La Cámara de Apelaciones en lo Comercial se sumó a la rebelión judicial contra la Corte Suprema. De manera unánime, los camaristas decidieron que no enviarán en apelación sus fallos al Tribunal Superior de la Ciudad porque entienden que no pueden jueces locales revisar lo decidido por jueces nacionales y porque hay riesgo de “injusticia y parcialidad”.
“No existe en el ordenamiento constitucional argentino la posibilidad de que un tribunal local revise decisiones de tribunales nacionales”, dijeron los camaristas de manera unánime. La Cámara Comercial es presidida por la jueza Alejandra Tevez.
Los magistrados dijeron que “a aplicación de las leyes que representen el interés de toda la Nación no podría encomendarse, sin grandes peligros de injusticia y de parcialidad, a tribunales o juzgados sin responsabilidad ante el gobierno nacional”.
La reacción de la Cámara Comercial le siguió a la de la Cámara Laboral, la Cámara Civil y la Cámara del Crimen contra el fallo de la Corte en el caso Levinas.
En la causa Levinas, el máximo tribunal de la Nación ordenó que las decisiones de las cámaras nacionales sean revisadas por la justicia porteña, lo que fue rechazado por los jueces nacionales porque, además, entienden que es un avance en el traspaso de su competencia a la justicia de la Ciudad.
La Corte, no obstante, ratificó esta semana esta postura y advirtió que no va a dar marcha atrás. De hecho, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad ya empezó a resolver los casos de la justicia nacional que le envió la Corte en revisión.
Los jueces comerciales recordaron en su acuerdo de este jueves que “los jueces nacionales con asiento en la capital de la República siguen siendo tales [nacionales] y equiparables a todos los efectos a los jueces federales”.
Los jueces votaron unánimemente por dar una respuesta negativa a la pregunta de si pueden recurrirse las sentencias de los jueces nacionales en lo comercial por ante el Tribunal Superior de Justicia de la ciudad de Buenos Aires.
Expresaron que, más allá de lo decidido por la Corte en el fallo Levinas, tienen derecho a disentir con su doctrina. Explicaron que hay diferencias en el acatamiento a los fallos de la Corte por parte de los tribunales inferiores: que la Cámara Comercial siempre ha acatado y seguirá acatando las decisiones de la Corte dentro de la causa en la que falló el máximo tribunal, pero que puede aplicar sus propios criterios en otros expedientes.
La Corte dijo, no obstante, que hay un “deber moral” de seguir sus precedentes. Pero mencionó la Cámara que la Corte tiene posiciones diferentes acerca de si se debe seguirla o no.
“Aun desde la perspectiva del deber ‘moral’ que tienen los jueces inferiores, ello no quita a los jueces la facultad de apreciar con su criterio propio esas resoluciones y apartarse de ellas, cuando a su juicio no sean conformes a los preceptos claros del derecho”, dijo la Cámara.
Los magistrados argumentaron que no pueden enviar sus causas a la Ciudad porque no ocurre lo mismo que con las provincias y sus cortes locales. “La Constitución Nacional confiere a dicha ciudad [Buenos Aires] una condición jurídica diferente a la de cualquier provincia”, señalaron.
“Someter las decisiones de la justicia nacional al control de un tribunal instituido por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires constituye un evidente error, cuya competencia material no coincide con la legalmente asignada a las cámaras nacionales de apelaciones”, dijeron los camaritas.
Y argumentaron que “colocar por encima de las cámaras nacionales al Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no es más que un evidente forzamiento de lo establecido” en el precedente del tribunal.