Misiones
La caza furtiva es la peor amenaza para este gran felino que está en peligro de extinción
“Donde faltan yaguaretés, pero todavía hay monte es porque sobran las balas”
No se sabe a ciencia cierta cuántos ejemplares quedan en Argentina, sólo se pueden tener aproximaciones. De una u otra manera, el número no es alentador. La Red Yaguareté estima que quedan unos 200 yaguaretés repartidos en tres áreas del país: las yungas de Salta y Jujuy, la Región Chaqueña y zonas de la selva misionera o paranaense.
El gran tigre americano es amenazado y está en peligro de extinción desde hace años, cazado por diversión o asesinado por ser un riesgo para la actividad ganadera. La situación, sobre todo en Misiones, es cada vez más alarmante. Sucede que en más de la mitad del área de distribución de la especie tiene ausencia del animal, es decir, no hay registro de ningún ejemplar desde hace al menos tres años.
“En Misiones hay un problema de cacería que siempre fue grave, pero que ahora es mucho más grave y lo estamos viendo en esto, en lugares donde nos está empezando a faltar el yaguareté después de muchos años donde esto no ocurría”, lamentó Nicolás Lodeiro Ocampo, cofundador y director ejecutivo de la Red Yaguareté en diálogo con El Territorio.
Mombyry cuando habitaba en Salto Encantado, donde abunda la caza furtiva.
“Esto es algo para nosotros dolorosísimo, hace tres años que no tenemos registro de yaguareté en el Valle del Cuñá Pirú, es un lugar emblemático para la especie, donde se venía trabajando en lo que llamamos convivencia entre yaguareté y personas, en actividades productivas exitosamente y las balas evidentemente nos han sacado a los yaguaretés”, reconoció.
Casi lo mismo sucede en la Reserva de Biósfera Yabotí, donde abundan las hectáreas de selva y fauna nativa que es alimento de este gran felino, pero en la actualidad la fundación tiene un solo ejemplar conocido, cuando años anteriores avistaban algunos más.
Por ello, Lodeiro Ocampo consideró que el 2024 fue un año preocupante, de alerta por esta disminución en la cantidad de ejemplares de este animal. Cada individuo tiene un patrón único de manchas, por eso es posible identificarlos y diferenciarlos.
Muchas balas y pocos yaguaretés
Si bien en los últimos años siete yaguaretés murieron tras ser atropellados en las rutas misioneras por exceso de velocidad de conductores imprudentes dentro de las áreas protegidas, el atropellamiento es una amenaza secundaria para esta especie. La principal es la caza furtiva, la cacería vendida como entretenimiento.
“Donde nos faltan yaguaretés, pero todavía hay monte y todavía hay presas es porque nos sobran balas. Es la principal causa de extinción, la principal amenaza no atendida como se merece, como corresponde y como necesita es la cacería”, remarcó Lodeiro Ocampo.
La fundación, que coloca cámaras trampa en esos sitios para el monitoreo de los yaguaretés, sufre los constantes robos de esa herramienta por parte de los cazadores. Lo mismo les ocurre a otros investigadores.
“Vienen grupos de cazadores profesionales que cazan para divertirse, no lo puedo confirmar, pero los rumores son grandes, de que llevan gente a cazar, hay un comercio de gente que cruza de otro país al nuestro y amedrentan a nuestras fuerzas de control, que son de elite mundial, pero les falta combustible, vehículos, helicóptero y les falta permiso para tirar a los cazadores que vienen con esa modalidad”, alertó.
Así, Lodeiro Ocampo sostuvo que desde la Red Yaguareté proponen combatir a los cazadores “bala por bala”, como lo hacen en países de África en donde hay especies de rinoceronte en peligro de extinción.
Por otra parte, indicó que otra gran amenaza contra el yaguareté es la falta de un plan de convivencia entre el felino y las actividades productivas, en especial la ganadería. Esto es, el acompañamiento y resarcimiento que le corresponde al productor si un yaguareté se come a su ganado.
“Tuvimos grandes avances, la modificación de la ley de grandes felinos, pero bajarla a terreno está siendo muy difícil, muy conflictiva la situación y la resolución de esto normalmente es bala para el yaguareté, lo enterramos y nadie se entera”, lamentó.
En esa línea, comentó que muchos productores con los que tiene contacto están dispuestos a hacer cosas para convivir con los grandes felinos, sin embargo, están muy solos.
“Cuando no se desarrolla una política que acompañe las actividades productivas como la ganadería, para desarrollar una ganadería como ya demostramos que se puede hacer, amigable con la conservación de grandes felinos, es porque no hay interés de un grupo de funcionarios”, consideró.
No todo está perdido
El cofundador de la fundación detalló, sin embargo, que en la zona Norte de la provincia como el Parque Nacional Iguazú, Parque Urugua-í, la Reserva San Jorge de Arauco y Puerto Península, la población está estable con una dinámica poblacional saludable porque hay un control de caza mucho más efectivo.
“En la zona del Parque Urugua-í vemos que constantemente cambian los yaguaretés. Hay algunos que ya están durante uno o dos años, pero después cambian y vienen otros. Esto quiere decir que hay una dinámica de yaguaretés que se desplazan por amplias zonas”, resaltó.
Y sumó: “Ya en Salto Encantado, en Esmeralda y en Yabotí ya se venía viendo que había pocos yaguaretés y eran siempre los mismos, se veía que era una zona de límite de la distribución de la especie”.
Si bien es una noticia alentadora, no merece relajamientos porque las amenazas están siempre presentes y los riesgos son reales. “Tenemos todavía millones de hectáreas de bosque, pero sobran los cazadores y faltan los controles serios, severos que los manden para atrás”, remarcó.
Desde la Red Yaguareté siguen en estado de alerta y desarrollando acciones para contrarrestar la situación y lograr que el yaguareté vuelva al Valle del Cuñá Pirú. “Es un trabajo enorme y lamentablemente hoy no hay una apertura de las autoridades como históricamente lo hubo, no sabemos por qué, pero nosotros seguimos para adelante porque no podemos permitir que el yaguareté desaparezca de Misiones”, aseguró.
La situación no se da sólo en Misiones, sino también en todas las provincias donde actualmente habita este gran felino americano. En ese contexto, resaltó el trabajo que se hace en el Iberá, donde se está dando una reintroducción exitosa. “Ya en Iberá hay más yaguaretés que en toda la región chaqueña. Porque los yaguaretés tienen comida, refugio y no los matan. Entonces, tienen dos o tres cachorros cada año y medio”, subrayó.
En cifras
200
No se conoce el número exacto, pero se estima que hay unos 200 yaguaretés repartidos en tres áreas del país. En el Iberá se realiza un trabajo particular.
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