Tal vez en la etapa más fructífera de Stephen King, esto es, en los años ’70 y ’80, al autor de El resplandor y Carrie lo obsesionaban -además de distintas ciudades o pueblitos de Maine donde desarrollar sus historias- las relaciones entre padres e hijos. Sucedía en las novelas mencionadas, que llegaron al cine de la mano de Stanley Kubrick y de Brian De Palma, pero también le encantaba imaginar personajes con poderes o un don psíquico -algo que también ocurría con Danny y Carrie en los libros ya mencionados-.
Pero ¿y qué tal si objetos en principio inanimados cobraban vida de manera maléfica? Allí están Christine, el auto marca Plymouth Fury, o el mono a cuerda, un juguete terrorífico que cobraban vida para generar la muerte o la destrucción.
El mono tiene todos los elementos que entusiasmaban a King, y se ve que también al aquí productor James Wan (creador de El juego del miedo y de la saga de El conjuro) y al director Osgood Perkins (Longlegs, con Nicolas Cage), quien adaptó a su gusto el relato original.
Y lo convirtió en una comedia de terror, una que salpica horror (y sangre, y vísceras, y cabezas y otras partes del cuerpo humano) y que por momentos parece que no se tomara demasiado en serio el tronco de la historia.
El monito que mueve los labios, muestra los dientes y tamborilea: la muerte se acerca… Fotos BF París
Si bien la base es la misma, Osgood decidió que el juguetito diabólico, en vez de juntar los platillos tocara un tambor cada vez que está por producirse una muerte.
Eso es lo de menos, ya que también cambió los nombres de los hermanos protagonistas (son gemelos) y Hal, el hermano que lleva la voz cantante, era el nombre del padre, que era marinero y no piloto de avión.
Un mono de terror
No importa. Lo que importa es que en la primera media hora de la película, cuando Hal era niño en 1999, estaba aterrorizado por el mono de juguete que actuaba como presagio de la muerte. Y que cuando descubre lo que hace el monito, decide darle cuerda pensando en alguien en particular, para descubrir, ay, que el mono no acepta solicitudes y ocasiona la muerte de quién se le antoja.
Hay muertes que causan risa, pero todo esto es adrede. ¿Qué opinará Stephen King?
Pasaron 25 años, Hal ya es Theo James (de la saga de Divergente) y no ha visto en años a su hermano. Tampoco al mono.
Bueno, adivinaron: va a volver a ver a los dos.
Con algo de otras novelas de Stephen King
Perkins ha construido su relato, que tiene varios puntos de conexión con otros de Stephen King (It es el más obvio: chicos que son asustados volverán a temer cuando sean adultos), con muertes pensadas para que promuevan la risa más que el asco, y hasta con algo tomado prestado de Destino final.
Theo James («Divergente») interpreta a los gemelos Hall -en la foto, algo ensangrentado- y Bill.
Y eso que son asquerosas.
El director también se reservó para sí un papel, el del tío Chip, y hasta Elijah Wood, el Frodo de El Señor de los anillos, tiene un rol episódico pero importante.
El mono, o al menos esta versión, asegura al público ávido del género de terror un plato fuerte.
Sí, fuerte y con mucho ketchup.
“El mono”
Buena
Terror / comedia negra. Estados Unidos / Reino Unido, 2025. Título original: “The Monkey”. 98’, SAM 13 R. De: Osgood Perkins. Con: Theo James, Tatiana Maslany, Colin O’Brien, Elijah Wood, Rohan Campbell. Salas: Cinemark Palermo y Caballito, Hoyts Dot y Unicenter, Cinépolis Recoleta, Pilar y Avellaneda, Showcase Belgrano y Quilmes.