Semana difícil para divertirnos con la actualidad, amigo lector.
Justo cuando el gobierno cometía su primer error grosso, un error lindo, gordito, jugoso, de esos que quedan para siempre en la memoria y que daba para tirarles un piano por la cabeza, reapareció el kirchnerismo y nos arruinó la fiesta haciendo el silencio más estruendoso de los últimos años: no pronunciaron ni una palabra sobre el horror infinito de la familia Bibas.
Ni un tuit de Cristina, ni una declaración de Máximo, nada dijeron ni Kicillof ni La Cámpora ni ninguno de ellos. Silencio absoluto.
Se expresó Macri como jefe del PRO, se expresó Lousteau como jefe de la UCR, lo hizo Milei y todo el gobierno nacional, lo hicieron muchos más. Ellos no.
¿Con qué ganas lo puteás a Milei en la semana que más se lo merecía si el kirchnerismo te vuelve a demostrar, una vez más, que son lo peor que le pasó a la democracia argentina?
En su momento, el kirchnerismo tampoco había condenado el atroz ataque terrorista del 7 de octubre. Solo emitieron esa clásica declaración de compromiso llamando a las partes a buscar la paz, como si un país pujante y democrático en donde reina el estado de derecho fuera lo mismo que una organización terrorista que se ha propuesto terminar con Israel, con sus habitantes y con todos los judíos del mundo.
El jueves pasado Hamas entregó los cuerpos de los chiquitos israelíes argentinos secuestrados y asesinados con una puesta en escena macabra que horrorizó al planeta. El kirchnerismo tenía la oportunidad de reparar un poquito la imagen pro Maduro, pro Irán y pro Hamas que merecidamente se ganaron. Podrían haber dicho algo. Un comunicado, alguna forma de repudio, un acompañamiento en el dolor, un gesto de solidaridad, algo. Pero no dijeron nada. Ni una palabra. Se sumaron al minuto de silencio que se realizó en el Congreso porque no les quedaba más remedio pero ninguno de sus dirigentes importantes expresó nada. Les chupa un huevo. El delirio chavista que tienen en la cabeza es más fuerte que todo y eso los lleva a estar siempre del lado equivocado.
Curiosamente ese mismo jueves fue el cumpleaños de Cristina. ¿Será que no quisieron arruinarle el festejo? Ya nada debería sorprendernos de quienes impulsaron el Memorándum con Irán e insisten en reivindicar la dictadura de Maduro. Lamentable.
Dicho todo esto, respiremos hondo, sigamos adelante y cumplamos con nuestra rutina de cada domingo.
Por eso, antes que nada, actualizamos las tarifas vigentes para acceder a una reunión con el Presidente de la Nación. Anoten:
Hora: 6.000 dólares (después de la primera hora se cobrarán 1.000 dólares por cada fracción de 10 minutos).
Estadía (después de 3 horas de reunión): 20.000 dólares
Abono mensual: 40.000 dólares (con derecho a 3 reuniones con el Presidente por mes)
Para reuniones en las que participen más de tres personas o se traten temas que involucren montos muy importantes se deberá pedir cotización en la oficina administrativa del Triángulo de Hierro. Estos valores no incluyen IVA. No se aceptan tarjetas de crédito. Solo efectivo, débito o Mercado Pago.
Como ya ocurrió, Milei ha demostrado una vez más que tiene suerte. El debate sobre el criptogate era apasionante: estábamos todos discutiendo si eran boludos o chorros. Arrancó ganando “boludos” por muerte pero a medida que fueron pasando los días y aparecían nuevos datos, “chorros” fue descontando la ventaja.
Sin embargo, en el momento en que el gobierno estaba más enredado y oscureciendo en su intento por aclarar, apareció el kirchnerismo a los gritos denunciando corrupción, pidiendo juicio político y desoyendo el sabio consejo de Napoleón cuando decía que nunca hay que interrumpir al enemigo mientras se está equivocando. A partir de ahí el eje del debate se torció y todo se mezcló.
Mientras esperamos ver en qué desemboca este lío analicemos qué hay detrás de todo esto. ¿Cómo fue que el gobierno se metió en semejante problema? Esta página ya lo había anticipado el año pasado. Repasemos.
Luego del desastre que les hizo el Topo Alberto, los peronistas se pusieron a pensar un plan para frenar la debacle y tratar de revertir la catástrofe en la que los había metido el “expresidente”.
No fueron muy originales. Decidieron copiar la idea del topo y crear uno nuevo para infiltrarlo en La Libertad Avanza y empezar a sabotearlos desde adentro. ¿Para qué pensar en otra estrategia si esa había demostrado ser letal?
Debían conseguir un tipo que se ganara la confianza de Milei y, una vez adentro, le hiciera cometer todos los errores posibles. Solo era cuestión de definir el perfil del personaje, hacer el casting y meterlo como Caballo de Troya.
Había que construir un monje negro, una mezcla de Marcos Peña con Nosiglia. Hubiera sido ideal que tuviera el conocimiento político de un Corach, eventualmente de un Jaroslavsky. En el apuro, encontraron a Santiago Caputo y allá fueron.
Le armaron un look de pibe canchero, faso, Ray Band, y lo rodearon con una troupe de marginales para que lo ayudaran a insuflar soberbia y cebar al presidente Milei.
Así aparecieron los trolls, los streamers y los supuestos ideólogos. Una rara mezcla de jóvenes y viejos fachos, homofóbicos, consumidores de travestis, freaks y nerds, y sobre todo gente con muchas ganas de ser famosa para que la inviten al programa de Mirtha. Listo. Una vez armado el equipo lo inseminaron en LLA.
Los primeros movimientos de Santiago Caputo fueron estruendosos pero poco efectivos a la hora de arruinar a Javi. Mucho ruido y pocas nueces. Lo hicieron pelearse con sus aliados naturales, insultar a cuanto economista y periodista se le cruzaba, tratar de comunista a cualquier socialdemócrata del mundo, agraviar a artistas populares que lo criticaban, ensañarse con Lopez Murphy o Melconian pero nunca con Sergio Massa, provocar conflictos con infinidad de países y mandatarios, despedir y humillar a decenas de sus propios funcionarios, pelearse con la Vicepresidenta, postular al Juez Lijo y terminar maltratando al mismísimo Mauricio Macri.
Sin embargo, el daño electoral producido por Caputo parece haber sido casi nulo. Nada comparado con la Festichola en Olivos o el Vacunatorio Vip. Alberto dejó la vara muy alta.
Lo que nadie sabía es que Caputo ya había puesto en marcha el Plan Cripto y, justo cuando se conocía el 2,2% de inflación, lo detonó.
Más allá de eso, es obvio que el plan de este topo persigue un objetivo superior: conseguir que la locura de Milei mine la confianza y termine hundiendo el plan económico.
Todo un desafío considerando que, aunque logre que Javi y Kari salgan desnudos por la avenida Callao cantando Balada para un loco, millones lo seguirán votando porque enfrente sigue estando el kirchnerismo.
Por eso, aún en semanas tan duras como esta, uno ve las reacciones kirchneristas y corre a sumarse al delirante baile de Javi y Kari sin dejar de debatir si son boludos o chorros.
Y toser. Toser con ellos, toser mucho, toser todos juntos, toser abrazados. Toser hasta el amanecer.
O hasta que en la Argentina aparezca un estadista, serio, preparado, educado, equilibrado, democrático y republicano.
Nada que se vea en el horizonte.
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Alejandro BorenszteinBio completa
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