En la cumbre de la CPAC en Washington, este fin de semana, el presidente Javier Milei dijo que la Argentina será el primer país que se apegará al régimen de reciprocidad comercial impuesto por el presidente Donald Trump y que, si no fuera por el Mercosur, el país ya estaría trabajando en un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos, lo que hablaría de la intención del gobierno argentino de que el bloque pase a ser una zona de libre comercio con la posibilidad de firmar acuerdos bilaterales.
Pero una decisión como esa puede tener varios escollos para avanzar desde el punto de vista institucional. Por empezar, le pertenencia de la Argentina al Mercosur.
“El Mercosur tiene un arancel externo común, por lo que un país miembro no puede hacer un acuerdo por su cuenta con otro de afuera, salvo que todo esto sea una embestida de Milei para generar la ruptura del bloque, al menos como unión aduanera. Ese puede ser un resultado posible. Que los países que integran el Mercosur queden con cero arancel intrabloque, pero que el arancel externo común desaparezca y cada uno haga lo que quiera. Sería pasar de ser una unión aduanera a una zona de libre comercio”, analizó Juan Carlos Hallak, exsubsecretario de Inserción Internacional.
En el mismo sentido opinó Dante Sica, exministro de Producción y Trabajo y socio fundador de Abeceb. “Hoy podés hacer un acuerdo de inversiones, pero no de aranceles, porque eso implicaría relegar al Mercosur. Si querés acordar aranceles bilateralmente, tenés que modificar el estatuto del Mercosur. En los últimos 25 años no nos ha dado resultado. Es una fallida unión aduanera. Hoy es preferible ser una zona de libre comercio y firmar acuerdos bilaterales, porque estamos en presencia de una globalización más fragmentada”, opinó.
“Hoy la Argentina tiene la presidencia del Mercosur. O buscás flexibilidad y acuerdos que te permitan avanzar en negociaciones bilaterales, o denunciás el protocolo de Ouro Preto y te salís del bloque”, agregó.
Por su parte, el consultor en negocios internacionales Marcelo Elizondo habló de una tercera opción, que sería un acuerdo de complementación económica para algunos rubros en particular.
“Quizá Milei lo que pretende es que el Mercosur le admita reducir aranceles recíprocamente con Estados Unidos de algunos productos y no de todos, lo cual no es un tratado de libre comercio, sino un acuerdo bilateral de reducción de aranceles: un acuerdo de complementación económica para algunos rubros en particular. Esto es algo que debería negociarse como excepción y el Mercosur le debería conceder a la Argentina una excepción, cosa que no sabemos si quiere”, explicó.
Opciones
En cuanto a los productos que podrían estar alcanzados, Elizondo habló por ejemplo de minerales, que la Argentina quiere exportar y Estados Unidos necesita para el hardware de la economía del conocimiento. O energía, ya que Estados Unidos quiere convertirse en el líder en materia de energías convencionales.
La semana pasada, la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (AmCham) dijo que el país tenía “serias posibilidades” de acceder a un tratado de libre comercio con los Estados Unidos.
En un comunicado titulado “Conclusiones preliminares sobre la política de comercio exterior de EE.UU. y su potencial impacto en Argentina”, la entidad destacó que el país es uno de los tres en la región con mayor probabilidad de acceder a un tratado de libre comercio (TLC) junto con Uruguay y Ecuador. “La Argentina es clave en minerales críticos y energía. Un dato nuevo es que el tratado de libre comercio con Corea del Sur duró 11 meses todo el proceso. Esto pone sobre la mesa cuán pronto la Argentina podría tener un TLC”, agregó.
Por otro lado, dijo que aún no está definido cómo se implementarían los aranceles recíprocos, es decir, si será por partida arancelaria, promedio de aranceles o por país; y que los aranceles estarán dirigidos a países con los que Estados Unidos mantiene déficit comercial. Se han identificado diez países prioritarios, sin incluir a la Argentina en esa lista preliminar.
También habló de factores que pueden retrasar la implementación en el corto plazo, como que aún no se han designado autoridades claves en el Departamento de Estado, la Secretaría de Comercio y la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos, excepto los secretarios y principales autoridades.
“Dentro del propio gobierno estadounidense existen diferencias sobre la implementación de estas medidas, por lo que es clave seguir de cerca las próximas negociaciones y designaciones en los próximos tres meses. El Congreso de Estados Unidos, bajo control republicano, jugará un rol determinante en la evolución de estas políticas”, continuó.
Por último, la AmCham señaló que solo el 10% de los aranceles anunciados están actualmente vigentes y podrían ser decisiones transitorias sujetas a negociación.