Habrá un nuevo edificio en Puerto Madero con un área especialmente acondicionada para acoger y exponer de forma panorámica los quince cuadros que integran el genial conjunto Argentina (Paisajes) del dúo Mondongo, la obra más cara del arte argentino, que el coleccionista Andrés Buhar compró a fin de año por US$1.270.000. Pero eso será recién en 2027. Antes, en 2026, la serie saldrá de gira por el país y, todavía más acá en el tiempo, en los próximos meses, cuando terminen el cerramiento de una segunda terraza del centro cultural Arthaus, los paisajes (45 metros lineales) podrán verse en el mismo piso del edificio del microcentro donde “vive” otra gran escultura de plastilina: El baptisterio de los colores.
Mientras continúa en diferentes niveles del edificio la muestra Mondongo sin título (las calaveras, el dólar), hace unos días se anunció la programación 2025 de este espacio dedicado a las artes visuales, performáticas, escénicas y musicales. En el marco de ese lanzamiento, se confirmó el estreno de una película –más bien tres– de Mariano Llinás sobre el bautismal estudio de los colores concebido por Manuel Mendanha y Juliana Laffitte. Cada parte tiene su título: El equilibrista, Retrato de Mondongo y Kunst der Farbe.
Corría todavía el pandémico 2021 cuando Arthaus le encargó con “total libertad” al cineasta el film sobre el grupo Mondongo, a cuyos integrantes lo unía una amistad de veinte años. “El resultado, cuatro años después, fue a) El fin de la amistad antes mencionada y b) el llamado “Tríptico de Mondongo”, consistente entres films independientes que, sin embargo, poseen una órbita común: el trabajo de Mondongo, su particular relación con el director y la relación del mundo del arte con el peligro, la materia y el dinero”, informaron.
La pelea detrás de la nueva creación seguramente dará tela para cortar. Por ahora, a ciencia cierta se sabe que luego de que se proyecte en marzo en el MoMA de Nueva York, el tríptico se verá en funciones consecutivas, en diferentes días (todo muy Llinás), durante marzo, abril y mayo, en la terraza de Bartolomé Mitre 434. Habrá reposeras.
“Habitar el arte”, un leit motiv
Pero no solo de mondongo vive el hombre… ni la mujer. El menú de la sección de Artes Visuales que dirige María Teresa Costantin tiene otros platos fuertes para esta temporada. Empezando por la muestra del multipremiado reportero gráfico Rodrigo Abd (World Press Photo, Pulitzer, Gabo) que cortará la cinta inaugural el 22 de abril en la Sala 1 con Escenas, para responder en imágenes preguntas como ¿Por qué fotografiamos? ¿La fotografía tiene que ser contundente? ¿Todas las fotos tienen que ayudarnos a reflexionar? Son interrogantes el propio Abd se hace tras 25 años cubriendo guerras, conflictos e historias de vida en distintos lugares del mundo. Aunque advierten: “No se trata de una retrospectiva sino de un recorrido transversal en su archivo con un recorte específico: las fotos que no entendemos del todo qué son; las que, lejos de confirmarnos algo, tal vez nos hagan dudar de lo que estamos viendo”.
Al mismo tiempo, es decir, también de abril a agosto, en la sala 2, el platense Agustín Sirai expondrá Un acto de transformación y otras escenas de viaje, una producción especial de pinturas que construyen una narrativa fragmentaria a través de paisajes, escenas de interior, retratos e inventarios, donde lo cotidiano se entrelaza con lo imaginario, y los límites entre lo natural y lo construido se desdibujan.
El segundo semestre, ambos pisos estarán dedicados a la instalación Escenarios posibles para un nuevo mundo, del artista Sebastián Díaz Morales, que en una serie de proyecciones de video y pantallas LED abordará la tensión global generalizada y la posibilidad inminente de una catástrofe. Entre el presentimiento y los posibles cambios drásticos que podrían afectar a nuestros sistemas sociales y ecosistemas, sobreviene una reflexión sobre el clima mundial actual, anticipan.
El año quedará cerrado cuando se monte la instalación Sentir la corriente, de Eugenia Calvo, que permanecerá en la Sala 2 hasta bien entrado marzo de 2026.
Escénicas: teatro, danza, performance
Tras la despedida de Ha muerto un puto ayer y mientras termina la temporada de verano Bailarinas incendiadas (que regresará en invierno), el área de Artes escénicas que capitanea Felicitas Luna ya prepara el regreso de Superfundo, a partir de este fin de semana, con un trío fantástico del mundo del teatro y la danza local: el coreógrafo, bailarín y cantante Carlos Casella, el músico Diego Vainer y un amo y señor de la luz, Gonzalo Córdova.
La Compañía El Silencio (la misma de Algo de ruido hace, El tiempo todo entero y Fauna) vuelve a reunirse a partir del lunes 10 de marzo para presentar Sombras por supuesto, de Romina Paula. A propósito de este y otros títulos mencionados, continúa también este año el lazo entre Arthaus y Paraíso Club, para una serie de nuevos trabajos que se irán sucediendo.
El 3 de abril Cristina Banegas estrenará Proyecto Quevedo, una performance a partir de sonetos de Francisco de Quevedo, seleccionados a cuatro manos junto con Carlos Gamerro. Y a fin de ese mismo mes, llegará un título de difícil pronunciación, CMMN SNS PRJCT, proyecto del tándem Laura Kalauz Martin Schick. Habitualmente concentrada en sus inquietudes sobre la vida contemporánea, la argentina radicada en Suiza Laura Kalauz y su compañero de Friburgo trabajaron esta vez sobre el sentido común, que interviene el plano de las relaciones sociales y económicas como espacio performático. “Se propone la suma de las experiencias singulares de cada espectador, en un espacio donde la intimidad y lo extraño se encuentran”, anticipan. Este es solo el comienzo de un año que promete una extensa temporada de teatro, para no perder de vista.
Orgullo del director general -que además de empresario es compositor e intérprete de música contemporánea-, el Ensable Arthaus anuncia para empezar el año un bonus track de su concierto de Historia del Soldado, de Stravinsky, con puesta en escena de títeres, máscaras y objetos de Román Lamas, pero en Malba Puertos (5 de abril). Fuera de sede también regresará a la temporada del Colón Contemporáneo (en agosto) con un título que promete: La bella y la bestia, con música de Philip Glass en el cine concierto de la película de Jean Cocteau. Otra gran noticia para el Ensamble es la confirmación de la sociedad de mentoría con Mozarteum: para promover el desarrollo de artistas emergentes, y por segundo año, convocarán a un compositor para una residencia de dos meses en París. Durante noviembre y diciembre próximos, el artista elegido compondrá en Francia una nueva obra bajo la guía del argentino Daniel D’Adamo, que será estrenada en la temporada 2026 en Buenos Aires. Estos tres mojones se inscriben en el marco de un ciclo musical que cuenta, además, con diez conciertos que de marzo a diciembre llenará de sonidos (acústicos y electrónicos) el auditorio del centro cultural, con obras del siglo XX.