El fútbol uruguayo siempre sorprende por el talento de sus jugadores y su rica historia pero también por escenas bizarras, en este caso por su violencia, como la que se dio este sábado en la final de un tradicional torneo amateur entre equipos del interior del país.
Mercedes, en representación de Soriano capital, visitaba a Guichón, que hacía lo propio para Paysandú interior, por la ida de la final de la división Litoral de la Copa Nacional de Selecciones OFI. Ambas selecciones se disputan el título regional a sabiendas de que ya están clasificadas para la Copa, el certamen más importante del año y en el que juegan todos los clubes del territorio uruguayo.
Más allá de estas precisiones reglamentarias, la escena del partido que llegó a las redes sociales hasta hacerse viral no fue el gol de Kevin Guinco para el equipo local sino una violenta trompada sobre el final del encuentro que pareció digna de la pelea entre Dmitry Bivol y Atur Beterbiev, que a esa misma hora chocaban en Riad.
A dos minutos del pitazo final y el suspenso hasta la revancha, el futbolista Mario Gómez, de Soriano, quedó en medio de un tumulto y agredió a un rival, provocando que el árbitro le mostrara la tarjeta roja. Acto seguido, se le fueron encima un grupito de jugadores de Paysandú, y uno de ellos, Enzo Echeveste, lo agarró agarró del cuello.
Gómez reaccionóy lo dejó nocaut. Con el número 3 en el suelo y sin reacción, el agresor enfiló hacia los vestuarios sin ensayar ninguna protesta y consciente de que verá la vuelta desde la tribuna.
La liga de la OFI uruguaya es un torneo amateur pero que despierta mucha pasíon en tierra charrúa por el contacto que se genera entre los hinchas y los jugadores, algunos de ellos con pasado profesional y de renombre como el caso de Diego Godín, que el año pasado representó a Porongos y fue campeón junto a otro consagrado, Gonzalo «el Chory» Castro. Tras la consagración, en septiembre, el excapitán de la Celeste tomó la decisión de colgar definitivamente los botines y lo hizo de la mejor manera, rodeado por el cariño y el afecto de su público.
«Este título es diferente, es amateurismo, y cuando jugás por la amistad, como con el Chory, sacás un poco el sentimiento profundo de jugar porque querés. Acá no te obliga nadie, no te obliga un contrato, entonces se vive diferente. Muchos se conocen, son primos, hermanos, amigos y cuando jugás con amigos, familia al lado, es diferente. Es lo más lindo del sentimiento del fútbol», dijo ese día el Faraón.
Cinco meses después, el fútbol de la OFI uruguaya vuelve a ser noticia pero por una imagen completamente diferente.