y esto es lo que motiva nuestros experimentos”.
Ya sea para “hacer viajes intergalácticos” o para crear una fuente infinita de energía, esta sustancia podría permitirle a la ciencia y a la humanidad alcanzar un nivel nunca antes visto de desarrollo. Por ese motivo, la producción de este material es tan costoso y de momento se utiliza en pequeñas dosis.
Cuando la materia y la Antimateria se crean, tienden a destruirse mutuamente, liberando fotones y cantidades grandes de energía. En conversación con el medio de comunicación español ABC, Beatriz Gato, experta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explicó: “Es el proceso más energético que existe. Un gramo de Antimateria lanzado sobre nuestro planeta produciría una explosión equivalente a casi tres veces la bomba atómica de Hiroshima”.
La Antimateria se crea por causa de la radiación cósmica que bombardea a la Tierra constantemente, aunque de forma inofensiva e incapaz de producir un daño colateral. No obstante, también es posible desarrollarla en el laboratorio.
En el Gran Colisionador de Hadrones, un circuito subterráneo de 27 kilómetros que se ubica en Suiza, los científicos no solo pueden dividir las partículas, sino también crear antimateria, la cual es aislada en una región especial para que no se aniquile con la materia.
Hace 30 años que se fabrica Antimateria allí, pero solo la milmillonésima parte de un gramo. Los expertos estimaron que se tardaría 60.000 millones de años en producir un gramo de antiprotones.
“Si pudiéramos almacenar todos los antiprotones producidos en el CERN durante un año, su aniquilación con protones suministraría solo la energía necesaria para mantener encendida una bombilla durante 30 segundos”, explicó la experta.
En la actualidad la Antimateria se utiliza para detectar células cancerosas y en un futuro podría servir para erradicarlas sin dañar los tejidos sanos. Además, su función puede contribuir a un acercamiento más certero sobre el origen del Big Bang.
De esta manera, la producción es tan compleja y difícil de alcanzar que su costo asciende a 62 millones de dólares, una cifra que parece irrisoria, pero que los científicos consideran justa de gastar para avanzar hacia nuevas tecnologías.